Socialismo y ucr
Reunión para recomponer el diálogo
Zabalza la convino con Rozas para el lunes o martes. Más que salvar la ya improbable conformación de un frente progresista, buscan frenar la escalada mediática del conflicto.
Juan Carlos Zabalza y Angel Rozas.
Emerio Agretti
Retomar el diálogo directo y poner un corte al debate a través de los medios. Tales son los principales objetivos con los que radicales y socialistas se reunirán a principios de la semana que viene, en el marco de un encuentro de sus respectivas unidades de acción política y con la discusión del acuerdo para las elecciones presidenciales como temario.
Pero más allá de los canales escogidos y de la unívocamente declarada voluntad por conformar un frente opositor, la firmeza con que han quedado establecidas las posturas sobre las estrategias de armado deja poco o nulo margen para concretarlo.
En todo caso, lo que aparece ahora es la vocación compartida por, cuanto menos, “emprolijar” ese desacuerdo a través de un diálogo orgánico y respetuoso, y poner freno a la escalada verbal que le otorgó el carácter de un verdadero conflicto. Y que parecía haber llegado a un punto de no retorno con el condicional pero casi definitivo “conmigo no cuenten” de Binner y las declaraciones de ayer a la tarde del jefe de los senadores radicales, Gerardo Morales, en el sentido de que “el esquema Alfonsín-Binner está terminado”. De hecho, las palabras de Mario Barletta -que enrostró a Binner su indefinición y lo acusó de beneficiar al oficialismo- y del cordobés Luis Juez -poniendo de relieve que Alfonsín “no administró ni un quiosco”- vinieron a reforzar esa impresión.
Quitar dramatismo
Sin embargo, un contacto entre el senador santafesino Juan Carlos Zabalza y el presidente de la UCR, Angel Rozas, sirvió para atemperar los ánimos y acordar un encuentro para el lunes o martes de la semana que viene. Por el socialismo, además de Zabalza, irán la diputada Alicia Ciciliani, el jefe de bloque Lisandro Viale y el secretario del partido, Carlos Roberto.
“La idea es sacar un poco el dramatismo a todo ésto”, aclaró Zabalza a El Litoral. Y dejó en claro que el socialismo propiciará la constitución de un frente progresista, “pero vamos a insistir en retomarlo con los actores con que se había planteado”. Esto es, el GEN -y eventualmente Proyecto Sur o el remiso juecismo-, pero no el sector de De Narváez.
Zabalza admitió no haber registrado, al menos en este contacto, el atisbo de que vaya a lograrse una confluencia de opiniones, más allá de la relativa al “rechazo de todo tipo de descalificaciones, a personas o partidos”.
Cómo están las posturas
Pasando en limpio, los radicales exigen a los socialistas una definición que el partido de Hermes Binner -y el propio gobernador- ya dieron: quieren constituir un frente progresista nacional, pero ésto no sería posible con la presencia del peronista Francisco De Narváez. Con lo cual, como también lo verbalizó Margarita Stolbizer, no es el socialismo quien “se va” de esa construcción, sino la UCR al optar por un socio incompatible con esa concepción.
La carta de Ricardo Alfonsín es igualmente clara al definir la postura de su partido sobre la estrategia electoral, a la vez que incurre en una igualmente reveladora paradoja al cuestionar la manera en que se desarrolló el debate: reprocha que la discusión se haya dado a través de los medios de comunicación a través de un documento dirigido a “los militantes” a través de las redes sociales...que enseguida recaló en los medios.
“Tenemos pendiente, con el socialismo y el GEN, finalizar el diseño de un Frente Progresista. Les pido que asumamos como naturales las controversias sobre los modos de su construcción”, contemporiza Alfonsín. Y enseguida apunta: “La complejidad de la empresa merece ser asumida y analizarse en profundidad, si es que efectivamente queremos ganar en octubre y no pasar por el proceso electoral de un modo meramente testimonial o para ganar un poco más de bancas”.
Entre líneas
“La UCR, el Socialismo y el GEN coincidimos en que lo mejor que le puede pasar al País es un Frente Progresista en el Gobierno”, reconoció.
Pero, en lo que pareció dejar implícita una diferencia en cuanto a la visión sobre los tiempos, sostuvo que “nosotros creemos que eso puede ocurrir desde el próximo 10 de diciembre”.
En cualquier caso, juzgó “inapropiado prejuzgar intenciones negativas a nuestras iniciativas sobre las mejores formas de articulaciones electorales. A partir de un debate serio y responsable podremos coincidir o no acerca de las construcciones electorales para un ámbito territorial limitado”, añadió, con una cuidadosa elección de palabras que subraya el principal argumento -la constricción geográfica- con que el radicalismo intentó convencer a los socialistas, y que por un momento parecía haber cuajado.
“Soy de los que creo que se puede y debe ganar ahora. Que eso se puede desde la valentía política de intentar liderar la síntesis de electorados e identidades diferentes, y sin perder la esencia ideológica”, redondeó Alfonsín, en una frase que en sí misma define toda una estrategia y que engarza en un discurso en el cual el realismo político no se opone a una concepción principista, sino que forma parte de ella.
