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El 28 de mayo, usaré escarapela

Juan Manuel Duarte DNI 23.464.924

Señores directores: El 28 de mayo usaré escarapela. Miraré a la bandera, y recordaré. Y ese recuerdo me llevará al frío gélido de Nuestras Islas Malvinas, allá en 1982, a la pradera llamada “Goose Green”, donde 550 hombres, mal armados, mal abastecidos, y con una operativa logística nefasta por parte de sus mandos ubicados en Puerto Argentino; se batieron ante una fuerza profesional inglesa varias veces superior en todos estos ítems, aunque nunca en coraje y en entrega. Veo sus caras y allí está el Teniente Estévez gritando: “¡seguirme!” ante en pedido desesperado del Coronel Piaggi, de contener un flanco inglés casi 5 veces mayor en soldados, que su sección de tiradores, la llamada “C” del glorioso Batallón chubutense de “los bravos Batallón 25”. Están recibiendo fuego de todas partes, pero siguen avanzando. Junto a ellos, los Hombres de Mercedes Corrientes resisten la atropellada. Son hombres, con todas las letras. Sus mujeres y los suyos velan por ellos en el continente. Toman posición y comienza la descarga. Los “Hijos de Corrientes” llevan más de un día peleando y Piaggi pidiendo refuerzos a Puerto Argentino, los que por supuesto, nunca llegarán. El Subteniente Gómez Centurión ya se había arrastrado sigilosamente entre las filas enemigas para recatar a compañeros heridos. Estévez mira a lo alto y su rostro se llena de orgullo. Sus hombres han visto el ejemplo de un hombre que es cruzado y moderado a la vez, y lo seguirían a pelear hasta el averno. Pero los ingleses son muchos más y las balas atraviesan su cuerpo mientras sigue disparando. El Cabo Castro tomará la posta para seguir disparando y también cae abatido. Entonces, es el soldado conscripto Carrascul, el héroe de Hernando, el que alienta a los Bravos. Y el enemigo debe retroceder pese a su abrumadora superioridad. Por allí ¡no pasarán! La batalla se pierde pese al coraje. Años después, los mandos ingleses dirán que esperaban que aquello fuera “un tramite”, pero los había llevado a acuñar la frase “no picnic” (esto no es un picnic). El tiempo y el olvido llevaron a mirarlos de costado; pero no para mí que el 28 de mayo usaré la escarapela en honor a aquellos Soldados Argentinos.