100 millones y después

El campo alcanza las 100 millones de toneladas de granos. Para algunos, el número es un logro del gobierno. Para otros,la cifra se alcanza a pesar del mismo.

Campolitoral

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Según declaraciones oficiales, este año el país superaría la meta de las 100 millones de toneladas en la producción de granos. La cifra, utilizada durante años como símbolo del potencial de nuestro agro, llegó a transformarse en un fin en sí mismo.

El informe del Ministerio de Agricultura indica que el volumen cosechado es de 100,6 millones de toneladas, de las cuales 44,4 millones corresponden a cereales, 53.8 millones a oleaginosas y 2,3 millones a otros cultivos, tales como algodón, maní y poroto.

En el caso del trigo, el trabajo oficial anticipa que la cosecha alcanzará las 14,7 millones de toneladas durante estos 12 meses, casi 8 millones de toneladas más que en la campaña anterior (la más baja en 100 años), mientras que para la soja la estimación de cosecha se ubica en el orden de las 50 millones de toneladas.

En cuanto a la cebada cervecera, el documento de la cartera agrícola asevera que la producción se incrementó con respecto a la campaña anterior, al pasar de 1,3 millones de toneladas a 2,9 millones de toneladas (el mismo se sustenta en la imposibilidad de comercializar el trigo por las restricciones oficiales). El Ministerio informó que habrá una producción de 4 millones de toneladas de sorgo. El estimado para girasol es de 3,7 millones de toneladas.

Los funcionarios defendieron las estimaciones oficiales argumentando que se realizan a partir de imágenes satelitales, encuestas e informantes calificados, como productores, comercializadores, firmas acopiadoras, cooperativas, distribuidores de agroquímicos y semillas, extensionistas del INTA, etcétera.

Las estimaciones privadas, por su parte, no son tan optimistas. Para la soja, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima 48.8 millones de tn. Con respeto al maíz, algo más de 18.

En una administración nacional en la que los números se manipulan de acuerdo a la conveniencia del momento, el anuncio pasa a ser un dato más.

Cifras más, cifras menos, deberíamos observar la importancia de cultivos como la tan denostada soja (por ejemplo) para el país y el mundo. Habría que dar un paso más y analizar que la respuesta a la demanda por alimentos y combustibles pasará por aumentar la productividad de los cultivos a través de mayor incorporación de genética, biotecnología y un manejo cultural superador.