Tribuna de opinión

¿Es bueno tomar el agua del riacho Santa Fe?

Domingo Pochettino (*)

La población de la ciudad de Santa Fe viene atravesando en los últimos tiempos situaciones complicadas en lo que hace al normal suministro de agua potable. En un intervalo de seis meses aproximadamente, la cañería que transporta agua cruda del riacho Santa Fe ha sufrido dos roturas que trajeron como consecuencia la interrupción del servicio a todas las familias santafesinas en el primer hecho y, a la gran mayoría de éstas en el segundo, fundamentalmente las que habitan los populosos barrios más alejados del centro de la ciudad.

La propuesta del Gobierno

En la entrevista realizada por el diario El Litoral del 23 de enero del corriente año el Ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, Antonio Ciancio anunció una inversión entre 9 y 10 millones de pesos para la construcción de una nueva traza para un nuevo acueducto que reemplazará al que tantos problemas nos ha dado, pero siempre con la toma de agua ubicada en el riacho Santa Fe. Según lo manifestado por el Ministro, “La empresa va a hacer esta inversión que creo nos va a dejar tranquilos.”

Respuestas

En realidad los santafesinos no nos podemos quedar tranquilos con esta minúscula inversión. En ese sentido bien lo dice en su carta pública al Gobernador el Ing. Qco. Jorge Hammerly al sostener que la única solución de fondo es que el Gobierno adopte la decisión política de abastecer la planta potabilizadora de Assa con el agua que hoy, en una mínima parte, es proveída por la toma de agua del río Colastine. El citado profesional, Magister en Evaluación de Impacto y Gestión Ambiental, opina que “el agua cruda captada en la Toma del río Colastiné, es de mejor calidad fisicoquímica y bactericida que el agua captada en la Toma Hernández, sobre el riacho Santa Fe”. En realidad, con los números que él aporta las diferencias entre una y otra toma son más que notables en detrimento del riacho Santa Fe.

Los riesgos del cloro

La captación de agua del río Colastiné no solo significaría una disminución de costos en el proceso de potabilización sino que también redundaría en una mejor calidad del agua que tomarán los santafesinos y sin riesgos.

¿Por qué hablamos de riesgos?

Porque el tratamiento de aguas para su potabilización agrega elementos químicos entre ellos el cloro- que no son inocuos a la salud humana. La cloración del agua produce compuestos clorados de diverso tipo y la concentración de estos es mutágena, geratogénica y carcinógena a largo plazo.

Los trihalometanos en general, y el cloroformo en particular (conocido carcinogénico), se encuentran en el agua potable como consecuencia directa de la práctica de la cloración, asevera Francis Mayo, científico norteamericano director del Laboratorio de Investigaciones del Medio Ambiente de Estados Unidos. Estos compuestos que se forman de la combinación del cloro con contaminantes orgánicos (que existen en una proporción de más del 100% en el riacho Santa Fe con respecto al agua del Colastiné) son los causantes del riesgo de contraer cáncer.

Según el Dr. Robert Morris, investigador del Colegio Médico de Wisconsin, “mientras más cloro se use, más peligrosa es el agua. La relación entre el cáncer y los subproductos resultantes del tratamiento del agua potable con cloro, parece ser mayor a medida que se aumentan las dosis de cloro”.

Podemos citar una profusa bibliografía sobre el tema que cualquier especialista en agua potable conoce muy bien. En este mundo globalizado ya no hay secretos guardados bajo llave. Entonces, yo me pregunto: ¿Mas allá que sea necesario, en lo inmediato, asegurar una nueva toma de agua del riacho Santa Fe no será el momento de decidir la ampliación del caudal del acueducto que viene del Colastiné o directamente la construcción de un nuevo acueducto?

Pensemos en grande

Creo que hoy la Provincia está en condiciones económicas y financieras de iniciar esta obra que continuara la próxima administración, cualquiera sea su signo político. Vivimos una situación muy favorable en el país y en la provincia, situación que por su permanencia no se dio en años anteriores, incluidas crisis económicas, políticas y sociales que vinieron para quedarse por largo tiempo. Pero ahora la perspectiva es afortunadamente diferente y es posible decidir inversiones a mediano y a largo plazo, o sea delinear políticas de Estado, que son muy necesarias en el manejo de un recurso natural como el agua que es, a su vez, un derecho humano fundamental.

Hoy, sin dudas, la lucha por los derechos humanos comprende de manera primordial el medio ambiente y el acceso en las mejores condiciones posibles a los bienes de la naturaleza.

Es necesario el compromiso de todos los santafesinos así como de sus instituciones que, sin dudas, tendrán elementos para aportar en este tema.

Creo que es un debate imprescindible y urgente.

(*) Ex - Sec. De Estado de Derechos Humanos

Provincia de Santa Fe

La captación de agua del río Colastiné significaría una disminución de costos en el proceso de potabilización y redundaría en una mejor calidad del agua.

La lucha por los derechos humanos comprende de manera primordial el medio ambiente y el acceso en las mejores condiciones posibles a los bienes de la naturaleza.