Murieron al menos 6 personas

Protestas en Egipto ponen fin a la herencia del poder

De la Redacción de El Litoral

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EFE

Las manifestaciones de protesta contra el régimen egipcio, calificadas como un “levantamiento popular”, han puesto fin la posibilidad de que el presidente Hosni Mubarak pueda entregar el poder a su hijo Gamal, coinciden analistas políticos.

Decenas de miles de ciudadanos egipcios se manifestaron en los últimos dos días para exigir una serie de reformas políticas en el régimen de Mubarak, que se mantiene firme en el poder desde 1981.

Hasta el momento, al menos seis personas perecieron en las protestas, que brotaron en distintos lugares del país al calor de las manifestaciones en Túnez, que el 14 de enero terminaron con la presidencia de Zine El Abidine Ben Ali.

“El primer fruto obtenido por los mártires en este levantamiento popular será que el heredero no vendrá y el segundo será la posibilidad de que el propio presidente no se presente otra vez a las elecciones”, dijo el analista Refat el Sayed Ahmed, director del centro de estudios políticos Yafa.

Hosni Mubarak no se ha pronunciado nunca sobre su posible sucesor ni sobre si se presentará o no a las elecciones presidenciales de septiembre próximo, pero en los medios políticos se considera a su hijo menor, Gamal, como uno de los más firmes candidatos.

A pesar de que ni Mubarak ni su hijo han hablado abiertamente de la sucesión a la presidencia del país, “las presiones y la insistencia en hacer heredar el poder” han causado “esta explosión popular”, según especialistas.

Uno de los frutos de las protestas puede ser que Mubarak efectúe reformas en las leyes electorales para que se permita la elección de una persona de su propio régimen, agregó.

Otras consecuencias pueden ser la formación de un gobierno de “socorro nacional”, que represente a todas las tendencias políticas, y la disolución del Parlamento, que fue elegido en unos comicios disputados en noviembre y diciembre, plagados de denuncias de fraude.

Todo eso pasará en caso de que las manifestaciones continúen, algo que, según el analista, depende de los dirigentes de los partidos opositores, los Hermanos Musulmanes y los movimientos capaces de movilizar a la gente en la calle, y su disposición a hacer sacrificios.

Por su parte, otro comentarista egipcio de relieve internacional, Mohamed Salah, cree que el régimen, representado en el gobierno y en el Partido Nacional Democrático (PND), está totalmente ausente de los sucesos y no quiere entender “el estado de ira en el que se encuentra el pueblo”.

Hasta el momento, el presidente Mubarak no se ha pronunciado sobre las manifestaciones y la única reacción oficial ha sido del Ministerio del Interior y de dirigentes del PND.

“Si los dirigentes en el gobierno y en el PND siguen sin entender el mensaje, Mubarak se presentará a las elecciones presidenciales”, afirmó Salah, jefe de la oficina en Egipto del diario internacional árabe Al Hayat.

Los dos analistas coinciden en que los “errores” del régimen en el tratamiento de las pasadas elecciones parlamentarias, en las que el PND consiguió la mayoría de los asientos, han allanado el camino a las manifestaciones de ahora.