Reunión clave

Caso Belsunce: un cuñado comprometió a los acusados

Se trata de Horacio “Yayo” Zarracán, marido de María Laura García Belsunce, el único de los participantes de una “reunión clave” que no fue acusado de encubrimiento.

(DyN) -

Un cuñado de María Marta García Belsunce comprometió hoy a todos sus parientes acusados del encubrimiento del crimen de la socióloga, al revelar que en la reunión clave realizada en el baño de la casa para resolver qué era el “pituto” alguien deslizó que podía ser una bala.

La revelación surgió de Horacio “Yayo” Zarracán, marido de María Laura García Belsunce, el único de los participantes de ese cónclave que no fue acusado de encubrimiento.

Pero lo insólito de la situación ocurrió cuando a Zarracán le mostraron el plomo aplastado para ver si lo reconocía. La secretaria del tribunal fue a buscar la prueba y anunció ante los presentes lo que decía la pieza rotulada: “Proyectil calibre 32 largo, encontrado en pozo ciego, de 6,31 gramos”. “Esto no es lo que vi. Tenía una cosita más larga. Lo vi, eso no era”, afirmo Zarracán ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro, que busca esclarecer si existió un encubrimiento en el crimen y quiénes fueron los eventuales responsables.

Ante el temor de una confusión entre las balas rotuladas, también le mostraron los restos de los cinco balazos que se sacaron del cráneo de María Marta el día de la autopsia, pero tampoco éstos se parecían al que el hombre decía haber visto.

El testigo no cambió su criterio cuando le dijeron que John Hurtig y Horacio García Belsunce (h), hermanos de María Marta y acusados del encubrimiento, sí habían reconocido la pieza. “El que yo vi tenía una cosita más larga en el costado. A éste le falta un pedazo. Algo se rompió ahí”, afirmó. Fue tal su convicción que hasta dibujó la pieza que recordaba frente al tribunal. Al mirar el dibujo el juez Alberto Ortolani comentó “eso parece un portaestante”.

En crudo

Según contó, a las 19.30 del domingo 27 de octubre de 2002 lo llamó por teléfono Irene Hurtig para decirle que había habido un accidente y que María Marta estaba muerta. Dijo que, “en crudo” se lo repitió a su mujer, y que María Laura tuvo una crisis de quince minutos hasta que finalmente pudieron emprender camino al country Carmel, de Pilar.

Zarracán afirmó que su esposa fue de inmediato a la planta alta, donde había quedado el cadáver, mientras que él abrazó a Carlos Carrascosa que estaba, dijo, “totalmente abatido”. Al subir vio el cadáver en el piso, su madre llorando y su esposa abrazándola.

En ese momento, Constantino Dino Hurtig, esposo de la madre de María Marta y acusado del encubrimiento -pero no juzgado por cuestiones de salud-, le dijo que M. Marta se había golpeado la cabeza “con una ventana o con los grifos”. Inmediatamente, llegó el padre de María Marta y “se puso mal, sin entender qué pasaba”. Zarracán contó que entonces decidió bajar a la planta baja donde estaban las esposas de John y Horacio.

En el baño

Minutos después escuchó que lo llamaron para que subiera “porque habían encontrado algo en el baño”. “Estaban Horacio, John, ‘Dino’ y Carlos. Familiares directos, éramos los únicos que estábamos en ese momento. Entro yo y me preguntan qué era eso. Era un plomito todo aplastado. Les digo que no tengo la menor idea”, dijo Zarracán.