El maíz suma más tecnología
El maíz suma más tecnología
Las semilleras intensifican las líneas de investigación para el cultivo. Monsanto presentó sus novedades en su planta de Rojas, basados en el germoplasma y la genética. Syngenta exhibió Agrisure, su apuesta al concepto de protección total de la semilla.

Federico Aguer/Juan Manuel Fernández
En la planta de Fontezuela, muy cerca de Rojas, Monsanto desarrolla las nuevas líneas para el futuro. Las instalaciones, caracterizadas por estrictas normas de seguridad, configuran el escenario en el que el maíz es el protagonista omnipresente.
Para el directo de investigación de la planta, Federico Vartorelli, el desafío pasa por incorporar la gran cantidad de avances de los últimos años, integrándolos en una sinergia sin precedentes. “Todos los años en la planta se generan 5 millones de datos”, dispara como para romper el hielo con semejante cifra. En esta “nursery” se realiza un relevamiento diario de los 50.000 surcos a un sistema global.
Este año, la semillera con sede en EEUU tuvo la buena idea de montar un virtual “museo del maíz a cielo abierto. En el mismo, se podían observar no sólo los primeros desarrollos de Dekalb, sino las primeras plantas de maíz conocidas por el hombre, 6.000 años atrás. De ahí al nuevo Triple Pro, toda la escala de modificaciones impulsadas por la tecnología humana: impresionante.
“La ventaja que tenemos es el germoplasma desarrollado para Argentina como materia prima, gracias a que Dekalb lo alcanzó en los años 60, 20 años antes que la competencia”, dijo. La marca suma además el trabajo de cooperación realizado por instalaciones similares en otras partes del mundo. El objetivo: el mejoramiento simple a través del rinde y la estabilidad. “Esa tecnología aplicada se traduce en la más avanzada de Argentina, ya que el recurso (compuesto por nuestra gente más el volumen de trabajo), está basada en la inversión en genética clásica junto con la biotecnología”, agrega. “El sentido último de todo este trabajo es la mayor producción de alimentos, sustentados en la seguridad alimentaria buscando más rentabilidad para el productor y mayor competitividad de la marca”, destacó Pablo Vaquero, vicepresidente de la compañía.
Breeding
“Cada año nosotros rediscutimos los objetivos de mejoramiento que son específicos del cultivo y de la región y dependientes de las debilidades y las fortalezas de germoplasma que estamos manejando”, graficó Guillermo Van Becelerac, breeder comercial. “Además del germoplasma adaptado al país, disponemos de líneas que desarrollan otros breeders en otros países del resto del mundo.
Luego, resumió el difícil trabajo de los criadores. “Para desarrollar una línea nueva tengo que cruzar dos líneas que ya tengo. En este caso los ejemplos son 4 surcos de un parental 1 y 4 de un parental 2”, empezó. En este ejemplo se trataba de una línea adaptada con buen rendimiento, resistente al mal de Rio IV, resistente al vuelco, pero con una debilidad: era susceptible a la roya de común de la hoja . “Entonces busco una línea de Sudáfrica que no rinde, se vuelca, y tiene otros problemas de adaptación a stresss hídrico, pero no tiene ni una pústula de roya”. El ejemplo es simple, porque las características están más repartidas entre los padres, pero sirve para graficar la metodología.
“Se toma polen de una de las líneas y se fecunda la espiga de la otra línea. Eso se hace para producir un híbrido comercial, nada más que en este caso estamos cruzando dos líneas hembras o dos líneas macho para desarrollar una línea hembra o una macho. La cruza da origen a un filial llamada F1. Esa es la primera generación que se autofecunda, produciendo la población o F2. Cuando una planta se autofecunda es cuando se toma polen o se fecunda la espiga de la misma, usando sobres que impiden que venga polen de otra planta y la fecunde. Al taparla antes que largue los estigmas receptivos al polen tapo la panoja para recolectarlo, y el día que salen los estigmas destapo, polinizo y vuelvo a tapar, con lo que me garantizo saber quién es el padre y la madre de este híbrido que estoy produciendo. Después del F1 se pasa al F2, llamada población segregante. Tiene variabilidad para todos los genes para las cuales aquellas dos líneas difieren. De altura, de vuelco, de rendimiento, y acá nos concentramos en resistencia a roya, por lo que se verán todo tipo de plantas.
Paso a paso
“Evaluamos cientos de poblaciones por año, cada uno de estos individuos es una línea potencial, a la que tengo que fecundara durante cinco generaciones más para obtener una planta endocriada. A medida que avanzamos en las generaciones nos acercamos a una línea homocigótica que es genéticamente idéntica. El breeder entra a la población y ve cuáles son resistentes a roya. Cada una de esas será un F3, o generación posterior, con cuatro surcos que se cruzan con una línea comercial que se cruza con una línea comercial”. Cada año Monsanto genera 12.000 híbridos nuevos que testea en todas las áreas de la región templada.
En base a los datos seleccionamos, de manera que en 2 años reduzcamos esos 12.000 a un par de decenas de híbridos para analizar cuales líneas alcanzan las virtudes que buscábamos. El proceso lleva 6 generaciones, pero nosotros lo acortamos a 4, usando campos de invierno en Hawaii donde enviamos los materiales. También se usan otras tecnologías que permiten generar un línea a 2 generaciones: polinizando a través de un inductor que genera individuos con un sólo elemento cromosómico que viene de la madre. El otro método son los marcadores moleculares, que son secuencias específicas de ADN que detectan en el laboratorio y que según las asociación que esas secuencias tengan a los objetivos que estemos persiguiendo nos pueden ayudar en la selección.
