Afganistan

Nueve muertos en protestas contra la quema de Corán

De la Redacción de El Litoral

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EFE

Nueve manifestantes murieron hoy en la conflictiva ciudad de Kandahar, en el sur de Afganistán, durante la segunda jornada de protestas violentas en el país por la quema de un ejemplar del Corán en una iglesia estadounidense.

Según testigos, unas 2.000 personas salieron a las calles de la ciudad, la más importante del sur del país, para protestar por la quema pública de un Corán el pasado 20 de marzo en una iglesia de Florida (EEUU), a manos del pastor Wayne Sapp.

Las fuerzas del orden dispararon contra los manifestantes, que gritaron consignas contra Estados Unidos mientras se dirigían a la comisaría de Policía y llegaron a quemar neumáticos y vehículos, y a romper escaparates de los establecimientos comerciales.

Imágenes emitidas por el canal afgano Tolo permitieron apreciar densas columnas de humo negro y el sonido de constantes disparos, así como la presencia de cientos de manifestantes -niños incluidos- que marchaban a paso rápido y gritaban en actitud furiosa.

Según el portavoz de la provincia de Kandahar, Zalmai Ayubi, las protestas se volvieron violentas debido a la participación de “enemigos del Islam”, uno de los eufemismos que usan las autoridades afganas para referirse a los talibanes, y las fuerzas del orden han detenido al menos a dieciséis personas.

“No se trataba de manifestantes, sino de oportunistas”, defendió ante Efe el jefe del consejo provincial de Kandahar, Ahmad Wali Karzai.

Kandahar, un bastión espiritual de los talibanes, es una de sus áreas de influencia tradicionales y ha sido escenario en el pasado de varios ataques y atentados contra las tropas internacionales.

Los disturbios se han producido solo un día después de las muertes de siete trabajadores de la ONU y cinco civiles durante una protesta parecida en la ciudad de Mazar-i-Sharif (norte), que derivó en la toma violenta de la sede local del organismo internacional.

La acción del pastor Sapp, que pasó inicialmente desapercibida, ha desencadenado una ola de condenas generalizadas entre las autoridades del mundo islámico, en el temor de que pudiera prender la mecha de algaradas, como ha ocurrido en Afganistán.

Por el momento, las autoridades han arrojado la sombra de la culpa de la violencia a los talibanes, aunque un portavoz del movimiento, Zabiullah Mujahid, ha negado cualquier participación, al menos respecto al ataque de Mazar-i-Sharif.

“Si EEUU quisiera rebajar la tensión, nunca habría permitido a su pastor la quema del Corán. Y el suceso de Mazar-i-Sharif nunca habría ocurrido”, dijo en declaraciones a la agencia afgana AIP.