Artes visuales

“Diálogos en papel”

Domingo Sahda

En el Espacio de Arte de la Fundación Osde, Avda. Rivadavia 3238, 3º Piso de nuestra ciudad, ha sido inaugurada días atrás una exposición de obras de arte visual circunscriptas al campo expresivo del grabado con las variables discursivas contemporáneas. Los expositores son Rosa Renk, Geraldhyne Fernández, María Gabriela Leiva Cullen, Marisu Olivera y Pablo Fernández Abero.

El impreso de mano ofrece un breve texto orientador acerca de quiénes y qué se expone con una calidad poética que se suma a la propuesta visual, que cumple el cometido de centrar el objetivo de la muestra destacando cada impronta plástica de modo conciso, firmado por la Prof. Mg. Isabel Molinas.

El título de la muestra, antes que explicitar procesos plásticos específicos, nos induce a circunscribirnos a la idea de que estamos frente a un discurso visual cuyo sostén abarcativo es el papel en tanto soporte de las escrituras definidas por las imágenes en tanto formas proteicas de sentido subjetivado. Indirectamente se nos indica que el sostén generador y abarcativo de la muestra es el grabado, con el doble sentido de plancha matriz -el taco- y la estampación sobre el mismo del papel como registro multiplicador, sin la pérdida de la idea de pieza única.

Este proceso de elaboración de imágenes hunde sus raíces es las milenarias culturas de Extremo Oriente manifestándose en principio como estampación de sellos imperiales sobre seda. Trasladada esta técnica de multiplicación a Europa en los albores de la creación de la imprenta de tipos móviles, se afincó este proceso en la impresión de estampas religiosas para su difusión en el pueblo y su incorporación a la primera edición de la Biblia ilustrada con viñetas. Este vínculo raigal se mantuvo por años, trasladándose paulatinamente la impresión al grabado de escenas familiares, retratos pequeños o paisajes descriptivos, inicialmente en Europa del Norte para luego difundirse por todo el continente, dando lugar al coleccionismo de estampas en los gabinetes específicos de las Casas Reales y luego en los museos.

El grabado sobre papel fue abriéndose a la experimentación ateniéndose siempre al principio raigal de elaboración de plancha y posterior impresión, dando lugar desde la xilografía inicial al aguafuerte, a la litografía, la mezzotinta, el barniz blando, la monocopia, al stencial, etc. Algunas de esta variables no ortodoxas en los procesos de exploración y obtención de la imagen plástica se han ido deslizando hacia modos expresivos personalizados al límite de su especificidad inicial sin por ello perder calidad de obra artística autosuficiente.

Probablemente sea ya hora de imaginar el encuadre y denominación de nuevos procesos de absoluta legitimidad con el fin de no caer en ambigüedades en la denominación y en la creación de caminos alternativos en el mundo de las artes visuales.

Sobre la exposición

Así las cosas, con la curaduría de María Laura Pacitti se seleccionaron y se exhiben trabajos de Geraldhyne Fernández, María Gabriela Leiva Cullen, Marisu Olivera, Pablo Fernández Abero y Rosa Renk.

Geraldhyne Fernández presenta una colección de trabajos abiertos a dos modos antitéticos -si se quiere- de resolver la ecuación plástica emprendida. Por un lado, con la técnica del gofrado -modo de impresión éste que apela a la sobrepresión y consecuente obtención de un leve relieve- la autora restringe al máximo la oposición contrastada de luz-sombra en función del minirrelieve que se obtiene y del cual surge la caracterización expresiva de la obra. Vuelta de tuerca del grabado como estampación contrastada de tintas.

Aquí el color aparece como leve entonación generalizada. En oposición a esta restricción autoimpuesta, la autora exhibe otros trabajos en los cuales suma a la estampación propiamente dicha, el recorte y rasgado y el posterior montaje secuenciado sobre soporte papel. Aquí el grabado deviene en montaje y resolución de pieza única que se orienta hacia otros modos de expresión plástica, tomando del grabado algunos recursos técnicos dispuestos un tanto arbitrariamente en función de una búsqueda personalizada del lenguaje de las formas visuales.

Por su parte María Gabriela Leiva Cullen parte de la plancha de linóleo para obtener sus matrices articulando configuraciones que se orientan hacia una iconografía en su percepción cuasi “americano-indígena”, sea tanto en la articulación y diseño de las formas compositivas como en la ocupación del espacio plástico. Establece un interjuego visual contrastado en los cuales el ritmo y el diseño lineal van estableciendo configuraciones planas con clara delimitación y contrastes netos.

Marisú Olivera ofrece un panorama de su obra que se subdivide en dos concepciones y consecuentes realizaciones del hecho plástico denominado genéricamente como grabado sobre papel. Por un lado exhibe litografías de cuidada realización formal y configuración simbólica netamente abstractizadas. La luz y el ritmo visual impuesto a cada trabajo deciden su connotación estético-expresiva. En su otro extremo expresivo “sale” del plano ilusorio en el sentido tradicional del concepto para así arquitecturar formas que determinan relieves, ritmos y recorridos visuales que se desprenden del soporte inicial. Ensambla modos de decir en unidades plásticas congruentes. Se trata de exploraciones plásticas que suponen la existencia alternativa de otros “diálogos sobre papel” sin por ello perder legitimación estética. Son en si mismas soluciones plásticas que demandan un especial autocontrol y atención para no licuar el sentido plástico de lenguaje, cayendo en la bonita curiosidad ornamental.

Por su parte Pablo Fernando Abero recurre al aguafuerte, modalidad de la estampación que se sostiene sobre el delicado trabajo sobre chapa de metal para la obtención de la matriz. Suma el autor al proceso de impresión ortodoxo el agregado de recurso técnico sin distraer el concepto esencial de forma impresa y eventualmente multiplicable.

En estos ámbitos metafóricos transitan personajes que simulan la condición humana y se articulan al plano sin fisuras excesivas. Una sorda violencia emerge de cada una de las configuraciones exhibidas en las cuales hay espacio para la experimentación y la prueba. Se apela a lo mínimo con fuerte incidencia cromática de las tintas para así proyectar insólitos panoramas de buena resolución plástica, sorteando el riesgo de preciosismos gratuitos.

Rosa Renk, maestra del grabado xilográfico, exhibe una colección de sus trabajos-grabados a color (varios tacos de impresión sucesiva) que la distinguen como una artista plástica con lenguaje visual propio, que conoce el oficio de crear estampas con las que obtiene resultados de excelencia.

El color de sus tintas impresas destila un aura de misteriosa melancolía, de tensión contenida, en las cuales la imagen es epicentro fundante del hecho plástico. Decir lo más con lo menos en su vínculo con la superficie del papel que caracteriza la excelencia de sus obras.

En suma, una muestra que certeramente lleva el título que la recorta, dejando abierta la posibilidad de diversas expresiones personalizadas que fundan su sentir inicial en la impresión, y se permiten emplear otras posibilidades que enriquecen el espectro de la creación lugareña, sin dependencias de “estériles centralismos culturales”, superando asimismo la anacrónica idea de que el grabado legítimo sólo es “el blanco y negro”, candado que por muchos años canceló la aventura propia del crear por estos lares. Doy fe de ello.

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Obra de Marisú Olivera. Foto: Luis Cetraro

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Obra de Pablo Abero Díaz Foto: Luis Cetraro

 
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Obra de Gabriela Leiva Cullen. Foto: Luis Cetraro

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Obra de Rosa Renk. Foto: Luis Cetraro