Mercado de granos

Esperando que vuelva la calma

Las consecuencias del sismo que sacudió a Japón, junto con el inicio de los ataques de las fuerzas de algunos países europeos y Estados Unidos sobre Libia, mantuvieron caldeados los ánimos en los mercados internacionales.

Leandro Gorrín

Esto generó mucha incertidumbre entre los operadores y volvió a aportarle volatilidad a los precios de los principales commodities.

El petróleo fue un claro ejemplo de lo anterior, cuyas cotizaciones treparon más de un 20% (18 dólares) en alrededor de un mes, desde que comenzaran las revueltas sociales internas en territorio libio. La ofensiva dispuesta por la Organización de las Naciones Unidas durante el fin de semana pasado recalentó nuevamente el valor del crudo, que llegó a superar los U$S 105 por barril pero todavía está lejos de batir el récord de U$S 145 registrado en julio de 2008.

Si bien esta situación apuntala los precios de la soja y el maíz al incrementar los márgenes con los cuales opera la industria de los biocombustibles, también provoca inestabilidad en la participación que tienen los inversores en estos mercados. De hecho, los fondos especulativos llevaron a cabo una intensa liquidación de contratos en las últimas semanas, empujándolos a asumir la posición comprada en futuros más baja en Chicago desde mediados del año pasado tanto para el caso de la oleaginosa como del forrajero.

Otro elemento que empezó a incidir sobre las cotizaciones granarias, y que cada vez lo hará con mayor fuerza en el corto plazo, es la expectativa de siembra para la campaña que está comenzando en el hemisferio norte.

Proyección menor

Estimaciones privadas proyectaron el lunes que los farmers estadounidenses sembrarán un área de 30,6 millones de hectáreas de soja, algo menos que lo previsto hasta el momento por el Departamento de Agricultura de ese país, y 37,3 millones de maíz, casi a la par de lo anticipado por dicho organismo. La semana próxima será clave en este sentido ya que el 31 de marzo se publicarán las primeras estimaciones oficiales de superficie.

No hubo mayores novedades desde el punto de vista fundamental en los mercados agrícolas que pudieran enderezar el rumbo de los precios. Solo cabe mencionar la preocupación por el exceso de precipitaciones en algunas regiones de Brasil, el cual estaría demorando más de lo aconsejable el avance de la cosecha, y los pronósticos desfavorables respecto a la evolución de los cultivos de trigo en las planicies norteamericanas, ambos factores aportándole sustento a los mismos.

A no perder la calma

En este escenario, el productor no debería perder la calma y esperar a que se normalicen las condiciones externas, tras lo cual sería lógico presumir que los fundamentos volverán a dirigir la senda por la cual se moverán los valores de su cosecha.