De “La palabra y”

Por Santiago Sylvester

(la palabra y)

Hay chirrido en las palabras

como si una turbina estuviera trabajando

o un taller empeñado en

destrozar el día:

y es que

no vuelven por la calma

con algo remoto, orgánico, apto

para que suelten el núcleo de energía; sino por lo acuciante

de dar vueltas y vueltas,

un eslabón

más otro:

no llegan en paz sino en chirrido

con algo que nos resuelva el inconveniente de ser sólo uno,

habiendo tantas puertas

para salir a verse.

*

Y ¿qué traen?: restos,

flotaciones, anuncios de futuro: lo que el río Castellanos

cuando cruje arriba entre las piedras: indicaciones sin objeto:

objetos que alguien tiene que encontrar:

llegan

con el eje corrido, celebrando la dificultad,

trabajando como un músculo para sacarse el peso del vacío,

con la paradoja del hueco

que es suma de todo lo demás.

*

¿Y yo, qué elijo? ¿la que me lleva en andas? ¿la que pasea por mi ciudad y, de paso, me hace saber cuál es? ¿la que será mi fortaleza para que yo respire?

aire

y precisión del idioma común

es lo que pido: me quedo

con la que (saludo desde aquí

a Delfos)

no afirma ni niega sino indica con señales,

no me arrincona en el calor de hogar

y me acompañará cuando me vaya,

como corresponde a quien se irá,

porque entonces ya seremos necesarios

el uno

para el otro,

y no me soltará ni en estado de secreto.

*

Pero

que quede claro: no estoy hablando de la muerte: no sabría

qué hacer con ella

ahora que el comercio se orienta hacia donde

no hay final sino transformación, según

lo dijo Darwin a gran escala

con la fanfarria del mapa genético

que no ha hecho más que ampliarse

para llegar intimidante hasta nosotros.

*

De la palabra y

saco la confianza que necesito: necesidad

es lo que más tengo: saco

unas pocas y tal vez fallidas conexiones mentales,

la continuidad

de estas calles, estas

avenidas de doble dirección

por las que voy y vengo y recojo esta conversación inacabable

que es lo que más me gusta.

*

Y ya se dijo: hay

un chirrido como si un molino trabajara

para no dejar palabra en paz, y ellas trajera

revelación o accidente: dos cosas posibles

donde todo es ajeno.

Y la que yo elija tendrá que saber qué hacer conmigo, que es

lo que yo no sé: un hotel de paso,

como todo por aquí.