Para Mario Cela, breeder de híbridos para el NOA y el NEA, cada año se lanzan materiales que acumulan todo ese trabajo, “con la suerte de partir de un germoplasma argentino. Si uno debiera empezar con un material exótico sería muy difícil. Se toman las líneas de trabajo anteriores para desarrollar híbridos. Se evalúa la sanidad y el rendimiento per se, lo que asegura un buen precio de venta final. Se realiza la siembra de ensayos comparativos de rendimiento en parcelas de 4 surcos comparadas frente a testigos propios y de otras empresas. Si avanzan a precomerciales, se desarrolla el valor, basados en las características regionales de manejo”.
Finalmente, se realizó una UEDAP (Unidad Experimental Dekalb de Alta Producción) exclusivamente para periodistas. Alberto Bongiovani, a cargo del lugar, remarcó que se viene incrementando la tendencia el uso de fungicida en el uso del maíz. “En el 85 % de los ensayos demostró su importancia. Los pilares de trabajo son la genética, las biotecnologías y las prácticas agronómicas. Para terminar, remarcó las virtudes del nuevo Bt Triple Pro: “Mayor protección aérea (cogollero, isoca y diatraea), protección subterránea (diabrótica) y control de malezas.
En Venado Tuerto
Pedro Rugeroni, Director General de semillas de Syngenta, habló con Campolitoral sobre los híbridos de maíz, semillas de soja y los paquetes biotecnológicos en el marco de la ExpoSyngenta realizada el martes 14 en Santa Isabel, departamento General López. “Estamos tratando de salir de la propuesta del híbrido o el agroquímico y meternos en la solución completa; de tratar de simplificarle la vida al productor”, señaló en referencia a la combinación de genética y protección de cultivos para obtener el máximo rendimiento.
Se sabe que el productor es blanco de un bombardeo de nuevas tecnologías y por lo tanto “lo que tratamos de hacer —detalló— es juntar toda esa tecnología en una oferta más simplificada, en genética, protección de eventos biotecnológicos —actuales y por venir—, insecticidas, fungicidas y herbicidas. Esta propuesta de la compañía nos ubicará en una situación diferencial en el mercado; ninguno de nuestros competidores está en condiciones de hacer una propuesta total para el cultivo como Syngenta”. Este concepto es Agrisure, que ya tenía tres productos: TDMax (protección total frente a Barrenador del Tallo y parcial contra Spodoptera frugiperda y Helicoverpa zea), TGPlus (tolerancia a glifosato), TD/TG (tolerancia a glifosato y Diatraea). A ellos se sumaron dos nuevos: Viptera (tolerancia a lepidópteros con protección total de tallo, hoja y espiga) y RW (tolerancia a coleópteros que dañan la raíz como Diabrótica sp).
Por su parte, Adolfo Bertachini, gerente de producto de Syngenta se refirió a Avicta Completo Maíz, la protección integral para semillas más completa y efectiva del mercado. “No es un producto, sino una serie de productos aplicados de manera profesional a la semilla que le dan protección contra hongos e insectos, y como novedad contras nemátodos también”. Combina el Maxim 4, que controla todos los patógenos del suelo, la semilla y el almacenaje; un insecticida como el Cruiser 60 Semillero, que controla insectos del suelo y plagas tempranas como los trips. Ahora se probarán en lotes grandes para luego medir los resultados y el paso siguiente es ver cómo se comporta en el campo. “Se les va a hacer la propuesta a productores preseleccionados”, prometen.
Con respecto a otras novedades, “este año vamos a sacar cuatro híbridos de punta con esta oferta de protección integral, además del herbicida, más el sulfosato touchdown. También un fungicida foliar Amistar Extra”. Con ese paquete apuntan a consolidar mayores rindes que los logrados con las tecnologías zonales que utilizan los productores. “Lo que queremos hacer es un piloto comercial”.
Impacto cero
Patricio Mayor se refirió a otro adelanto: el concepto de “Agrisure Artesian”. El mismo pretende mostrar la potencialidad de híbridos comerciales como el NK860 en un manejo con alta densidad y fertilización con lo que se logra 20.000 kilos de rinde. Además, la posibilidad a futuro de preservar el rinde en condiciones de stress gracias a Artesian, que es una marca que involucra un concepto en el cual se estima una recuperación del 20% de rinde en condiciones de estrés en híbridos que pueden tener o no un paquete génico para tolerancia a estrés. “Estos genes no son derivados de transgénesis sino que son características nativas identificadas en el maíz a través de marcadores moleculares y que se introdujeron en el germoplasma comercial de Syngenta”, explica, y agrega que para lograrlo se estudiaron más de 200 variedades ancestrales de países originarios, como Perú, Bolivia o México.
En Nebraska y Kansas (EE.UU.) ya se está comercializando con “resultados muy promisorios” ya que hay recuperaciones de 18 a 20% de rendimiento, según el ambiente. “En Argentina se estima que en 3 o 4 años puede estar en híbridos comerciales y probablemente estén introducidos en híbridos que tengan triple stack: G21, Bt11 y Vip3; más Artesian, más un tratamiento de semillas con Cruiser o Avicta. Esto no tendrá un gran impacto en el costo porque no es un transgen, y por lo tanto no es una tecnología que se cobra, sino que es una característica nativa que ya estaba en el maíz”, finalizó.
Nuevas líneas de trabajo
El sentido último de todo este trabajo es la mayor producción de alimentos, sustentados en la seguridad alimentaria buscando más rentabilidad para el productor.

Cuello de cisne. Así se denomina a la malformación en la base del tallo que causa el accionar de Diabrótica sp.
foto: juan manuel fernández
“Estos genes no son derivados de transgénesis sino que son características nativas identificadas en el maíz a través de marcadores moleculares”.

Experiencia. Juan Vicenti Kenny, gerente de investigación y desarrollo.
foto: juan manuel fernández