“La Clásica Música en Santa Fe”

Quinta temporada para Marcelo Arce

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“Viva la música”: en la nota gráfica, Arce repite su gesto y su grito de guerra. “La música salva” es otra de sus habituales consignas. Foto: Luis Cetraro.

El reconocido difusor musical regresa mañana al Centro Cultural Provincial con su ciclo de espectáculos didácticos. El primer encuentro estará dedicado a Los Tres Tenores.

 

Ignacio Andrés Amarillo

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El Ciclo “La Clásica Música en Santa Fe”, en su quinto año consecutivo, trae otro espectáculo con pantalla gigante y para todo público, realizado por Marcelo Arce, iniciando la temporada 2011. La cita es para mañana a las 20.30, en el Centro Cultural Provincial (Junín 2457). Las localidades numeradas ya están en venta.

Continuidad

Como en cada apertura, El Litoral dialogó con el autodenominado “maestruli” para adentrarse en lo que se viene.

—Ya estamos en la quinta temporada...

—Parece una frase hecha, pero para mí es muy fuerte que la gente me reciba, me preste su atención, que me dé su tiempo, que es invaluable. Doña Rosa se moviliza, sale de su casa, se produce, compra la entrada, es un miércoles. Es mucho.

También uno tiene 36 años de carrera y también da, es lindo este ida y vuelta. En Bahía Blanca vamos por la séptima temporada, en Bariloche por la octava. En el Teatro Avenida el año pasado cerramos 100 espectáculos diferentes (con varias funciones cada uno) en diez años; el abono de esa gente viene desde el ‘93. Hay gente que se conoció ahí y se ha casado, he salido de padrino de bodas.

Vuelta a lo clásico

—¿Qué va a haber en este año?

—No va a haber nada exótico: siempre cuesta encontrarle al público el target, sobre qué línea se mueve. Me pidieron una línea más clásica, pero no va a dejar de estar nunca el toque moderno (como sorpresa, incluso un compositor “siglo XX-XXI”, sin anunciarlo), el toque más actual. El año pasado hice “Pink Floyd y Carmina Burana”, “Beethoven y Beatles”.

Este año son cuatro funciones solamente: mayo, junio, septiembre y octubre; hay que ser muy específico. Abrimos con esta maravilla que son Los Tres Tenores (ahí se juega un poco con las dos líneas); después seguiríamos con conciertos para piano de Grieg y Rachmaninoff; luego vendría una ópera completa, que es “Turandot”, de Puccini; y cerraríamos con la Sinfonía Nº 1 “Titán” de Mahler. Nunca hicimos Mahler, y este es su año, junto con Liszt.

También son 40 años de Stravinsky, así que en las tres funciones que sigan habrá siempre un toque de Stravinsky, aunque sea tres minutos. No puede ser que al “Beethoven del siglo XX” no lo conozcamos.

Vengo del tour musical por Europa y Estados Unidos, y no hubo concierto que no tuviera algo de Stravinsky.

Trío único

—¿Qué se va a ver en la primera función?

—Los Tres Tenores constituyeron un hito en la historia de la música, porque han popularizado la ópera de una manera espontánea, simpática; han demostrado que la música es una sola, con una formulación muy abierta, muy amplia: quebraron el purismo de los críticos. También voy a dar Los Tres Contratenores (Andreas Scholl, Jochen Kowalski y Brian Asawa).

Voy a contar cómo surgieron Los Tres Tenores, de una manera muy emotiva. Luego el fútbol los terminó de unir, y además nos muestran los tres tipos color del timbre de tenor: lírico (José Carreras), spinto (Luciano Pavarotti) y dramático (Plácido Domingo).

Haremos el repertorio clásico de ellos, que no solo es ópera (Verdi, Puccini, Donizetti, Meyerbeer) sino también zarzuela, canzonetta, canción: esas mezclas que van como un popurrí de Leonard Bernstein a “Cielito Lindo”, y pasan por “Caminito”.

—En sus carreras individuales han hecho lo mismo, entre lo popular y lo clásico.

—Sí, pero creo que lo acentuaron más después de estar juntos. Ahora, no nos olvidemos que grandes cantantes, Caruso, por ejemplo, Beniamino Gigli y Tito Schipa hicieron lo mismo. Está “Caminito” por Gigli, y otras obras populares hechas por los tenores de la vieja escuela.

Acá lo que hay es una técnica muy superior que aquella, y un muy buen arreglo: unir las dos orquestas, Zubin Mehta, que es un director todoterreno. Comenzó tocando el contrabajo: integró el quinteto La Trucha como contrabajista, con Jacqueline du Pré en violoncello, Daniel Baremboim en piano, Itzhak Perlman en violín y Pinchas Zukerman.

Mehta tiene con ellos un manejo muy cercano, muy intimista y de mucha comprensión, sabe cómo manejar la voz de cada uno y la de los tres. Sabe las respiraciones, los tiempos, y todo lo hace sin fisuras. Cuando uno ve una mala interpretación de un cantante, y hacen esas pausas exageradas como para tomarse un mate, uno se da cuenta de que están manejando mal los tiempos de la obra.

Voy a contar lo que cada obra describe, pero también las historias que hay atrás de cada composición. Uno tiene a los autores de canzonettas como autores menores, y son compositores con carreras académicas muy fuertes, que saben orquestar, que han hecho óperas y conciertos.

Canzonetta, romanza y serenata se diferencian por los textos, la forma es la misma. “Torna a Surriento”, por ejemplo no es lo que uno piensa, no hay una historia de amor.

Pasión

—El año pasado cumplió 35 años en la actividad. ¿Cómo se sigue adelante?

—Por empezar, nunca me la creí. Segundo: no puedo disfrutar de la vida si no hago esto. Es como una necesidad espiritual y vital. Tercero: cada tanto busco una vuelta de rosca nueva, un laberinto nuevo (la música es infinita) y la renovación; no sólo del material, sino de la línea estética.

Lo que sí creo (y estoy muy feliz) es que en los últimos diez, 12 años se ha ido acercando mucha más gente joven: en el avenida debe ser el 50%. Y gente mayor que descubrió que los que llamamos populares, como U2, Sting, Mercury, son geniales, y dicen “cómo me perdí esto”.

A esto se suman los libros, que me están dando mucho trabajo. El segundo (“Música y compositores a través del tiempo”) va por la tercera edición desde noviembre, y está la radio.

Son 35 años, con altibajos y montañas, como toda carrera. Pero el saldo es muy positivo, porque sigo en el intento de divulgar de la mejor manera, y con pasión.