al margen de la crónica

La epidemia del tabaco, mata

La epidemia del tabaco matará casi a seis millones de personas este año, entre ellas a 600.000 no fumadores que se verán expuestos al humo, señaló hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la próxima celebración del Día Mundial Sin Tabaco.

“Si no se toman más medidas, en 2030 el tabaco puede causar la muerte de 8 millones de personas al año”, indicó Armando Peruga, director de la Iniciativa Libre de Tabaco de la OMS.

Por ello, el organismo sanitario ha decidido dedicar este año la jornada Sin Tabaco, que se celebra el 31 de mayo, al Convenio Marco para el Control del Tabaco, que considera como el mejor instrumento para acabar con un hábito que mató a 100 millones de personas en el siglo XX. Una cifra que podría alcanzar los mil millones en el siglo XXI de seguir la actual tendencia, resalta la OMS.

El Convenio fue adoptado en 2003 y entró en vigor en 2005, y desde entonces 173 estados miembros de la OMS se han sumado como partes.

“El tabaco es uno de los principales responsables de la epidemia de enfermedades no transmisibles como ataques cardiacos, accidentes cerebrales, cáncer o enfisemas, que causan el 63 por ciento de todas las muertes en el mundo”, recordó Peruga.

Entre las obligaciones que asumen los Estados parte del Convenio Marco, se encuentran la de proteger las políticas de salud pública de los intereses de la industria tabacalera, adoptar medidas relacionadas con los precios e impuestos para reducir la demanda de tabaco y proteger a las personas contra la exposición al humo del tabaco.

Sólo 20 Estados miembros de la OMS no se han sumado al Convenio Marco, entre ellos Estados Unidos, Suiza, Argentina o Indonesia.

El Día Mundial Sin Tabaco tiene el propósito de fomentar un período de 24 horas de abstinencia de todas las formas de consumo de tabaco alrededor del mundo. Los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) crearon el Día Mundial Sin Tabaco en 1987. En los últimos veinte años, el día ha sido recibido tanto con entusiasmo, como con resistencia en todo el mundo, por parte de gobiernos, organizaciones de salud pública, fumadores, productores y la industria del tabaco.