Gioja ganó el plebiscito

La previsible victoria de Juan Carlos Gioja en San Juan no modifica la aprensión que provoca esta tendencia de los políticos criollos, a perpetuarse en el poder a través de métodos plebiscitarios reñidos con una genuina cultura republicana. Si bien este plebiscito lo autoriza a Gioja a un período más, a nadie se le escapa que se sienta el precedente para materializar su ambición de reelección permanente.

Como para disipar dudas acerca de su voluntad de poder y del origen de esa voluntad, el gobernador sanjuanino no dejó de señalar en reiteradas ocasiones que su modelo político era el de Néstor Kirchner, una referencia por demás sugestiva para emplear durante una campaña electoral reeleccionista ya que, como se sabe, en la provincia de Santa Cruz, el desaparecido ex presidente impuso la reelección indefinida.

Asimismo, no deja de llamar la atención que en las provincias más pobres y atrasadas, con un electorado excesivamente dependiente de los favores asistenciales, se consolide esta estrategia de poder. Es el caso de La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, San Luis, Corrientes y Formosa. En todos los ejemplos, se trata de provincias que como se dijera en más de una oportunidad viven de la coparticipación y el poder es ejercido por una familia o una claque política.

Si bien estas prácticas mayoritariamente son manejadas por el peronismo, sería un error atribuírselas exclusivamente a esta facción política, ya que como lo acaban de demostrar los comicios de Catamarca también los dirigentes radicales suelen pecar por la misma falta. En Corrientes, Santiago del Estero y, sin ir más lejos, en Río Negro, el radicalismo también participa de esta visión cesarista y plebiscitaria del poder.

El otro espacio donde la reelección permanente es un mal crónico es en el Gran Buenos Aires, en el atemorizante conurbano, es decir en el sitio donde se reproducen la mayoría de las lacras políticas y sociales de nuestro sistema. El caso emblemático es, curiosamente el del municipio del distinguido barrio norte de San Isidro, donde la campaña electoral de Gustavo Posse se realiza ponderando que desde hace 52 años su padre y él dirigen los destinos de esa localidad.

Lo que vale para San Isidro, también vale para los distritos del sur del Gran Buenos Aires. Según mediciones confiables, el 85 por ciento de los candidatos marcha a la reelección. También en este caso no deja de llamar la atención que las regiones más atrasadas, violentas y corruptas dispongan de sistemas políticos tradicionales y caudillescos.

En su momento, como se recordará, el presidente Kirchner brindó todo el apoyo de su estructura de poder a la reelección del gobernador misionero Rovira. La torpeza del empeño provocó una reacción cívica ejemplar y Rovira y Kirchner fueron derrotados, motivo por el cual para más de un observador Kirchner decidió que la candidata a la presidencia para el siguiente período fuera su esposa.

Especulaciones al margen, lo que conviene destacar es que Gioja recibió un apoyo apenas discreto de la presidente, una actitud que seguramente tiene más que ver con el aprendizaje de Misiones que con convicciones republicanas acerca de la concentración del poder.