“Que de la mano, de Frank Darío...”

Gana como se le antoja

Unión hizo las cosas al revés: primero metió los goles y después jugó bien. Hubo una notable concurrencia de tatengues en barrio Ludueña a pesar de la prohibición.

Gana como se le antoja

En esta no definió bien. Fausto Montero se prepara para rematar por encima del travesaño ante la marca de López. Esta jugada fue algunos minutos antes de la brillante definición del volante tatengue, que recuperó su nivel futbolístico y mantiene una eficacia goleadora. Foto: Télam

 
 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Rosario)

Los números hablan por sí solos. Los 12 partidos sin perder, los más de 400 minutos sin que le conviertan goles, las 8 victorias de visitante en la temporada, los 26 puntos conseguidos en esa condición, los 6 ganados en forma consecutiva después del empate ante Merlo... Los números hablan por sí solos y las actitudes de este equipo también. Porque este Unión está tan sólido y “soberbio”, que no necesita jugar bien para ponerse en ventaja; y deslumbra cuando tiene que sostener resultados. Así fue la historia de ayer en la cancha de Tiro Federal. Una historia que empezó a escribirse con algunas dificultades, que se inclinó favorablemente en un par de minutos haciendo gala de una notable eficacia y que luego se floreó con el “exquisito lenguaje” al que se recurrió en el segundo tiempo para mantener el resultado y fortalecer la producción individual y colectiva.

Así como decimos que Unión se encontró en ventaja casi inesperadamente y por dos goles, también hay que reconocer no sólo el merecimiento de la victoria —eso está fuera de discusión—, sino también la mayor jerarquía que Unión le viene tirando a sus rivales, cosa que lo convierte en un equipo diferente.

Es notable el mérito de Kudelka y su cuerpo técnico. Los resultados no llegaron por obra pura de la casualidad, sino que hubo un cambio de rumbo firme y seguro en un momento crítico del campeonato, cuando el equipo perdía seguido de local y daba evidentes muestras de irregularidad, para encarrilarlo en lo táctico y en lo individual. Llama poderosamente la atención, a medida que pasa el tiempo, el análisis que se hace de este equipo. Porque daría la impresión de que fue un rapto de lucidez que le llegó a todos y que empezó con aquella buena actuación en Tucumán, que no fue victoria sólo porque Marcos Gutiérrez le atajó el penal en la última acción del partido a Avendaño.

Ocurre que ese rapto de lucidez —si es que nos detenemos en aquel instante— no puede justificar de ninguna manera todo lo que vino después. Porque Kudelka y su cuerpo técnico —que armaron además un excelente grupo humano— encontraron el esquema y los intérpretes a partir de aquella arriesgada decisión inicial de traer 12 refuerzos, de cambiarle la cara al plantel y de agregar estas dos últimas incorporaciones (Fioretto y Soto Torres), que todavía no pudieron meterse entre los titulares sólo por el buen rendimiento de los que vienen jugando.

Entonces, lo que a cualquier entrenador capaz y trabajador le habría llevado un mayor tiempo de preparación y entendimiento, a Kudelka le bastó con 14 ó 15 partidos y algunas derrotas que parecían condenatorias en Santa Fe. Por eso lo de notable a la hora de calificar el mérito de Kudelka, padre de esta criatura y responsable de semejante campaña y de tamaña alegría en el hincha tatengue que no tiene límites y es capaz de arriesgarse y desafiar la reglamentación para colmar un amplio sector de las plateas de la cancha de Tiro, que con su capacidad para no más de 6.000 espectadores se vio invadida por hinchas visitantes.

¿Tiene problemas este equipo?

¿Cuál es, en este momento, el “problema” que tiene Unión?, los siete jugadores que poseen cuatro amarillas y están colgados. ¿Qué puede ocurrir en el peor de los casos?, que casualmente el tarjeteo en algún partido coincida con los que están al límite y se desarme el equipo para el partido siguiente. Pero uno mira la actitud del pibe Barisone para reemplazar y hacer olvidar las ausencias de Correa, primero, y de Avendaño, después; la respuesta de Bruna cuando le tocó entrar en partidos complicados como aquél ante Atlético en Rafaela; Fioretto y Soto Torres que se mueren de ganas por tener más minutos, o Maidana, o la Chancha... No tiene fisuras este momento de Unión y no se observan peligros inminentes. Se podrá perder algún partido —no está fuera de los “cálculos”—, pero, sinceramente, ¿usted se imagina a este equipo con tanta autoestima, tan cargado de valentía, de convicción y con rendimientos individuales que no terminan de sorprender, cayéndose a pedazos ante un acontecimiento negativo como una derrota?, de ninguna manera.

Esa firmeza sin fisuras de la defensa, esa capacidad y confianza para manejar la pelota como se hizo ayer en barrio Ludueña, más el aporte de eficacia que le dieron Quiroga y Montero para aprovechar las únicas dos ocasiones de peligro que se generaron en un primer tiempo que no fue bueno, hacen de este Unión un equipo afianzado. Holgadamente afianzado.

Además, nadie se quiere caer del tren. Por ejemplo, a Pablo Pérez le dieron una “paralítica” y corrió con dificultades durante casi diez minutos, pero en ningún momento amagó con querer salir de la cancha. Y Montero no dejó de picar por el costado o de meter diagonales (armaron una pared estupenda con Rosales que mereció terminar en gol), y lo propio pasa en todos los partidos con un Quiroga que se banca más de lo que cualquier delantero común y corriente haría desde el punto de vista de la entrega física, derrochando generosidad y solidaridad con el resto de sus compañeros.

