Una perdigonada destrozó la cabeza de la víctima
Fue a reclamar dos teléfonos y lo mataron brutalmente

Preocupados los vecinos comentaban lo ocurrido anoche, a escasos metros del lugar del hecho.
Foto: Alejandro Villar
Una perdigonada destrozó la cabeza de la víctima
Fue a reclamar dos teléfonos y lo mataron brutalmente

Preocupados los vecinos comentaban lo ocurrido anoche, a escasos metros del lugar del hecho.
Foto: Alejandro Villar
Un joven fue asesinado en Alto Verde cuando desarmado fue a pedir que le devolvieran objetos robados en su casa.
José Luis Pagés
Un joven vecino del distrito Alto Verde fue alevosamente asesinado anoche cuando se presentó en una vivienda de la Manzana 9 para reclamar a su dueño la devolución de dos teléfonos celulares que habían desaparecido de su domicilio.
La víctima del trágico suceso recibió por única respuesta una perdigonada de escopeta que le destrozó la cara. Luis Adrián Casco (27) dejaría de existir -alrededor de las 21-, cuando era llevado a bordo de una ambulancia en dirección al hospital José María Cullen.
La versión que presenta a Casco reclamando por el despojo que habría sufrido una semana atrás es una entre otras que circulan en el vecindario, pero no existen dudas acerca de quiénes fueron los dos individuos interpelados.
Uno de ellos sería el asesino, un tal C., según lo reconoció un hombre mayor de su propio grupo de familia, “Ese Casco vino a “bardear’ acá, pero salió el pibe y le pegó un tiro”, dijo brutalmente cuando lo entrevistamos esta mañana.
En tanto, una mujer, tía de Luis Casco -la víctima-, dijo que el muchacho estaba casado, era padre de dos niños de 2 y 3 años de edad y trabajaba en la industria química.
Esa misma persona recordó que ayer la familia había celebrado el cumpleaños del menor de los chicos y que después, a la noche, Casco se dirigió a la casa de A. y C. para exigir una vez más que le devolvieran los teléfonos robados.
C., quien se encontraba junto al otro jovencito, escuchó a Casco y luego entró a la casa, pero al regresar a la calle lejos traer con él los teléfonos de la discordia empuñaba una temible escopeta “recortada”.
Entonces se escuchó un estampido y Casco se desplomó. A la pregunta de dónde cayó el herido contestaron los vecinos señalando una enorme mancha de sangre impresa en el suelo de arena.
En la Manzana 9 de La Boca la vida vecinal había vuelto a la normalidad esta mañana, pero en los escasos doscientos metros que separan la casa de la víctima de la casa del victimario se notaba que algo anormal había ocurrido, medias palabras y comentarios sombríos iban y venían, de vereda a vereda.
En cuanto a la actuación policial se descuenta que por jurisdicción intervino en los primeros momentos la Comisaría 24a., pero apenas falleció Casco el caso pasó a manos de los agentes de Homicidios.
A. y C. desaparecieron anoche en medio de la confusión que siguió al escopetazo mortal, se presume que alcanzaron a huir a bordo de un automóvil que velozmente los retiró del lugar.

La sangre impresa en la arena, más atrás el sitio donde la víctima hizo su reclamo. Foto: Alejandro Villar.