El Zorro en su corcel, cuando sale la luna

Durante décadas y aun en la actualidad, la serie televisiva “El Zorro” atrae la atención sobre todo de los niños y ¿por qué no? de muchos adultos nostalgiosos.

TEXTOS. ZUNILDA CERESOLE DE ESPINACO. FOTOS. EL LITORAL.

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El personaje montaba en su caballo Trueno y marcaba a sus enemigos una zeta con su espada filosa.

 

Según los mexicanos, la leyenda de El Zorro que realizó y difundió Hollywood está basada en Joaquín Murrieta, personaje nacido en el Estado de Sonora, México.

No hay datos precisos sobre el año en que vino al mundo pero se calcula que fue entre 1824 y 1830, en San Rafael de Trincheras, de la que sólo quedaron unos restos de tumbas del antiguo cementerio y en el lugar han construido una plaza cívica. Allí, cada 23 de octubre se celebra la “Fiesta de Joaquín Murrieta”.

En esa población es infaltable el canto del corrido atribuido de este personaje y que -entre otras cosas- dice: “Señores soy mexicano, pero comprendo el inglés, me lo aprendí con mi hermanos, al derecho y al revés; a cualquier americano, lo hago temblar a mis pies”.

EL VERDADERO ZORRO

Joaquín se casó con Carmen Felisa, ambos apadrinaron a un niño en la parroquia de Altar (Sonora), el 10 de diciembre de 1849, según consta en un acta bautismal. Ese mismo año, sus hermanos José y Jesús, partieron para California. Al año siguiente se les unió Joaquín.

Había comenzado la fiebre del oro en la Alta California y su hermano Jesús le mandó a avisar de un rico yacimiento. Al llegar a destino, lo halló muerto. Vivenciaba el duelo todavía cuando el destino quiso herirlo con mas saña. En compañía de su esposa se dirigía a la ribera del río Stanislaus cuando se encontró con un grupo de forajidos de la peor calaña. A él lo golpearon y a su esposa, luego de violarla, la asesinaron.

Esta tragedia marcó de por vida a Joaquín; transformó el inmenso dolor que sentía en odio hacia los habitantes de esa tierra por el maldecida. Formó una banda que se dedicó al robo de oro, de equinos que transportaban a México y de todo objeto de valor que apareciera en sus correrías. Con su accionar sembró el terror y la inseguridad en la Alta California. Tenía varios sobrenombres: El Zorro del valle de San Joaquín, El Coyote, El Jinete sin cabeza, El Patrio...

LA BANDA DE MURRIETA

Numerosas leyendas y anécdotas rodean su figura. Una de ellas relata que un día domingo en Stockton, apareció un hombre de viril apariencia, moreno, de facciones agradables y natural elegancia. Las damitas -al observarlo- hicieron comentarios sobre su apostura y fantasearon sobre la posibilidad que fuera un mexicano de casta noble y adinerada.

El altivo jinete detuvo su caballo ante un muro del que colgaban cuatro anuncios ofreciendo recompensas a quien lograra atrapar al Zorro. El último ofrecía 500 dólares. El jinete garabateó: yo daré diez mil dólares y firmó Joaquín.

Joaquín Valenzuela era un lugarteniente quien -junto a otro integrante de la banda: Juan Tres Dedos- lograron notoriedad y pasaron a formar parte de anécdotas populares. Querían y respetaban a su jefe y lo secundaban ciegamente.

Se calcula que en 1853 la banda de Murrieta poseía nutrido armamento, una tropilla cercana a los dos mil caballos que se guardaban en Sonora, y gran cantidad de dinero en dólares y oro.

Tal azote significó esta banda para California que en su congreso se comenzó a discutir la manera de apresarlo hasta que, por fin, el 17 de mayo de 1853 se expidió el estatuto en el cual se pidió la cabeza de Joaquín Murrieta por parte de John Bigler, gobernador de California y se estableció una recompensa de mil dólares para quien lo atrapara.

UNA LEYENDA

Harry Love, veterano de guerra México-Estados Unidos, fue designado para cumplir la misión con un grupo de rangers al que comandaría. Esto sucedió el 28 de mayo.

Habiendo aprehendido a Jesús Felis, cuñado de Joaquín, la tarea se vio facilitada, ya que el prisionero lo guió hasta el campamento, situado junto al Arroyo Cantúa. En el amanecer del 25 de julio, mientras dormían, fueron despertados a balazos, la sorpresa, la diferencia numérica (estaban sólo siete allí) los hizo rodar al abismo del fracaso pese al intento de defensa.

Según se cuenta con voz impregnada de fatalidad, Murrieta gritó: ¡No tiren más, el trabajo está hecho!

La cabeza de Murrieta y la mano de Juan Tres Dedos fueron cortadas por Harry Love, para comenzar una macabra exhibición itinerante, que culminó en septiembre de 1855.

Como al Dios romano Jano, representado con doble faz opuesta, siendo común el nombre Joaquín en aquellos tiempos, en una deducción interesada se le atribuyeron crímenes que no había cometido para conformar. Joaquín -mexicano- delincuente que convenía a los intereses norteamericanos y en contraposición, los mexicanos lo vieron como un héroe que vengaba el honor nacional, ya que les habían arrebatado parte del suelo patrio. La muerte transformó a Joaquín Murrieta en un ser legendario cuyo recuerdo pervive hasta la fecha.

