Finalizó el rodaje de “El Fausto criollo”
Finalizó el rodaje de “El Fausto criollo”
Una cultura de la sinceridad
El mítico Fernando Birri realizó una conferencia de prensa con motivo de haber terminado de filmar de su adaptación del clásico de Estanislao del Campo, realizado íntegramente en la zona, con elenco y staff locales.

El impulsor de la creación de las escuelas de cine de Santa Fe y San Antonio de los Baños (Cuba) fue presentado por la ministra de Innovación y Cultura de la provincia, María de los Ángeles “Chiqui” González, y compartieron algunas imágenes del backstage. Foto: Luis Cetraro
Ignacio Andrés Amarillo
En una sala del Museo Rosa Galisteo de Rodríguez atrapada en el calor santafesino, donde los ventiladores siempre fueron escasos, el patriarca cinematográfico Fernando Birri dialogó con los medios locales sobre su más reciente proyecto: la adaptación de “El Fausto criollo”, de Estanislao del Campo.
“Fernando, el gran defensor de la utopía, de la utopía hecha lucha, realidad, organización, constitución, hoy está con nosotros”, fue parte de la florida presentación de la ministra de Innovación y Cultura de la provincia, María de los Ángeles “Chiqui” González, una de las gestoras de su concreción.
Y siguió: “Esta película producida por nosotros, en colaboración con la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba, a través del Instituto de Cine y Artes Audiovisuales de Santa Fe, con el apoyo importantísimo de la Asociación de Trabajadores del Estado y de las municipalidades de Santa Fe y Santo Tomé; aparte de tantas voluntades que graciosamente se acercaron a este maravilloso proyecto y han salido llenos de vivencias: han aprendido cine como nunca. También tuvimos la colaboración del iluminador cubano Raúl Pérez Ureta, que estuvo aquí tres semanas filmando con él.
“Y ese grupo de jóvenes cineastas, que lo rodearon tres semanas como un enjambre en el detalle, y todos cuidaban el producto como si fuera sagrado. Y a los actores niños, y los dos actores: Anastasio, el “Pollo’, es Rodrigo Quiroga, y Don Laguna es Omar Penucci”.
Salto al vacío
Por su parte, Birri realizó “un reconocimiento profundo a esta ciudad y alrededores, que de alguna manera permitieron la concreción de este proyecto, en el que yo vengo trabajando desde hace siete años en Roma.
“Un poco como todos mis proyectos, sin una gran certeza de concreción. El arte también es eso: es riesgo, es aventura, es tentativo: alguna vez dije que el arte es como un doble salto en el vacío, sin red”. Destacó “la voluntad de hacer algo diverso, lo distinto, como en su momento fueron “Tiré Dié’ o “Los inundados’: operaciones radicales, límites, rayanas con el absurdo, con lo que no es prudente.
“Pero claro, esto también lo digo con la serenidad de decirlo después de que se hizo. Esto mismo no lo hubiera podido decir hace exactamente un mes atrás: porque a pesar de que todo estaba preparado, todo se venía organizando (fueron prácticamente 11 meses trabajando antes de tener la certeza de que el filme se hiciera)”.

Ya hablando específicamente del filme, reiteró “algunos conceptos que presidieron la realización del filme y de su ideación: que son aburridos, porque repiten cosas que vengo diciendo desde hace 50 años; que por otro lado son la confirmación de una coherencia, de una conducta artística y ética, que ha atravesado toda mi obra. Son los conceptos que por primera vez apliqué en “Tire Dié’, y que están en dos breves frases: ahí inventamos las palabras “filme escuela’ (es un filme pero al mismo tiempo es una escuela para aprender a hacer cine) y “filme colectivo” (he pasado parte de mi vida diciendo que “Tire Dié’ y “Los inundados’ no son míos, me alegra muchísimo más pensar que son de todos)”.
Y remarcó: “Aparte de las fuerzas vivas que lo produjeron y los están produciendo, están las fuerzas todavía más vivas que lo gestaron. Además de la participación de dos o tres grandes artistas, como puede ser Raúl Pérez Ureta, o Carlos Falco, con una construcción impresionante de lo que es la imaginerie, la escenografía; también la colaboración de los muchachos del Iscaa, los mismos que en toda la película se prodigaron para que esto fuera realmente una película no sólo estudiantil, sino de estudiantes que ya están con una patita en lo que es la profesionalidad extrema.
“Es un filme experimental, que experimenta sobre sí mismo: experimenta dentro del cine, con una concepción ético-política. no de manera explícita. Busca ser una contribución a la forma de ver, sentir y pensar”.
La historia
Llegado el punto, el director abordó la temática del texto original de 1866, y su importancia en el presente: “Un gaucho joven que habla con un gaucho viejo, que lo ha visto adolescente, y en un fogón le cuenta que ha visto una representación de la ópera “Fausto’, de Gounod con texto de Goethe, a la que ha asistido casualmente porque ha ido a Buenos Aires a cobrar un deuda y lo han empujado y metido en el Teatro Colón (en nuestra película es el Teatro Municipal, es una adaptación). Le cuenta lo que ha visto, pero con su visión.
“En la literatura gauchesca hay tres obras: una es el “Martín Fierro’, otra es el “Juan Moreira’, y la tercera es “El Fausto criollo’. Pero mientras las dos primeras son épicas, “El Fausto criollo’ es todo lo contrario: es una ópera cómica”.
Allí, el autor plasma “una resistencia de tipo cultural. Estanislao del Campo, que era una persona muy culta, la escribe yendo a ver “Fausto’ en el Teatro Colón de Buenos Aires. En los intervalos, recibe la visita de otro poeta argentino, y los dos en el fondo del palco, cuchicheaban y se mataban de la risa, aparentemente de la ópera que estaban viendo”.
“Cuando termina la representación de la obra, este amigo que está en el palco le dice escribí todo eso que me dijiste. Estanislao va a su casa, en vez de irse a la cama se queda escribiendo; la mujer a las cuatro de la mañana lo llama a la cama y él le dice: no puedo porque estoy escribiendo. Así surge la obra, la escribe en seis o siete días.
“Se publicó por primera vez en un folletín por entregas, y tuvo un éxito impresionante; la segunda fue otro folletín pero completo, con más éxito que antes; y la tercera (y la vencida) es el libro. A este punto está difundidísima, la conocen en todas partes, la recitan en las pulperías; y algunas frases se convierten en lugares comunes, como “y si es chico ese corral ¿a qué encierran tanta oveja’.
“El porqué de la elección del “Fausto’ es por la contemporaneidad del tema, el enfrentamiento entre dos culturas: una cultura de importación, retórica, grandilocuente; y una cultura de lo llano, de lo nuestro, de lo argentino, de lo que no es retórico: una cultura de la sinceridad”.