El jardín que no tuve

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“Ulises mofándose de Polifemo”, de Joseph Mallord William Turner.

Por Roberto Daniel Malatesta

“Bote negro”, de Paulina Vinderman. Alción Editora. Córdoba, 2010.

Casi al final de este libro la autora utiliza una frase de Ian Mc. Ewan: “Voy hacia una cita con la dificultad y la belleza”; es un poema elegíaco, y la cita va muy bien con el poema, en realidad diría que a todo el libro le vale. La poesía de Paulina Viderman busca esa belleza que no está al alcance de la mano, ni al alcance de las palabras cotidianas. Hermetismo o maceración del verbo.

“Cuando el sol se pone, una minúscula muerte/ agita sus colores como mariposas sobre/ mi pensamiento//... Las ciudades están construidas de anhelos y de miedos”. Así erige su ciudad y sus cielos, un balcón que da al color y da al miedo, pero por sobre todo da al poema, es búsqueda llena de exigencias: “En temporada de sequía, sólo me queda esta/ estela de caracol...”.

Luego nos dirá que una última tardía mariposa parece una ficción, que ella misma no es más que una ficción, uno se pregunta ¿si la belleza parece ficción, no es la poesía misma la ficción del siglo XXI? Algo de esto circula por Bote Negro porque la autora inventa un jardín que no tuvo, lo inventa de palabras, la poesía como ficción e invención, dice Vinderman. “¿Robar para el poema, no para la corona, tendrá perdón?”. Luego dirá que el pasado es un país extranjero y no hablará del porvenir, ¿y del presente?, dice. “Ah, María, el presente es una piedra azul, opaca, libre/ cubierta de polvo, que me recuerda al poema...”.

El libro que comienza con atardeceres, súbitamente anochece: “Cuando anochece, anoche también en mis palabras” o “Y entonces, súbitamente anocheció, en mis poemas anocheció”. En la parte final del libro, donde el tono elegíaco predomina, se lee: “El verde de los fresnos me escribe que el verano/ está por llegar, y mi triste sala sobrecargada de objetos/ semeja una goleta que encalló, pintada de pasado, mudo pasado dentro de un alma errante y cerrada”.

Paulina Vinderman nació en 1944 en la ciudad de Buenos Aires. Tiene una vasta obra en poesía y ha ganado numerosos premios, entre ellos los premios del Fondo Nacional de las Artes 2002 y 2005.