ROMÁNTICA HISTORIA FICCIONAL

En 1919, el escritor Johnston Mc Culley crea la primera historia del Zorro que tuvo una notable repercusión popular.

Este jinete enmascarado peleaba por la verdad y combatía la injusticia que cometían los poderosos contra los humildes pobladores de Los Ángeles durante el dominio español.

Hijo de Alejandro de la Vega, rico terrateniente español, Don Diego al volver de España, país al cual había ido a estudiar, se enfrentó al cruel Capitán Monasterio que abusaba de su poder para poder atesorar riquezas.

De día finge ser despreocupado y cobarde pero de noche recurre a un refugio subterráneo, allí lejos de miradas indiscretas, adopta la identidad secreta de El Zorro, una figura enigmática vestida de negro, con negro sombrero y negro antifaz, una capa de igual color y una espada filosa. Montado en su caballo Trueno, cabalga en la noche y enfrenta a los enemigos, a los cuales deja marcados con una zeta realizada con su espada filosa.

La primera película sobre este personaje se realizó en 1920, se llamaba “La marca del Zorro” y la protagonizó Douglas Fairbanks. En 1940 tuvo repercusión la remake que protagonizó Tyrone Power, pera la que popularizó masivamente la historia fue la serie “El Zorro” de los estudios Walt Disney, protagonizada por Guy Willians, cuyo primer capítulo se vio en octubre de 1957 y el último en 1961.

GUY WILLIAMS, EN EL RECUERDO

Guy Williams fue el seudónimo elegido por el actor Armando Catalano, nacido el 14 de enero de 1924 en Nueva York. Al finalizar sus estudios trabajó como modelo masculino. En 1952 fue contratado por la MGM y la Universal Internacional Studios.

Trabajó en varias películas con actuaciones pequeñas. Estaba ya dispuesto a abandonar sus proyectos cinematográficos cuando, a través de un casting, fue contratado para ser protagonista principal de una serie televisiva, que posteriormente le daría fama universal.

Williams tuvo que esforzarse mucho para lograr la excelencia que requería la interpretación de ese personaje multifacético: en primer lugar, entrenarse con rigor para transformar su cuerpo de modelo en el de un imponente héroe, y luego practicar equitación y esgrima.

La canción de inicio de la serie decía: “En su corcel/ cuando sale la luna/ aparece el bravo Zorro// Al hombre del mal/ él sabrá castigar/ marcando la “Zeta’ de Zorro// Zorro, Zorro, Zorro”. Ésta, junto a otras canciones de amor que él debía cantar para enamorar a bellas damitas, jugaban un papel muy importante en la serie.

Contrataron un profesor para que le enseñara a tocar la guitarra y a cantar, pero Williams no tenía ninguna habilidad para la música y el canto, así que debió ser doblado por el cantante Bill Lee.

Cuando acabó la serie, interpretó tan sólo un proyecto más de Disney, esta vez fue la serie “El príncipe y el mendigo”; posteriormente el estudio no le renovó el contrato.

Realizó otros trabajos esporádicos que no tuvieron repercusión, finalmente abandonó todo y eligió Argentina como país de residencia. Lo había visitado años antes para promocionar “El Zorro” y quedó prendado del estilo de vida de los ciudadanos argentinos.

Se radicó en Buenos Aires, compró una estancia y la muerte lo encontró en 1989, cuando contaba con 65 años. Al no verlo por varios días, sus vecinos alertaron a la policía, quien lo encontró muerto por causas naturales en el departamento en el que vivía. En soledad acabó la vida de este actor que con su simpatía, prestancia y arrojo supo cautivar multitudes encarnando al Zorro, el personaje incorrupto y justiciero.

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El Zorro cantaba canciones de amor para enamorar a bellas damitas.

Personajes secundarios

- Bernardo (Gene Sheldon): era el mayordomo mudo de Don Diego de la Vega, quien fingía ser sordo y lograba oír las conversaciones privadas de los enemigos y luego las trasmitía mediante señas a su amo. A veces, vestido con su ropaje negro, lo reemplazaba haciendo que Don Diego fuera visto en el mismo lugar en que aparecía El Zorro, para desvirtuar cualquier sospecha que lo vinculara al rebelde.

- Sargento García (Henry Calvin): comandaba a los soldados de la guarnición. Era un personaje cómico debido a su escasa inteligencia y a que originaba situaciones graciosas. Los bandidos conocían sus debilidades y sacaban partido de ellas, lo que entorpecía a veces el accionar del héroe. No obstante, era una persona buena y sumamente ingenua.

- Cabo Reyes (Don Diamond): obedecía al obeso Cabo García y se plasmaban entre ellos escenas ridículas provocadoras de risas.

- Don Alejandro de la Vega (George J. Lewis): rico terrateniente, prominente ciudadano y padre de Don Diego. La aparente cobardía del hijo lo abochornaba y se producían roces en el hogar.

- Tornado: caballo en que confiaba ciegamente el paladín, que fuera interpretado por el caballo Diamond Decorator, de siete años y hermosa estampa, que tenía tres dobles para realizar algunos trucos trucos y acciones de riesgo.

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En El Fuerte, en el Estado de Sinaola, México, existe una estatua que recuerda a este héroe.