Mete uno, suma de a tres

En fin; Unión podrá tener momentos de buen fútbol y otros de medianía y hasta de mediocridad (primer tiempo de ayer), pero esto no quita que aparezcan esos otros atributos que distinguen a un buen equipo del resto, como la firmeza, la convicción en lo que se hace adentro de la cancha y la efectividad para derribar a cualquiera que se le ponga adelante.

Ayer, Unión jugó el partido como si se tratara del mundo del revés. Cuando no jugó bien, lo definió en el resultado; y después, se dedicó a demostrar que tiene manejo, que es inteligente, que hay variantes, que puede brillar y que no le cuesta nada mantener un resultado, ya sea ganando por uno, por dos o por más goles de diferencia. Unión llegó a un punto en el que mete uno (goles) y suma de a tres (puntos). Y eso lo acerca considerablemente a la meta. O sea, a la gloria.


/// SÍNTESIS

Tiro Federal 0

Unión 2

Cancha: Tiro Federal.

Árbitro: Jorge Baliño.

Tiro Federal: Vega; Viola, Neumayer, López y Talín; Menicocci, Calgaro, Vilce y Lucas Rosales; Aparicio y Armani. A.S.: Cosentino. Estuvieron en el banco: Cozzoni, Saucedo, Crocce. D.T.: Andrés Rebottaro.

Unión: Limia; Zurbriggen, Correa, Barisone y Cárdenas; Montero, Vidal, Pablo Pérez y Velázquez; Paulo Rosales; Quiroga. A.S.: Arce. Estuvieron en el banco: Yacob, Soto Torres y Bruna. D.T.: Darío Kudelka.

Goles: en el primer tiempo, a los 40 m Quiroga (U) y a los 45 m Montero (U).

Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Prichoda (TF) por Lucas Rosales; a los 12 m Avila (TF) por Vilce; a los 21 m Rossi (TF) por Talín; a los 32 m Fioretto (U) por Montero; a los 36 m Maidana (U) por Cárdenas y a los 40 m Zárate (U) por Quiroga.

Amonestados: en Unión, Barisone y Quiroga.

Gana como se le antoja

Un volante con mucho gol. El Memo Montero marcó cinco goles desde que empezó la serie de doce partidos sin perder. Es mucho para un volante, más allá de las libertades ofensivas que Kudelka le da a Rosales, a Velázquez y al entrerriano. En la foto, Montero celebra su gol con Pablo Pérez, quien lo dejó mano a mano con Vega. Foto: Télam

 

la zaga central se paró con barisone de primer marcador central y correa de segundo. se complementaron muy bien, al punto tal que tiro federal, en el primer tiempo, tuvo una sola aproximación de peligro.

Juegue quien juegue... El que entra, cumple.

Unión tuvo que modificar la habitual estructura de la zaga central en varios partidos. Sin embargo, Diego Barisone estuvo a la altura de las circunstancias. Salvo el partido ante Independiente Rivadavia, cuando a Unión le marcaron un gol de cabeza en un córner, en los otros tres partidos de Barisone el equipo quedó en cero en su arco.

Hay siete colgados

Las tarjetas, para espiarlas.

Son siete los jugadores de Unión que están colgados con cuatro tarjetas amarillas. Se trata de Juan Pablo Cárdenas, Pablo Pérez, Fausto Montero, Paulo Rosales, Jorge Velázquez, Leandro Zárate y Matías Quiroga. En este partido con Tiro cumplió Avendaño, que volverá el jueves.

BAJO LA LUPA

LIMIA (6).- Muy sobrio, sin fallas, siempre atento y haciendo fáciles las que parecían más complicadas. Fue capitán.

ZURBRIGGEN (6).- Elige dos o tres jugadas, por tiempo, para sumarse al ataque. Defendió bien y si gana en confianza, puede aportar sorpresa cuando sube. Está totalmente afirmado.

BARISONE (6).- Hizo que no se notara la ausencia de un jugador importante como Avendaño. Sin problemas con Armani.

CORREA (6).- Expeditivo, atento y firme. De la lesión volvió como si nunca le hubiese pasado nada.

CÁRDENAS (6).- Fue la salida del equipo durante el primer tiempo y mostró seguridad en el manejo. Tuvo una semana complicada por una descompostura. Pero aguantó mucho.

MONTERO (7).- No empezó bien, pero después del gol y en los minutos que estuvo en el segundo tiempo fue desequilibrante.

VIDAL (6).- Es un “relojito”, quita y no para de correr todo el partido. Bien ubicado y sostén del resto de los volantes cuando se adelantaron en la cancha.

PABLO PÉREZ (6).- Otro de los que le costó encontrar el partido, pero que en el segundo tiempo hicieron gala de un buen manejo de la pelota.

VELÁZQUEZ (5).- Tuvo un duelo particular con Menicocci. Lo taparon y, aún así, pudo marcar con un remate cruzado que pasó cerca en el segundo tiempo.

PAULO ROSALES (7).- Trataron de cercarlo; no le hicieron una marca personal, pero estuvieron atentos a sus movimientos. Aun así, armó varios desparramos y estuvo cerca del gol.

QUIROGA (6).- Las corrió todas, aprovechó una de las pocas que tuvo y fue emotivamente generoso con sus compañeros. Gran momento del Flaco.

FIORETTO.- Entró con el partido casi definido a pesar de que faltaba poco menos de 15 minutos. Se paró por derecha y participó del toqueteo tatengue.

MAIDANA.- Hizo lo simple y correcto para custodiar el lateral izquierdo de la defensa.

ZÁRATE.- Entró faltando cinco minutos e hizo bien una: recibió de espaldas, aguantó la marca y le puso la pelota a Velázquez para que defina desviado. También participó con otro desborde y posterior centro que no prosperó.