Disímiles condenas


El fallo no satisface a familiares de un decorador asesinado

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El asesino fue condenado a prisión perpetua, su cómplice a diez años de cárcel. La hermana de la víctima preguntó por el policía presente al momento del crimen. Foto: Télam

El hombre asesinado, Gustavo Lanzavecchia, trabajaba como decorador de Susana Giménez.

 

Un hombre fue condenado ayer prisión perpetua por el crimen de Gustavo Lanzavecchia, el decorador de Susana Giménez asesinado en febrero de 2009 en su casa de la localidad de Lomas del Mirador, mientras que un cómplice recibió 10 años de cárcel, lo que causó duras críticas por parte de la familia.

La sentencia dictada por el Tribunal Oral Criminal 5 de La Matanza consideró a Roberto Leiva (29) responsable de “robo agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con homicidio calificado criminis causae” y recibió la pena más grave.

Los jueces interpretaron que Leiva conocía al decorador desde antes, que éste planificó un robo a su casa con un grupo de cómplices y que para garantizarse la impunidad, decidió ahogarlo en la pileta.

Pero los jueces entendieron que su cómplice, Freddy Chena Paredes (20), sólo intervino en el robo y se le aplicaron 10 años de cárcel, una pena mucho menor a la perpetua solicitada por el fiscal Eduardo Campanella y los abogados de la familia de la víctima, Miguel Angel Pierri, y Marcelo Biondi.

“¡Los dos son asesinos, hijos de puta, vos también mataste a mi hermano!”, comenzó a gritar Susana Lanzavecchia, hermana de Gustavo, cuando terminó la lectura del fallo.

“No crean en la Justicia ni en los jueces, hay algo más acá. Él estaba dentro de la casa y le tienen que dar perpetua igual que al otro”, afirmó la mujer mientras lloraba abrazada a su madre y otros familiares.

Luego, Lanzavecchia acusó al policía Alejandro Alvarez Auer (35), quien es el principal testigo del hecho, resultó herido y nunca estuvo imputado en la causa.

“El era una pareja (de Gustavo) que nunca se hizo ver. ¿Dónde está, por qué no da la cara? Nosotros nos estuvimos callando durante dos años porque pensamos que la sentencia iba a ser justa, pero vemos que no es así”, sostuvo.

La hermana del decorador dijo que Alvarez Auer conocía a Chena Paredes desde antes del robo y asesinato de su hermano y remarcó que “cuando atestiguó, mintió en todo momento”.

También aseguró que el móvil principal del crimen fue robar un dinero que su madre le había dado a su hermano y que guardaba en la casa y descartó que esa tarde hubiera habido en la vivienda una “fiesta”.

En la lectura de la sentencia, a diferencia de la familia, los jueces Javier González, Gabriela Rizzuto y Matías Deane valoraron especialmente la declaración de Alvarez Auer, quien llegó a la casa del decorador en medio del robo y pese a resultar herido, logró salvar su vida.

Los magistrados destacaron que el policía pudo identificar a los dos delincuentes en rueda de presos y que su relato, sumado a los peritajes de rastros, manchas de sangre halladas en la casa, fotos y croquis efectuados en la investigación “confirman la mecánica del robo” tal cual la contó el efectivo.

El crimen del decorador fue descubierto la tarde del 27 de febrero de 2009, cuando Alvarez Auer avisó a la policía que en una casa de Charcas 3722, en Lomas del Mirador, había personas heridas, por lo que los efectivos fueron al lugar y encontraron el portón corredizo eléctrico cerrado desde el interior.