Fue abandonada por un delincuente en retirada
Una niña usada para robar

Sorprendente revelación de una nueva y perversa modalidad delictiva arrojó un procedimiento policial en Guadalupe.
Foto: Archivo
El ladrón escondía el arma y el botín en la mochila de la hijastra quien, por otro camino, debía regresar a su casa.
José Luis Pagés
Un procedimiento practicado por personal del Grupo de Operaciones Especiales puso al descubierto la perversa utilización que un delincuente hacía de la hija de su concubina, una inocente criatura de apenas 10 años de edad.
Al mismo tiempo -y pese a que el incalificable personaje logró darse a la fuga-, el resultado del operativo dejó al descubierto una novedosa modalidad que permite a un asaltante deshacerse de armas o pruebas comprometedoras en cuestión de segundos.
En los primeros minutos de ayer, agentes del Grupo de Operaciones Especiales acudieron al llamado de dos jóvenes a quienes, en la esquina que forman las calles J.P.López y Lavalle, había intentado asaltar un hombre que cargaba con un bolso y una escopeta.
Los policías, “con las señas aportadas por los denunciantes”, fueron tras el ladrón y lo encontraron, pero aquél, al advertir la proximidad de los uniformados abandonó el bolso, la escopeta y un cuchillo, sus herramientas de trabajo y en contados segundos desapareció a la carrera.
En la esquina de Güemes y Alberti, donde el asaltante en fuga fue visto por última vez, los agentes encontraron el bolso, es decir, una mochila escolar que dejó en manos de la pequeña hijastra, su cómplice involuntaria.
El hombre que escapó dejando a la niña librada a su suerte, es un tal “Pulga”, a quien la policía busca ahora por su nombre y apellido.
El individuo en cuestión se valía de la niña para que -una vez consumado el atraco- fuera ella quien, sin despertar sospechas, cargara con el botín y las armas, dejando al delincuente con las manos libres.
La madre, una mujer 20 años mayor que su concubino, se presentó en la Seccional 8a. cuando supo que allí estaba la niña, pero los funcionarios de esa dependencia debieron explicarle por qué no podría llevarla con ella.
La niña había sido derivada a la Subsecretaría de la Niñez, el Adolescente y la Familia, mientras el sumario policial se instruye en la Comisaría de Guadalupe con conocimiento de la Justicia competente.




