Dios se puso la camiseta

El viento de cola generará un aumento en la recaudación de más de U$S 2 mil millones con respecto a la campaña pasada. El mundo le sonríe a la Argentina.

Federico Aguer

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Dios tiene puesta una camiseta: la celeste y blanca. De esto no hay dudas. Al cierre oficial de la campaña 2010-2011, según cifras oficiales del Ministerio de Agricultura de la Nación, el valor total de la cosecha superará los 24 billones de dólares, lo que se traducirá en exportaciones de granos por 5.600 millones, de harina de soja por 10 mil millones y de aceite por 8 mil millones.

Lo curioso es que estas cifras siderales se dan con una cosecha estimada en 49,6 millones de toneladas de soja, bastante por debajo del récord de la campaña 2009-2010, cuando alcanzó los 55 millones de toneladas. Pero para Cristina esta no es una mala noticia; todo lo contrario: los ingresos del fisco de esta temporada superarán a los del ciclo anterior por la suba de precios registrada en los mercados internacionales.

Es que la soja tiene un valor 60 por ciento superior a las cotizaciones del año pasado, “lo que explica el incremento en el valor de la producción de la oleaginosa y la suba en la recaudación por los derechos de exportación”, explican desde la entidad.

A este “huracán de cola”, como lo llamaron algunos especialistas en mercados, se le suman los buenos vientos que llegan desde París. Allí, los ministros de agricultura de los 20 países más poderosos del planeta acordaron un entendimiento en torno a la volatilidad de precios de las materias primas.

Confiado, nuestro ministro Domínguez, dijo “el hambre en el mundo no es producto de la volatilidad de los precios, sino de la pobreza y una injusta distribución de la riqueza”. Fue en respuesta a las declaraciones su par británica, quien había acusado a los impuestos distorsivos implementados en algunos países (léase retenciones a la Argentina), de ser la receta que motivó la disparada en los precios.

En el acta, se prevé además la creación de una base de datos internacionales sobre la producción, el consumo y el stock de las materias primas agrícolas y la creación de un foro de reacción rápida apuntando a una “mayor transparencia e información de los mercados físicos” y busca asegurar “la coordinación de la política internacional” para prevenir medidas de retorsión comercial.

En ese contexto, Argentina se comprometió a redoblar la apuesta en la elaboración de alimentos para el mundo. Algo difícil de cumplimentar con el actual cepo al sistema productivo que no sea el sojero - recaudador. Ahora bien, si de verdad planean cumplir su palabra, habrá que barajar y dar de nuevo.