Memorias de un sexagenario fogolar

FOT589.JPG

Tapa del boletín institucional Nº 1, publicado en noviembre de 1951.

El fogolar es el lugar destinado por las familias de origen friulano a cocinar -básicamente la tradicional polenta- pero también refiere al eje de la casa, al lugar de encuentro. La institución que reúne a descendientes y oriundos de la región Friuli-Venecia-Giulia, al noreste de Italia, celebra sus 60 años.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. CENTRO FRIULANO DE SANTA FE.

Con motivo de la celebración de los 60 años de su nacimiento, que se festejaron ayer, el Centro Friulano de Santa Fe realizó una serie actividades para recordar este hecho, entre las que se contó la presentación de la revista “Centro Friulano de Santa Fe, 60 años: memoria, presente y futuro”, un homenaje a los protagonistas de la historia de esa comunidad.

La publicación -de la que ofrecemos un resumen en esta nota- incluye recuerdos, anécdotas y pequeños relatos de gente mayor -pintorescos y graciosos- sobre las costumbres y diversiones en los años ‘50 cuando se fundó la institución.

Según consta en algunos documentos considerados para la publicación -como libros de actas, memoria anual, planos, revistas institucionales, notas periodísticas, entre otros-, en 1951 un grupo de friulanos y sus descendientes que formaban una gran comunidad y se desenvolvían en diversas actividades y oficios en la ciudad de Santa Fe, reclamaban tener su centro social.

El 1º de julio, en el bar de la familia Paviotti -ubicado en Aristóbulo del Valle y Pedro Centeno- en una improvisada reunión resolvió dar por constituida una Sociedad Italiana Regional, Cultural y Recreativa que se denominaría Centro Friulano de Santa Fe.

Se nombró una comisión provisoria organizadora compuesta por Sergio Gon, Antonio Pontoni, Cornelio Paviotti, Ludovico Franzolini, Ludovico Lenarduzzi y Francisco Cainer, a la que se encomendó la misión de divulgar y propagar la iniciativa, reclutar adherentes (preferentemente entre la colectividad), vincularse con las sociedades italianas locales y friulanas del país, como así también dar los pasos legales necesarios para registrar debidamente a la nueva entidad.

Cabe destacar la colaboración recibida de la Sociedad Unión y Benevolencia, pues su recordado presidente, don Luis Caldana, puso desde el primer momento el local societario a disposición del nuevo centro.

PRIMEROS PASOS

Desde un principio se contó con numerosas adhesiones, y en ese lugar se fueron haciendo reuniones, asambleas, festivales, celebraciones y se discutieron y aprobaron los estatutos, elaborados sobre la base y orientación de los del Círculo Friulano de Avellaneda, Buenos Aires, que le permitieron luego obtener la correspondiente personería jurídica (Nº 06707).

La primera comisión directiva estaba formada de la siguiente manera: presidente, Sergio Gon; vice, Ludovico Franzolini; secretario, Bruno Danielis; prosecretario, Ludovico Lenarduzzi; secretario de actas, Alcides Sgridotti; tesorero, Nilo Gon; protesorero, Cornelio Paviotti. En tanto, eran vocales titulares Antonio Pontoni, Antonio Dorigo, Francisco Cainer, Santiago Spizzo; suplentes Victorio Zanier, Alfredo Muchiutti, Horacio Bianchi, Querino Buiessi; y síndicos, Natalio Toniutti y Bruno Franzolini.

Al año de fundación se registraban ya más de 300 socios, los que fueron considerados todos “socios fundadores” y figuran en un cuadro de honor que se puede apreciar en un salón de la institución. Los ideales fueron creciendo y fecundando en realidades, a partir de la adquisición de ocho lotes de terreno en la esquina de Rivadavia y Salvador del Carril (posteriormente se adquirieron cuatro lotes linderos más).

Como uno de los actos celebratorios del segundo aniversario del Centro y contando con la presencia del cónsul general de Italia Dottor Montecchi Palazzi, autoridades civiles y mucho público, el arzobispo de Santa Fe, monseñor Nicolás Fassolino, bendijo la piedra basal de la sede social propia. Fue el 5 de julio de 1953, al momento de la bendición, Monseñor Fassolino expresó: “Friulanos, conservad vuestras tradiciones; será venturoso el futuro de los pueblos que no las olvidan”.

UN PAÍS GENEROSO

En 1951, escribió Ana Toniutti en la revista, Argentina transitaba una etapa de bienestar. Las nuevas emigraciones friulanas habían arribado al país y muchos se instalaban en Santa Fe y se producía un cambio. Venían de la Segunda Guerra Mundial, del sufrimiento, la miseria y la destrucción. La mayoría era familias jóvenes, con hijos jóvenes o niños pequeños.

Aquí encontraron el lugar soñado, tenían trabajo y empezaron a soñar con la casa propia, sus hijos empezaban el colegio y se convertían en ciudadanos hablando y escribiendo el idioma.

Este país generoso los acogió como a sus propios hijos, y la tierra fértil los subyugó. Se sintieron como en casa y así lucharon por la integración. Pero el inquieto espíritu friulano empezó a tener otras necesidades, encontrarse con los paisanos fevelá furlán los fines de semana. Sería bueno un luc par ciatasi (un lugar de encuentro), conocerse con las familias, jugar a la bríscola, a la mura.

