Comparten números, mapa electoral y un Rosario de frustraciones

Las elecciones paralelas de Perotti y Barletta

A los intendentes de Santa Fe y Rafaela les fue mal en Rosario, pero muy bien fuera del departamento más poblado. Los dos quedaron segundos y cosecharon lo mismo: 30% de cada Frente.

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¿Segundos afuera? El santafesino y el rafaelino -en sendas internas- lograron unos 200 mil votos. Rossi y Bonfatti necesitan retenerlos. Del Sel acecha.

Foto: Archivo El Litoral

Luis Rodrigo

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El peso de los votantes del departamento Rosario es del 37,3%, en el total provincial que concurrió a las urnas el domingo y supo votar afirmativamente (sin votos anulados ni en blanco). Y los precandidatos a gobernador que más fallaron allí, Omar Perotti y Mario Barletta -justamente los intendentes de Rafaela y Santa Fe-, son los que quedaron segundos y perdieron sus internas.

La provincia tiene una concentración en su población que esta vez se reflejó en las urnas. No ocurre siempre, tanto que desde 1983 a la fecha, sobre siete períodos gubernamentales, apenas dos de ellos fueron ejercidos por dirigentes que formó Rosario: José María Vernet y Hermes Binner.

La elección del 22 mostró dos mapas electorales (y dos realidades políticas). Uno corresponde al departamento Rosario y otro al resto de la provincia.

Si se quita del análisis a los precandidatos a gobernador que no lograron alcanzar ni un par de puntos de la interna: los casos de Juan Carlos Mercier (1,7%) y de Luis Cáceres (0,7%), ambos de la capital provincial, se verá que en cada Frente, en el del oficialismo y en el de la oposición, hubo tres candidatos con votos. Y que fue idéntica su distribución geográfica: dos rosarinos y uno fuera del departamento más poblado.

En Rosario la mayoría de los votantes al peronismo y al Frente Progresista optó entre dirigentes de ese departamento. Y cuidado: es Miguel Torres del Sel el no rosarino con más votos en el aglomerado urbano del sur.

Equivalencias

Las elecciones de Perotti y Barletta se parecen. Comparten números, geografía y frustraciones; pero el caudal de votos que cada uno recibió es clave para el futuro de los Frentes en los que han logrado una porción de poder similar, del 30%.

Vale la pena comprobar cómo se parecen los resultados electorales de los intendentes.

1) En el departamento Rosario, Perotti cosechó 40.306 cruces (17% de los votos válidos emitidos en esa jurisdicción dentro del peronismo) y Barletta 39.099 (15,4% del FPCyS).

2) Tomada la provincia como un solo distrito pero sin el departamento Rosario, el rafaelino recibe 163.081 votos (30% de la interna del PJ), y es el precandidato a gobernador con más respaldos dentro y fuera del peronismo, mientras que el santafesino suma 162.065 sufragios y queda segundo fuera del Frente Progresista, pero primero dentro de la coalición del oficialismo provincial.

3) Como se sabe, en toda la provincia, Perotti llegó a 203.387 votos (30% del PJ), y Barletta a 201.164 (30,9% del FPCyS).

Los intendentes se parecen hasta en sus perfiles como jefes de gestiones exitosas en sus ciudades. Eso sí, al rafaelino lo respaldó el 52 % de sus vecinos capaces de emitir votos válidos y afirmativos (no cuentan los anulados ni en blanco), y al santafesino, el 22,6%.

Por TV

Vistas las elecciones parecidas del santafesino y el rafaelino como capítulos de vidas paralelas, cabe observar que los 160 mil votos a cada uno, emitidos fuera de Rosario, tienen para la elección del 24 de julio sólo un candidato no rosarino, pero fuera de sendas internas: Miguel Torres del Sel.

Más allá del armado geográfico de las listas de candidatos y de las estrategias electorales con que llegaron el justicialista y el radical, está claro que a los dos les faltaron votos en Rosario.

No le pasó lo mismo al candidato-Midachi, que en el departamento clave sacó 91.860 votos. Tal vez, porque su principal aliada no sea la estructura política y partidaria local de Mauricio Macri y de Eduardo Duhalde -las figuras nacionales que lo apoyan- sino algo mucho más poderoso que los dirigentes, que los comités, que las unidades básicas, que los punteros, que los militantes y que la costosa propaganda política: la magia de la TV.