Señal de ajuste
Todos bailan mientras el lobo no está

Roberto Maurer
Señal de ajuste
Todos bailan mientras el lobo no está

Roberto Maurer
Los brazos en cruz , flameando su camisón celeste y la mirada fijada en el vacío desde la altura de un campanario, minutos después se habrá estrellado contra el piso. Con el rostro apoyado en el cordón de la cuneta y los ojos cerrados, será el momento más convincente de Juanita Viale como actriz durante toda la tira, cuando hizo de muerta. Es una paradoja que el final de “Malparida”, tan trágico, haya coincidido con la alegría provocada por el renacimiento de la ficción en la tele, según el consenso de a ratos exaltado de los medios. En poco tiempo brotaron nuevas tiras bien producidas, con elencos de relumbrón y apoyo de la audiencia.
Así, “Gran Hermano” y su primo de sangre “Soñando por bailar”, odiados por las conciencias limpias, son señalados como un contraste vergonzoso en esta celebración de una especie de resurrección del arte frente a la mediocridad de los realities. Inclusive, se festeja la apertura de fuentes de trabajo para actores, suministrando cifras como lo haría el Ministerio de Trabajo al informar acerca de la creación de empleo en la industria, cuando en realidad se trata de evaluar productos de la cultura del entretenimiento, y no la situación del mercado laboral. La existencia de actores desocupados provoca tristeza, pero se trata de artistas que eligieron una vocación, y no de albañiles y torneros.
En su estado de éxtasis algunos han preferido olvidar al lobo: el actual statu-quo es feliz pero frágil, ya que tarde o temprano deberá afrontar la reaparición de Marcelo Tinelli. Hoy, con las nuevas novelas hasta los horarios son respetados, y se vive la ilusión de un mundo normal. Es lícito preguntarse cómo será la vida cuando vuelva “Bailando por un sueño”.
PÍDELE AL TIEMPO QUE VUELVA
En tanto, se completó el panorama de ficciones con “Un año para recordar”, enganchada por Telefé a “El elegido” confrontando con “Los únicos” y “Herederos de una venganza” de El Trece. La elección de un supermercado como escenario principal no constituye una nueva y temible incursión de la tele en el costumbrismo, sino lo contrario: en “Un año para recordar” la trama de aventura romántica se inscribe en el género fantástico. La idea es conocida y la película que la desarrolla es, por excelencia, la ingeniosa “Hechizo en el tiempo”, de Harold Ramis, donde Bill Murray se redime de su egoísmo viviendo una y otra vez el mismo día, o sea una oportunidad para corregir sus errores interviniendo en el pasado.
La misma lección recibe Ana María (Carla Petersen) (1) en “Un año para recordar” que, en el paisaje conformista de la ficción de masas, incursiona en esa idea atrevida para la tele que supone jugar con el orden temporal de la narración.
Ana María es empleada de un supermercado y a la vez la esposa del hijo del dueño (Rafael Ferro), a quien engaña con Dante Peñalba (Gastón Pauls) (2), un nuevo dependiente con el cual se encuentra a la salida del trabajo, para sepultarse en una habitación de hotel barato donde se aman con locura. El marido la descubre luego del cierre del negocio en una conversación telefónica con su amante, y la apalea en la góndola de los vinos, hasta llegar a la sección menaje, donde Ana María lo mata con un sartén. El registro es de comedia de humor negro, bien lejos de los asesinatos de “Malparida”.
Sostenida por su amiga Micaela (Eleonora Wexler) (3) se apodera de la grabación de los monitores, y vuelve a su casa, desquiciada y culpable, en medio de una terrible tormenta. Al otro día, se despierta con buen tiempo y con su marido vivo y tan desagradable como siempre. Desconcertada, descubre que ha despertado un año antes, y el día en que, accidentalmente, conocerá a su amante, quien, lo ignora, es un agente secreto que lleva una doble vida con identidad falsa. Naturalmente, es un dato que no encaja bien en la trama, pero hay que ponerse en el pellejo de libretistas que cobran todo el año con la obligación de mantenerse creativos día por día, y en especial sabiendo que en algún momento despertará el lobo.
“Un año para recordar” es un noble producto que en su debut llegó a los 20.3 puntos. La noche anterior, es bueno considerarlo, la gala más frenética de la historia de “Gran Hermano” tuvo picos de 25.
( 1) Después de “Lalola” y “Los exitosos Pells”, donde ingresó para reemplazar a las protagonistas, y sin la ayuda de un rostro demasiado bonito, Carla Petersen se ha encumbrado con justicia en la comedia. Su popularidad ha llegado a Rusia, después del comunismo.
(2) Es un actor que ha hecho una carrera exitosa manteniendo siempre una expresión preocupada, que nunca abandona y menos ahora, ya que en la vida real debe afrontar la bancarrota de su productora y pagar las indemnizaciones.
(3) Ha zafado de los personajes de mala.