Podrían formar nuevas familias con le fie di Tony o anche di Bepo. Así, con esas necesidades, se fue gestando la idea de tener un lugar, y mejor si era propio. La idea rápidamente tomó forma porque para los friulanos es un sentimiento muy profundo la necesidad de la casa propia. Así fue que en poco más de un año el sueño era realidad. Hubo muchas horas de trabajo, todo en pos del bien común.

Hoy a sesenta años de aquellos inicios nos encontramos con un gran edificio que brinda comodidades y bienestar. Seremos capaces de valorarlo y conservarlo por la memoria de aquellos emprendedores.

GRATOS RECUERDOS

Irene Toniutti, hija de Celso Tonuitti y Serafina Murano, relata en la revista editada por los 60 años del Centro Friulano de Santa Fe algunos recuerdos de la historia de esta institución.

“Es algo así como un sueño; recuerdo que una mañana linda pero muy fría, el primer domingo de julio de 1951, papá y mamá nos llevaron a mí y a mis hermanas, Anita y Norma, a la inauguración de nuestro querido Centro Friulano de Santa Fe. Yo era muy chiquita, tenía sólo cinco años; recuerdo que era un lugar muy grande, con muchos árboles, entre ellos unos grandes eucaliptos. Había mucha gente, todos vestidos con sobretodos largos, oscuros y con sombreros. Lo que tengo más claro es el momento en que Monseñor Fassolino bendijo la Piedra Fundamental [...]”.

“Acuden a mi memoria otros momentos lindos, como los picnics que se hacían en el Prado Español, donde pasábamos unos domingos hermosos. Comprábamos números para jugar a la pesca, corríamos, jugábamos mucho, cantábamos con nuestros padres canciones italianas que hasta hoy las recuerdo, como Mamma y Il mazzorin di fiori, canciones alpinas y otras tantas. También elegían a la reina Miss Simpatía. Pasaron algunos años y ese grupo de friulanos trabajadores incansables construyó el salón grande y comenzó a hacer en él sus fiestas, como la del aniversario cada mes de julio, la sagra de Santa Catalina. Recuerdo que para el día de la primavera organizaban un gran baile donde presentaban a sus hijas en sociedad: todas aquellas que ese año festejaban sus quince. Los papás acompañaban a sus hijas hasta el escenario y, luego de presentarlas, bailaban el vals. Momentos para mí inolvidables”.

OTRO TESTIMONIO

Por su parte, Norma Toniutti escribió: “Desde el día en que fui concebida fui marcada por una estrella y es esto que todavía hoy llevo con orgullo: ser HIJA DE FRIULANO. Nací allá hace mucho tiempo, y precisamente tres años antes de la fundación de este Centro y -por lo tanto- algo recuerdo de aquellos tiempos. Pero tal vez no vale la pena llevarlos al papel dado que son ideas algo confusas y a la vez ya narradas, por ejemplo, por mis hermanas.”

Y continúa: “Es hermoso llevar con orgullo la propia identidad, saber dónde están mis raíces: allá muy lejos cruzando el océano. Fue tanta la transmisión de cultura y detalles de aquel pueblito natal por parte de mi padre -don Celso Toniutti, a quien también llamaban ‘El Tigre’-, que cuando tuve la oportunidad de llegar hasta allí y ver todos esos carteles con los nombres de los pueblos, tuve la sensación de que ya conocía todo. Fue una experiencia muy fuerte y a la vez maravillosa”.

“Mi padre me ha dejado una impronta bellísima que hace mover mi corazón y agitar mis pensamientos. Claro, toda mi vida fue circundada por el tema Friuli. Recuerdo que toda la familia venía a esas grandes reuniones, realizadas seguramente para aquietar la ansiedad de todos aquellos friulanos, fundadores de esta institución. Se hablaba en friulano, se comían platos típicos, se cantaba en friulano; en fin, estaban todos aquí formando, en Santa Fe, un pequeño Friuli”, concluyó.

Esfuerzo conjunto

Desde su creación, explica la publicación, la institución fue creciendo, adecuando las instalaciones a las necesidades y a los objetivos. Pero la característica principal de esa evolución fue el esfuerzo y el sacrificio de sus impulsores, socios y colaboradores, que fueron poniendo materiales o trabajo para hacer posible el sueño.

Hubo épocas buenas y otras no tanto, repercutieron en la vida del Centro Friulano las crisis económicas y los problemas sociales. Pero siempre se mantuvieron los proyectos; si no era posible en el momento, se esperaba.

Al poco tiempo de haber concluido la construcción del salón principal y el pabellón sanitario, el Centro Friulano de Santa Fe, fue noticia en Italia. El Corriere degli Italiani publicó el 20 de agosto de 1955 una nota en donde daba cuenta de las actividades de la institución, a la que calificaba de ejemplar para los friulanos, ya que se había construido la sede social a pesar de los pocos recursos con que se contaba.

FOT590.JPG

Los primeros socios colaboraron con la construcción de la sede social.

FOT587.JPG

Almuerzo en el Centro Friulano, festejando el 5to. aniversario de su fundación.

Tradicional polenta

Mañana, como es tradición, se servirá el almuerzo aniversario y se hará la Fiesta de la Polenta Friulana.

“Será una hermosa oportunidad para el reencuentro y para recordar los tradicionales bailes y fiestas que protagonizaba la juventud de entonces”, consignaron los organizadores. Para mayores informes, los interesados pueden comunicarse al e-mail: [email protected]; teléfono 460-0785.

FOT586.JPG

Integrantes de los primera comisión directiva de la institución.

FOT588.JPG

Mujeres con trajes típicos durante un desfile realizado en Rosario.