LLEGAN CARTAS

Vida útil de las lámparas de “bajo consumo”

 

Natividad Seco.

DNI. 2.416.842.

Señores directores: Las lámparas de “Bajo consumo”, de uso aconsejado por directivos de la EPE para ahorrar consumo de energía eléctrica, con disposición nacional de por medio por la que se prohibe la venta en el futuro de las antiguas de filamento, tienen un costo nada barato para el bolsillo de muchas personas, como el caso personal de ser jubilada. Según de donde provienen las lámparas, algunas se agotan o queman enseguida. Supongo por defecto de fábrica, porque impreso en el envase anuncian 6.000, 8.000 y más horas de vida útil. A pesar de ello nadie es responsable si una vez comprada la lámpara, al poco tiempo no sirve o se quema; indefectiblemente pierde el comprador.

En los envases de dichas lámparas viene indicada la marca, características, procedencia, importador, horas de vida útil, etc. Si en los envases el fabricante estampa las horas que supuestamente debe funcionar el artefacto, significa garantizar el producto por escrito a quienes lo adquieren, y en el caso de fallar entiendo que de dicha garantía son responsables solidarios: el fabricante, importador, distribuidor y el vendedor en último término, que en definitiva es quién debe responder y al que tenemos que formular cualquier inconveniente con la lámpara.

Tengo entendido que desde 1993 existe la Ley Nacional de “defensa del consumidor”. Ahora bien, lo que deseo y solicito de ustedes es la publicación de esta carta para conocimiento de los compradores de “lámparas bajo consumo”, y si al respecto hay en el articulado de la ley algo que nos proteja den a conocimiento, puesto que en muchos negocios no entregan boletas especificando el producto comprado. En algunos comercios sólo dan un tiquet en el que consta el monto cobrado, pero no la mercadería comprada ni la marca como ocurre en un negocio de electricidad de la Av. Blas Parera, situación por la que, cuando efectué el reclamo olímpicamente se lavaron las manos. No entregar comprobantes detallando lo comprado por el cliente, literalmente significa “desfalco al fisco” que nadie controla de oficio. Recurro al diario para evitar denunciar ante la Dirección Prov. de Comercio. Creo que haciendo docencia entre los comerciantes evitaríamos que continúen abusando de la buena fe de la población.