Señal de ajuste

Evasiones antes del fin

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Piper Perabo como Annie Walker es la bella espía de “Covert affairs”.

Fotos: Gentileza USA Network/ABC

 

 

Roberto Maurer

En estos días, las series de televisión son útiles para evadirse de nuestras preocupaciones ante el inminente holocausto atómico, a pesar de la manifiesta complicidad de los ingenieros nucleares que aparecen en la tele para tranquilizarnos, reduciendo la catástrofe de Japón a las proporciones de un incidente en la cancha de Atlanta. Justo, la señal AXN ha lanzado su semana de estreno de series para la temporada, incluyendo un par de pilotos de nuevos productos titulados “Covert affairs” y “Detroit 1-8-7”.

Espías

“Covert affairs” es una serie de espionaje y acción en registro de comedia a veces romántica, que parece evocar los tiempos simples de la Guerra Fría que modelaron al género. Su protagonista es Annie Walker (Piper Perabo), una rubia simpática y aguerrida, algo así como una secretaria de Sofovich con aspiraciones a Julia Roberts, que es reclutada por la CIA por su facilidad para los idiomas, a la vuelta de un largo viaje, en el una de cuyas etapas sufrió un desengaño amoroso. Luego de disfrutar de tres semanas de pasión en las playas de Sri Lanka con un desconocido, se despierta con una nota de despedida y la cuenta impaga del bar. Para olvidar, ingresa a la CIA, donde es aceptada y promovida con una velocidad sospechosa, ya que sabemos que la famosa agencia es más exigente que un supermercado. Aunque tal como aparece en la serie, el nivel de sus intrigas intestinas no la hacen demasiado diferente a las del supermercado de “Un día para recordar”, la tira de Telefé.

Para el público futuro de “Covers affairs” es oportuno adelantar que al final de esta primera entrega, la protagonista es salvada de la muerte por un misterioso desconocido que se pierde rápidamente a bordo de un subte, y en quien ella ha alcanzado a reconocer al hombre que la enamoró y luego la dejó plantada en Sri Lanka. En realidad, ese sujeto es tenazamente buscado por la CIA y no sabemos los motivos, aunque se percibe que la pobre Annie fue reclutada por la agencia sólo como una carnada para atrapar al tipo. En ese secreto reposará la ficción, o sea el enigma que rodea al huidizo personaje que, para colmo se adueñó del corazón de Annie.

En cuanto a la aventura, en el capítulo estreno, antes de terminar su entrenamiento, ella es enviada a la central de la CIA para ocuparse de un espía y asesino ruso que ha pactado con la agencia, ya que ella habla el idioma y tiene la presencia de “acompañante”. Al final es condecorada, ya que resuelve el caso con inteligencia y temeridad, atravesando balaceras y conflictos de jurisdicción con el FBI.

Su guía en el santuario de Langley, Virginia, es un joven ciego, apuesto, agradable y suavemente cínico, que la alecciona acerca de la jungla en la cual se ha introducido, donde su supervisora vigila por presunta infidelidad a su marido, el director de Operaciones Secretas, al tiempo que este último se enfrenta con una periodista agresiva que tiene una fuente secreta adentro de la CIA. En su primera misión, Annie descubre que la realidad es “turbia y peligrosa”, y que no se ajusta al vocabulario técnico con el cual la entrenaron.

Su hermana cree que Annie trabaja en el Smithsonian y le busca un candidato, en especial un insufrible funcionario del Banco Mundial, en tanto que, en una consulta con su viejo profesor de ruso, la protagonista es advertida acerca de su nuevo empleo en la CIA: “Trabajar para esa gente no te llevará a nada bueno”.

Policías

En cuanto a la otra novedad de AXN, “Detroit 1-8-7” es un show policial que se añade a las incontables series del género que pululan en la pequeña pantalla. Se inscribe en el “realismo de comisaría” donde la “familia policial’’ es retratada con sus conflictos, y en el cual la acción es nerviosa, con un tratamiento casi periodístico, y que transcurre en exteriores urbanos que en este caso son los de Detroit, “la cuna de Motown y alguna vez el corazón de la industria del automóvil, ahora con una de las tasas más altas de homicidios del país’’, se oye en la introducción.

En el primer capítulo, varios asesinatos son resueltos principalmente gracias a las virtudes del detective Louis Fitch (Michael Imperioli), a quien “nadie entiende bien, pero obtiene resultados’’, según el comentario de una compañera. En el personaje se ha encontrado, nada menos, que el equivalente policíaco de Dr. House. Es poco sociable, sus técnicas se apartan de la ortodoxia y conoce hasta la respiración de la mente criminal, lo que se notó en el discurso emotivo con el cual persuadió a un asesino para que se entregara.

—¿Era sincero? -le pregunta su compañero.

—En ese momento, sí -fue la lacónica respuesta de Fitch.

Entre las reflexiones de seccional, al fin de la jornada, el protagonista afirma: “Puede que seamos la última línea de montaje de Detroit”, una referencia amarga a la agonía de la industria automotriz.

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Michael Imperioli como el detective Louis Fitch.

Fotos: Gentileza USA Network/ABC