Balance 2010 de la Prefectura de Asuntos Económicos

El Estado Vaticano cerró 2010 con

beneficios por 21 millones de euros

Los beneficios se deben al “buen año” de los Museos Vaticanos, donde aumentó el número de visitas.

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EFE

La Santa Sede cerró 2010 con unos beneficios por valor de 9,8 millones de euros y el Estado de la Ciudad del Vaticano con un resultado positivo por valor de 21 millones de euros, informó hoy el Vaticano.

Los ingresos de la Santa Sede en 2010 fueron de 245,19 millones de euros y los gastos de 235,34 millones de euros, lo que supuso unos beneficios de 9,8 millones de euros, según el balance presentado hoy por el cardenal Velasio De Paolis, presidente de la Prefectura de Asuntos Económicos.

El balance fue aprobado en la reunión mantenida el 30 de junio y 1º de julio por al Consejo de Cardenales para el Estudio de los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede, presidida por el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone.

En cuanto a los resultados del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal De Paolis informó que los ingresos fueron de 255,89 millones de euros y los gastos ascendieron a 234,84 millones de euros, cerrando 2010 con unos beneficios por valor de 21,04 millones de euros.

Esos beneficios se deben al “buen año” de los Museos Vaticanos, donde aumentó el número de visitas, “a pesar de la crisis en el sector turístico mundial”, precisó El Vaticano.

El Vaticano distingue entre la Santa Sede, que incluye los dicasterios -Ministerios- y organismos anexos, así como las nunciaturas (embajadas por el mundo), y el Estado de la Ciudad del Vaticano, donde se alza la Basílica de San Pedro y se encuentran, entre otros, los Museos Vaticanos.

En los dicasterios y otros organismos de la Santa Sede trabajan a fecha del 31 de diciembre de 2010 un total de 2.806 personas, en su inmensa mayoría eclesiásticos y religiosos, frente a las 2.762 del año 2009.

En el Estado de la Ciudad del Vaticano, el más pequeño del mundo con apenas dos kilómetros cuadrados, trabajan 1.876 personas, frente a las 1.891 de 2009.

Según el comunicado del Vaticano, el balance de 2010 refuerza, “aunque con todos los elementos de incertidumbre e inestabilidad que la situación económica y financiera mundial aún presenta, la tendencia positiva evidenciada ya en 2009”, aunque ese año cerró con unas pérdidas de 4,1 millones de euros.

Óbolo de San Pedro

Además del balance, también se presentó el resultado del Óbolo de San Pedro, formado por las donaciones recibidas por el Papa de parte de los fieles de todo el mundo, que alcanzó los 67,70 millones de dólares (41,16 millones de euros), frente a los 82,5 millones de dólares (65,5 millones de euros, al cambio de ese momento) del pasado año.

Como está establecido, las iglesias locales también contribuyeron, según su disponibilidad, a mantener la estructura central de la Iglesia.

En 2010 las Conferencias Episcopales entregaron un total de 27,32 millones de dólares (18,60 millones de euros), cifra inferior a la del año pasado.

El Instituto para las Obras de Religión, el IOR, conocido también como el Banco del Vaticano donó al Pontífice 55 millones de euros para actividades religiosas.

A la reunión del Consejo de Cardenales para el estudio de problemas organizativos y económicos de la Santa Sede, asistieron, además de Bertone, los cardenales María Rouco Varela (arzobispo de Madrid), Norberto Rivera Carrera (Ciudad de México), Juan Luis Cipriani (Lima), Wilfrid Fox Napier (Durbam, Sudáfrica), Anthony Olubunmi Okogie (Lagos), Agostino Vallini (vicario de Roma), Nicholas Cheong Jinsuk (Seúl) y Odilo Pedro Scherer (Sao Paulo, Brasil).

También asistió, entre otros, el cardenal Giovani Lajolo, “gobernador” de la Ciudad del Vaticano.

El Estado Vaticano cerró 2010 con beneficios por 21 millones de euros

La Santa Sede también tuvo resultado positivo con beneficios por valor de 9,8 millones de euros. A esto hay que sumarle las donaciones de fieles de todo el mundo por 41,16 millones de euros. Foto: ARCHIVO EL LITORAL

Benedicto XVI: la Iglesia no es sólo una organización filantrópica

El Papa dijo hoy que la Iglesia Católica “no es una organización social, filantrópica, como hay otras” y lamentó que el mundo actual esté marcado por luces y sombras, entre las que destacan el narcisismo, el deseo de poder y el consumismo.

El Pontífice así lo manifestó ante varios miles de fieles de la diócesis italiana de Altamura-Gravina-Acqua delle Fonti, a los que recibió en audiencia en El Vaticano y ante los que resaltó las situaciones de pobreza y malestar existentes en la sociedad actual.

“El actual momento histórico está marcado por luces y sombras. Asistimos a comportamientos complejos: narcisismo, deseo de poder y de consumo y sentimientos y afectos desligados de la responsabilidad. Tantas son las causas de esa desorientación que se manifiestan en un profundo malestar existencial”, afirmó.

El Obispo de Roma añadió que en el fondo de todo se puede entrever la negación de la dimensión trascendental del hombre y de la relación fundamental con Dios.

Por ello es decisivo -prosiguió- que las comunidades cristianas promuevan recorridos válidos y comprometidos con la fe.

Benedicto XVI afirmó que muchos hombres y mujeres de nuestro tiempo “necesitan” encontrar a Dios y descubrir la belleza del Dios cercano, “del Dios que en Jesucristo ha mostrado su cara de Padre y llama a reconocer el sentido y el valor de la existencia”.

El Papa Ratzinger habló también de la Iglesia “Pueblo de Dios” y “Cuerpo de Cristo” y aseguró que ésta “no es una organización social, filantrópica, como hay otras”.

“La Iglesia es la comunidad de Dios, es la comunidad que cree, que ama, que adora a Jesús y abre las velas al viento del Espíritu Santo, lo que la capacita para ser una comunidad capaz de evangelizar”, subrayó.

El Obispo de Roma destacó la importancia de la familia a la hora de transmitir la fe y exhortó a los padres a ser los primeros en testimoniar la fe y a no tener miedo de las dificultades que pueden encontrar.

“No están solos. La comunidad cristiana está cercana y los apoya”, manifestó el Papa, que abogó por acciones pastorales destinadas a formar a personas maduras y coherentes con la fe, para llevar el evangelio “en un contexto en el que muchas veces Dios es ignorado”.