Una “patriada” perdida en la selva de Borneo

Por la vida de los orangutanes

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Los orangutanes del Parque Nacional Tanjung Puting, en la selva de la isla de Borneo, donde Biruté Galdikas desempeña su misión.

Foto: Agencia EFE

Desde 1971, Biruté Galdikas tiene por única misión preservar la población de orangutanes en un ámbito hostil: 400.000 hectáreas de selva frondosa del archipiélago indonesio codiciada por los plantadores de palma y que progresivamente se va deforestando. Está zoologa canadiense sabe que es una pelea perdida, pero está dispuesta a darla hasta el final.

 

Paula Regueira Leal

Agencia EFE

La selva de la isla de Borneo es desde hace cuatro décadas el hogar de Biruté Galdikas y de la población de orangutanes que cada año mengua pese a su titánica lucha para proteger a estos primates de la extinción.

Esta primatóloga canadiense está considerada una eminencia por sus condiscípulos y la más infatigable luchadora del equipo de zoólogos de Camp Leakey, el centro ubicado en el parque nacional de Tanjung Puting en el que habitan algo más de 6.000 orangutanes.

“A no ser que muchas cosas cambien, los orangutanes están en gran peligro de desaparecer”, lamenta la experta.

La única forma de adentrarse en la frondosa jungla que tapiza parte del parque es surcando el río en una de esas rudimentarias embarcaciones que van dejando atrás los manglares que crecen sobre estas aguas infestadas de cocodrilos y contra las que impactan las ramas de los árboles a medida que el cauce se estrecha.

En las más de 400.000 hectáreas de extensión que tiene Tanjung Puting, el rey de estas tierras comparte espacios con otro simio como el mono narigudo o el gibón, y otras especies, entre estas la pantera nebulosa y el sambar u oso malayo.

“El hombre del bosque” (traducción literal de la palabra orangután en bahasa, lengua de la que proviene) es el único simio de Asia de gran tamaño, es relativamente inteligente, habilidoso con sus extremidades, de naturaleza solitaria, y sólo sobrevive en reductos de las islas de Borneo y Sumatra. “Son amables, benevolentes y calmados”, dice a EFE Galdikas, miembro del equipo que integraron las también primatólogas Dian Fossey y Jane Goodall, a quienes llaman cariñosamente “los ángeles de Leakey”.

El paleontólogo Louis Leakey envió en 1971 a Galdikas a la provincia indonesia de Kalimantan para estudiar los hábitos y el comportamiento del orangután, y mandó a Fossey (asesinada en Ruanda en 1985) y Goodall a África con la misma misión.

Una misión complicada

“Mi llegada a Borneo fue muy dura, era la época de las lluvias, no había ni teléfono, ni electricidad... Descubrí en poco tiempo que mi objetivo era más complejo de lo que había imaginado”, recuerda Galdikas, que acaba de cumplir 65 años y ha recibido numerosos premios por su contribución al avance en el estudio de la zoología.

Los primeros años en estas remotas tierras de Borneo fueron una odisea para la entonces joven licenciada en psicología y zoología por la Universidad de Columbia, hasta que empezó a cobrar forma su proyecto de crear el centro de rehabilitación de orangutanes de Camp Leakey, desde donde observa con pesimismo que el futuro de estos primates es cada vez más negro.

“En el caso de que la destrucción de la selva continúe avanzando a este ritmo, los orangutanes se convertirán en refugiados en su propia tierra”, advierte.

Sobre el orangután y su hábitat natural se ciernen la amenaza que supone la tala ilegal de bosques por parte de las empresas madereras y las dedicadas al cultivo de palma de la que se extrae aceite, así como los incendios provocados con la finalidad de expandir los terrenos agrícolas y abrir paso a las explotaciones mineras.

Según Galdikas, dos tercios del suelo selvático habitado por el orangután “son codiciados por la industria del aceite de palma”.

El rol del Gobierno indonesio en la preservación de los bosques es criticado por los grupos ecologistas, que consideran que no hace esfuerzos suficientes para evitar las transgresiones de la ley en parques protegidos y alertan de que esa actitud costará la desaparición de más de una especie.

En Borneo, la población de orangutanes ha descendido en unos 20.000 ejemplares durante los últimos diez años, por lo que el número ronda los 45.000 a pesar de los esfuerzos realizados en Camp Leakey.

Con Galdikas al frente, el centro ha logrado reintroducir en la jungla a 350 orangutanes, un mamífero incluido en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Una amiga de película

Biruté Galdikas inició su labor en 1971, poco después de que lo hicieran Dian Fossey y Janea Goodall en Africa. Entre las tres se reconocían amistosamente como “Los ángeles de Leakey”, un homenaje a Louis Leakey, que fue quien consiguió reunirlas.

Dian Fossey nació en San Francisco (EE.UU.) en 1932, y se graduó en Terapia Ocupacional en el San Jose State College en 1954 pasando varios años trabajando en un hospital de Kentucky. Motivada por el trabajo de George Schaller, destacado zoólogo estadounidense que se dedicó al estudio de los gorilas, Fossey viajó a África en 1963. Allí observó y estudió a los gorilas de las montañas en su hábitat natural y conoció al arqueólogo británico Louis Leakey, de quien aprendió la importancia del estudio de los grandes simios para comprender la evolución humana.

En 1966 logró el apoyo de la National Geographic Society y la Fundación Wilkie para trabajar en Zaire, pero pronto la agitada situación política del país la forzaría a trasladarse a Ruanda para continuar sus investigaciones. Su paciencia y su meticulosa observación de los gorilas le permitieron comprender e imitar su comportamiento, ganando paulatinamente la aceptación de varios grupos. Aprendió a reconocer las características únicas de cada individuo, llegando a tener con ellos una relación de confianza y afecto. Karisoke, su lugar de estudio, se convirtió en centro internacional de investigación sobre los gorilas cuando ella fundó el Centro de Investigación de Karisoke en 1967. En 1974 recibió el grado de doctora en Zoología por la Universidad de Cambridge.

En 1983 publica “Gorilas en la niebla”, libro que expone sus observaciones y su relación con los gorilas en todos sus años de estudios de campo.

En sus 22 años de estudio con los gorilas, Fossey enfrentó y combatió la tarea de los cazadores furtivos que estaban llevando la especie de los gorilas de la montaña a la extinción. Esta lucha le creó muchos enemigos, y se sospecha que fue el motivo de su asesinato en 1985. Su muerte a machetazos fue atribuida al jefe de los cazadores furtivos de gorilas contra los que luchó.

Su trabajo contribuyó en gran parte a la recuperación de la población de gorilas y a la desmitificación de su comportamiento violento.

En 1988 la vida y obra de Dian Fossey fue retratada en la película “Gorilas en la niebla” (Gorillas in the Mist), dirigida por Michael Apted y protagonizada por Sigourney Weaver.

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El relevamiento realizado por Galdikas permitió determinar que en los últimos diez años la población de orangutanes en Borneo descendió en una 20.000 ejemplares.

Foto: Agencia EFE