LLEGAN CARTAS

Niños sin hambre

 

Juan José Sagardía.

DNI. 6.554.695.

Señores directores: La paradoja de nuestro país: somos productores de alimentos primarios en toda su gama y tenemos registros de niños desnutridos; lo que es lo mismo que decir “Niños con hambre”. Es notoria la contradicción.

Esto tiene solución con una política de Estado para familias cuyos padres no trabajan. La propuesta es la siguiente:

Determinar que los desocupados son empleados del Estado; Dictar una Ley Especial de Emergencia donde se establezca una norma laboral distinta de la Ley de Empleados Públicos; Se debe además determinar la limitación de la libre migración por el país; Los lugares de residencia los determinará el Estado; Utilizar sus pueblos de origen o pueblos de menos de quinientos habitantes; En dichos pueblos se les otorgará un terreno de 15 a 20 m de frente por 50 de fondo. En dicho terreno se les construirá una vivienda (construida por las mismas personas asignadas a dicha localidad) que podrá ser de materiales combinados de la zona; En dicha propiedad con el aporte del Inta, comenzarán a gestar su propia quinta y gallinero, que estará a cargo de uno de los cónyuges; Uno de los cónyuges estará a disposición del municipio del pueblo para realizar las tareas inherentes a la zona (construcción de viviendas propias, mantenimiento de calles, de caminos zonales, de escuelas, hospitales, de la seguridad, de proveer leche a cada familia y toda otra actividad de la comunidad); Los niños y jóvenes deberán asistir a la escuela, será obligatorio y serán controlados por el municipio con el aporte de la policía; Se anularán todas las partidas presupuestarias para planes sociales y para la pobreza y se generará una sola partida para pagar un haber mensual, controlado por el municipio; La salud se atenderá a través de los hospitales de cada pueblo; No aportarán a la jubilación, ni obra social; Los que consigan trabajo efectivo y en blanco dejarán de ser empleados provisorios del Estado; Los adultos que no sepan leer y escribir, tendrán la obligación de asistir a clases después del trabajo; De esta manera se logra dar dignidad a las personas, se organiza la alimentación de toda la familia y fundamentalmente elimina la destrucción de los niños.

Tener ocupadas con trabajo a las personas, además de crear el hábito del trabajo, disminuye la delincuencia. Esto es una política de Estado, ponerse a trabajar organizadamente y no solamente pedir a Dios que haga la tarea, que nos corresponde a la comunidad. Para este plan de emergencia para la dignidad de las personas se necesita decisión, valor y dejar de lado la retórica de decir lo que hay que hacer y nada se hace. La acción puede ser criticada, pero sin acción nada existe, ni siquiera la crítica.