llegan cartas

Ironías de diferentes cesantías...

Dr. Wilfrido Culasso.

DNI. 8.485.283.

Señores directores: Estamos en un proceso democrático que nos permite elegir quién queremos que nos gobierne, ahora bien, como ahora están de moda “los Derechos Humanos” les relataré lo relativo e irónico que en mi caso particular resultan éstos.

En épocas de los militares era médico de varios centros comunitarios dependientes del Ministerio de Salud, trabajaba varias horas por día, yendo de un lugar a otro, y en uno de ellos faltaba alcohol, ya que no me mandaban nunca la cantidad necesaria, y esto a pesar del “orden” que había en ese entonces... por pedido de las enfermeras una paciente me dona una botella; ésto llega a oídos del subsecretario de Salud, e inmediatamente me cita y me acusa de desprestigiar a la “pulcra” administración y me amenaza con la cesantía. Por consejo de mi padre, que era abogado del ministerio no renuncio... qué error...

¿Por qué?, dirán. Veinte años después la democracia, de la mano del gobernador Reutemann, más precisamente en 1997 me deja cesante por abandono de servicio sin causa justificada.

¿Qué había ocurrido?, me había fracturado la mano derecha y me reconocieron en salud laboral, pero me dejaron el reintegro abierto sin fecha a la espera de mi recuperación; ésta se produce un mes después, pero ya mi carpeta no estaba y el sumario había empezado y en tiempo récord la cesantía se produce. Claro, ya no vivía mi padre para aconsejarme e “influir”, tuve el desamparo absoluto, y a pesar que luego se acepta que había faltado por causa justificada, no tenía ya nada que hacer...

Por qué lo irónico del título, los Derechos Humanos, las influencias, las injusticias.

Cualquiera diría que en la época de la dictadura todo era injusto, a mí, gracias a mi padre sólo me costó un llamado de atención. En esta hermosa democracia, llevo 14 años de lucha sin fruto y continúo afuera.

¿Por qué el “error”? si me hubieran echado los militares, hace rato me hubieran reintegrado y incluso indemnizado, quedando como víctima. ¿Y hoy?

Pareciera que los únicos Derechos Humanos son válidos para los errores que cometió la dictadura, los errores de la democracia no son cubiertos por esos derechos. Definitivamente son impunes. Obviamente este relato no incluye justificación alguna a los crímenes de la dictadura como tampoco los asesinatos tan tristemente frecuentes de la actual democracia.

“Donde no hay justicia, es peligroso tener razón, ya que los imbéciles son mayoría” Quevedo.