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Más vale tarde que nunca
El gobierno nacional convocó a discutir una política industrial de largo plazo. Los postulados son casi los mismos que la UIA había propuesto en 2009, pero ahora habrá más interlocutores.
Félix Canale
Por primera vez desde 2003, el gobierno central anunció su intención de trazar un plan estratégico con vista a 2020, para consolidar la industria argentina. La descripción de la iniciativa estuvo a cargo de la ministra del área, Débora Giorgi, el jueves pasado.
La metodología consistirá en la realización de 10 foros con trabajadores, empresarios, académicos, banqueros e inversores de todas las provincias del país, para analizar con perspectiva federal igual número de sectores productivos, según la información oficial.
Los sectores seleccionados son Alimentos; Calzados, Textiles y Confecciones; Madera, Papel y Muebles; Materiales de Construcción; Bienes de Capital; Maquinaria Agrícola; Autos y Autopartes; Medicamentos; Químicos y Petroquímicos, y Software. El conjunto de esos rubros explica el 80% del PIB industrial y más del 60 % del empleo manufacturero.
Algunas de esas convocatorias ya tienen fecha: el 29 de marzo la cadena de calzado y marroquinería, el 12 de abril autos y autopartes y el 26 de abril el sector de medicamentos. La serie de encuentros debe finalizar el 31 de agosto.
Hasta última hora del viernes 25 El Litoral intentó obtener precisiones en el Ministerio de Industria (oficina de prensa, gabinete de asesores y despacho de la ministra) sobre las instituciones ya convocadas o por convocarse, pero tal información no estaba disponible, como tampoco la referida a la modalidad sobre la participación “federal” en los distintos foros. Sí, se confirmó que no se habían realizado consultas previas con la Unión Industrial Argentina.
El otro plan
Un dirigente de la UIA, que habló a título personal pidiendo reserva de nombre, comentó a este diario que, a su juicio, la iniciativa iba en la dirección correcta, aunque con reparos. “Son muchos elementos a analizar, entre ellos los macroeconómicos, que dependen de las políticas del Estado, como para aspirar a tener un plan en seis meses. Además, está en plena vigencia el debate sobre la inflación y el incremento de los costos industriales en dólares, lo que puede enturbiar cualquier análisis”, dijo.
El dirigente también mencionó una propuesta anterior, realizada en septiembre de 2009 por la Unión Industrial Argentina. “Del plan actual sólo conozco lo que salió en los diarios, que no es mucho, pero por lo que he leído creo que existe cierta coincidencia entre lo que planteó la UIA en su momento y la propuesta de ahora. Tal vez se habría ganado tiempo si la iniciativa hubiese comenzado a discutirse hace dos años”.
Financiamiento y Fisco
El Litoral obtuvo una copia del documento de la central fabril, donde se comprueba que, efectivamente, existen puntos de coincidencia. Pero también se consignan sugerencias que no fueron escuchadas por el gobierno. La pregunta es si en esta nueva ronda de foros, con múltiples voces, esos temas serán atendidos.
En su documento, la entidad comentaba que para ese momento tenía elaborados estudios sobre de más de 33 cadenas de valor (campo-industria-servicios) junto con el relevamiento de más de 330 desafíos y debilidades tecnológicas sectoriales. Basada en tal información, la entidad formulaba sugerencias.
Una de ellas fue el pedido de creación de un Banco de Desarrollo para apoyar distintos emprendimientos productivos a mediano y largo plazo, a costos competitivos. La base -señalaba la UIA- sería contemplar medidas de capitalización y fondeo claras.
En el plano fiscal, se pedía la eliminación de impuestos distorsivos (en particular ganancia mínima presunta, créditos y débitos e impuestos provinciales) y los mecanismos que generan doble tributación, tales como las tasas municipales sin contraprestación. A esto, se sumaba el pedido de un régimen especial de reinversión de utilidades para Pymes industriales y mecanismos para tomar las contribuciones patronales a cuenta de IVA.
Estadísticas y comercio
Otra de las propuestas de 2009 fue restaurar el Sistema Nacional de Estadísticas (Indec), junto con el fortalecimiento de otras instituciones públicas y privadas. También la adecuación de la Ley sobre Riesgos de Trabajo estableciendo el criterio de la opción excluyente (y no del cúmulo) y la transferencia a la seguridad social en el caso del accidente in itínere de la reparación por incapacidad laboral.
En una de sus posturas más críticas, la central empresaria señalaba que la política comercial interna estaba girando (igual que hoy), en torno a la aplicación de controles de precios que afectaron a muchas cadenas de valor, atentando contra la producción y la generación de empleo. Esto se acompañó con restricciones e intervenciones que agudizaron aún más las complicaciones, afectando la rentabilidad.
Para superar tal situación, la UIA proponía definir una política comercial “sobre la base de la libertad de transacción y la competencia en los mercados, motorizando el incremento de la producción y la generación de puestos de trabajo, y propiciando una mejor articulación de los diversos sectores productivos para avanzar hacia etapas con mayor valor agregado”. Casi las mismas palabras utilizadas por Giorgi el pasado jueves.
