Sabella llega al seleccionado luego de sumar experiencia y éxitos desde distintos lugares

El largo camino para una justa elección

Redacción de El Litoral

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DyN

Alejandro “Pachorra” Sabella puso en marcha ayer su proyecto al frente del seleccionado argentino, pero llegó a ocupar este cargo por su trayectoria como consejero y ayudante de Daniel Passarella y por el elogiable y serio trabajo que demostró en Estudiantes de La Plata, que lo llevó a levantar la Copa Libertadores de América, a conquistar un torneo local y a estar a un paso de gritar campeón del mundo ante el fantástico Barcelona.

El elegante y exquisito jugador que fue Sabella comenzó su carrera en River, aunque, primero por ser suplente de Norberto “Beto” Alonso y luego por no ser tenido en cuenta por Angel Labruna, entendió que su futuro estaba fuera del club de Núñez. Así fue como emigró a Inglaterra, donde jugó en el Sheffield United y en el Leeds, pero en ambos equipos no cumplió con los objetivos planteados y decidió regresar al fútbol argentino.

Carlos Salvador Bilardo se fijó en él para reforzar el mediocampo de Estudiantes de La Plata y ser una pieza fundamental para las coronaciones en los Nacionales de 1982 y 1983, aunque lo dejó fuera de la lista para el Mundial de México 1986, ya que competía en su puesto con jugadores consagrados como Diego Maradona y Ricardo Bochini.

El fútbol le deparó otro destino después y desembarcó en el Gremio de Porto Alegre, donde actuó hasta 1986, año en que regresó a Estudiantes y, tras un nuevo periplo en la entidad platense, tuvo un breve paso por Ferro Carril Oeste.

Su carrera como DT

En 1989, “Pachorra” le dijo adiós a la práctica profesional de fútbol en el Irapuato mexicano, pero comenzó una nueva era en su carrera, al lado de Passarella. Como ayudante del “Káiser”, dio el salto en 1994 cuando ambos asumieron en el seleccionado argentino y participaron del Mundial de Francia 1998, con eliminación en cuartos de final ante Holanda.

En 2000, la Selección de Uruguay también los contrató para recuperar el prestigio, aunque no tuvieron un buen desempeño y sólo trabajaron un año.

Parma, Monterrey, Corinthians y River le sirvieron para seguir acumulando experiencia y esperar la oportunidad para “soltarse” de Passarella y encarar un proyecto como entrenador principal de un equipo.

Así fue como en 2009, Estudiantes lo contrató y con él comenzó una época dorada para el club platense, ya que con Juan Sebastián Verón como estandarte formó un equipo equilibrado, sólido y contundente que se llevó de manera inobjetable la Copa Libertadores de ese año.

Tras el torneo sudamericano, al plantel se le fueron algunas piezas importantes y allí se vio la mano de Sabella, porque se arregló con el material que tenía y con sumar, muchas veces, las segundas o terceras opciones que él les pedía a los dirigentes. De esta manera, con una formación casi inexpugnable en la parte defensiva, ganó el torneo Apertura 2010, en un sprint final mano a mano con Vélez Sarsfield.

En el receso de verano, Sabella, sin explicar demasiado y al ver que los refuerzos que él había pedido no llegaban, decidió terminar con su exitoso ciclo como entrenador de Estudiantes.

Los Emiratos Árabes le jugaban otro desafío en su carrera como director técnico, pero cuando Batista fue destituido del cargo y su nombre fue el elegido por la AFA, los jeques lo liberaron para que se hiciera cargo del seleccionado, con el fin de armar un equipo que sea protagonista, que catapulte a la Argentina a los primeros planos del fútbol mundial y que borre los fracasos de los últimos años.