Ganados y carnes

Los feedlots no la tienen tan fácil

Criadores que recomponen rodeos, frigoríficos que pueden ofertar por encima del mercado e invernadores de islas del Paraná salen a demandar hacienda y compiten con los feedloteros.

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Alerta feedloteros. Pende la amenaza de que en algún momento de los próximos meses los invernadores e inversionistas de las islas vuelvan al mercado de invernada a reponer las miles de cabezas evacuadas. Foto:Archivo

Ignacio Iriarte

Los feedloteros, pasada la seca, enfrentan, a la hora de comprar, la competencia de los invernadores pastoriles, de los criadores que buscan recomponer sus rodeos de cría y de los empresarios de la carne que pueden perder plata en los corrales porque después la recuperan ahora cada vez menos en la faena y en la distribución de carne.

Además, como una espada de Damocles, pende la amenaza de que en algún momento de los próximos meses los invernadores e inversionistas de las islas del Paraná vuelvan al mercado de invernada a reponer como lo hicieron el año pasado las miles de cabezas evacuadas y vendidas en los últimos meses.

Una buena parte de los feedlots está hoy cerrada, y entre los que están abiertos la mayoría tiene un nivel de ociosidad de entre 50 y el 70 por ciento, siendo muy pocos los que están llenos. Si bien el costo de producir un kilo vivo a corral (entre 6,50 y 7,00 pesos) sigue siendo muy favorable, permanece la incógnita acerca de cuál será la disponibilidad y el precio relativo del ternero de invernada en los próximos meses y años.

Hoy la foto da bien, con una relación invernada/gordo cercana al uno a uno, y un costo de producción bien por debajo del valor del gordo. Pero se sabe que esta situación es transitoria y que en los próximos meses reaparecerá un sobreprecio para la reposición.

Confianza y desconfianza

Algunos empresarios confían en que el nivel de encierre es y será este año tan bajo que determinará que el gordo liviano (300-340 kilos) se convierta en un nicho que compense económicamente a los pocos que han aguantado y siguen produciendo esa mercadería.

Si bien se descuenta que en los próximos meses va a salir todo lo encerrado por los corrales en marzo-mayo y todo lo que los mismos criadores están engordando con suplemento o encerrado, confían en que el volumen de liviano seguirá siendo insuficiente y en que estas categorías premium seguirán teniendo un sobreprecio en relación a todo lo que pesa más de 350 kilos.

También confían, aquellos que se preparan para ofertar muy liviano, que la mayoría de los corrales, ante las dificultades para reponer, alcanzarán los engordes (110-120 días) y ofertarán, especialmente en el caso de los machos, animales más pesados, más cerca de los 400 que de los 300 kilos.

De todos modos, queda claro que, sin subsidios y en una etapa de retención en la cual durante la mayor parte del año el ternero de invernada cotiza un 20-30 por ciento por arriba del gordo, son cada vez menos los “feedloteros” que están dispuestos a correr el riesgo y a encerrar. Máxime cuando el negocio, por la suba del ternero y de los granos, demanda hoy entre el doble y el triple del capital de trabajo que hace sólo 18 meses.

Una caída en el gordo o una suba en el valor de la invernada, podría hacer desaparecer los 150-200 pesos por animal que dejaría hoy el engorde de un ternero de entre 200 y 300 kilos.


Caída en la producción

Los feedloteros siguen además la eventual suspensión de los pagos a la industria avícola, porque consideran que si no existiera en la calle esta sobreoferta de pollo a 10 pesos el kilo, el precio de la “ternera” en los mostradores podría tener un repunte y porque en algún segmento el pollo compite con la carne chica. Este año, el feedlot podría producir unas 3,8 millones de cabezas, un 10 por ciento menos que el año pasado y un 31 por ciento menos que en 2009. Se harán menos ciclos de engorde por la menor disponibilidad de la invernada y porque los ciclos han tendido a alargarse, de los 90 a los 120 días promedio.