¿QUÉ LE PASA?

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El padre de Messi dijo que “nunca vi así a Leo, está muy mal, golpeado, es la primera vez que lo silban”.

“No te merecemos”

Enrique Cruz (h)

 

El encomillado del título no me corresponde. Es de Andrés Calamaro y lo escribió en su blog. “Hablamos todos del equipo y después te crucifican. No te merecemos Lionel. Usted juegue tranquilo”, dice el músico creador de “Flaca”, “Sin documentos” o “Cartas sin marcar”, entre tantos otros.

No es importante que Messi cante o no el Himno porque en eso no es comparable con Maradona. Son personalidades diferentes y se respetan. Diego les gritó “hijos de puta” a los italianos cuando lo silbaron en el Mundial del ‘90; Leo no lo hará jamás, pero no porque no sienta la canción patria, sino porque no es la reacción acorde a su personalidad. Messi siente a la selección y se desespera por venir. De hecho, tuvo ofrecimientos para jugar por España y él quiso —gestión de Pekerman mediante— hacerlo por el país en el que nació. Es absurdo criticarle su argentinidad.

Vayamos a lo futbolístico. No quiero entrar en la comparación remanida que se hace sobre su juego en el Barcelona, porque el Barcelona es el mejor equipo del mundo, llevan muchos años de trabajo juntos y de verse todos los días, cosa que es imposible de conseguir en una selección. Pensemos en algo que se pueda comparar.

¿Qué fue Argentina en el Mundial de 1986?, un equipo que tuvo una súper estrella llamada Diego Maradona. ¿Qué es Argentina en estos tiempos?, una estrella que no tiene el respaldo de un equipo. Al menos por ahora.

Argentina juega mal y en ese desconcierto no se puede pretender que Messi la rompa. Antes del Mundial de 1986, la selección de Bilardo también jugaba mal y Maradona no lucía de la manera en que lo hizo en el Mundial, cuando tuvo el soporte de una defensa firme y un mediocampo con jugadores que lo abastecían permanentemente (Burruchaga, Giusti, el “Negro” Enrique y Batista jugaban bien y para él).

Éste es un equipo sin sorpresa, sin juego, que sólo tiene una idea teórica que jamás desarrolla en la práctica. Messi no tiene uno o varios socios. Ya que tanto se habla de Xavi o de Iniesta en el Barcelona, ¿por qué no se piensa en que hay que saber rodearlo? Messi juega en un equipo que tiene la pelota durante el 78 por ciento del desarrollo del partido (porcentaje sacado en forma científica), él la recibe muy a menudo y en circunstancias favorables para hacer valer su implacable y desequilibrante jerarquía, única en el mundo. ¿Pasa esto en la selección?, no. Y el problema no es que falten Xavi e Iniesta.