Patovica irritado por un traición

Buscan a los asesinos del profesor de tenis

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El automóvil parcialmente quemado del profesor asesinado en Tucumán.

Foto: DyN

Télam

Los investigadores del asesinato del profesor de tenis Pablo Aiziczon, cuyo cadáver apareció el martes con dos balazos dentro de su auto en la capital tucumana, buscan a una pareja por su presunta relación con el crimen, informaron voceros policiales.

Según los peritajes que realizó la Policía Científica, la hipótesis más firme es que a Aiziczon (42) lo habrían matado por una infidelidad cuando, aparentemente, un hombre lo sorprendió con su esposa o novia.

Por ahora, las pistas llevan a una mujer de nombre Claudia (su apellido se mantiene en reserva), que habría sido alumna de Aiziczon y a cuyo celular la víctima realizó una de sus últimas llamadas antes de ser asesinado.

Según los investigadores, la mujer y su pareja, que aparentemente trabaja de “patovica” en algunos espectáculos, desaparecieron en las últimas horas, tras la repercusión que tuvo el crimen, y ahora son intensamente buscados.

Las fuentes explicaron que no se libró una orden de captura contra la pareja, sino que el fiscal del la causa, Carlos Albaca, quiere interrogarlos en base a los primeros indicios que reunió.

En las últimas horas también se conoció que los peritos encontraron restos de semen, vellos púbicos femeninos y cabellos, también de una mujer, dentro del auto del profesor y en la frazada que usaron los asesinos para cubrir su cadáver.

Lo que aún resta determinar es desde cuándo estaban esas muestras en el vehículo.

El informe de los peritos, además, sostiene que a Aiczizcon lo ejecutaron de un disparo que le entró por la espalda y le salió por el pecho, y que además tenía un balazo en la mano.

Aiziczon era buscado por sus familiares desde el lunes pasado, cuando salió de su casa para trabajar en el club Unidad Sionista, donde daba clases de tenis, y su cadáver fue encontrado al día siguiente en el interior de su auto, que fue abandonado en Saavedra Lamas al 800, en el barrio Horco Molle, de Yerba Buena.

Luego de dejar el cuerpo en el asiento trasero, los responsables intentaron incendiar el auto para eliminar rastros, pero el fuego se consumió rápidamente.

El móvil del robo ya quedó descartado para los investigadores porque entre las ropas de la víctima había dinero, efectos personales y el automóvil Suzuki de su propiedad tampoco había sido saqueado.

Aiziczon tenía 42 años, era profesor de tenis y había estudiado marketing, pero ejerció muy poco esta profesión.

De estado civil soltero, estaba de novio desde hace un par de años y vivía en la casa de su madre.

Desde hace mucho tiempo enseñaba en el club de la Unidad Sionista, en avenida

Aconquija 946 de Yerba Buena, donde todas las tardes dictaba clases junto con su hermano Fernando.