Trabajan en el reservorio

Atacan a los camiones y empleados de Boscarino

Nuevos ataques criminales son denunciados por quienes trabajan en el reservorio que corre a la par de la Circunvalación Oeste.

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Vehículos de la empresa Angel Boscarino Construcciones fueron blanco de acciones delictivas.

Foto: Amancio Alem

José Luis Pagés

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Los episodios de violencia criminal que a diario se suceden en la avenida de circunvalación a Oeste exigen una rápida respuesta del Estado, hizo notar esta mañana Angel Boscarino, quien es titular de la empresa que trabaja en la obra de reservorios con camiones y máquinas viales, en estos momentos a la altura de la casabomba 2.

El tramo donde según publicamos en la edición de ayer el propio gobernador electo, Antonio Bonfatti, sufrió el accionar de los vándalos en el marco de una seguidilla de accidentes provocados por lanzamiento de piedras y trampas tendidas al paso de los vehículos necesita, por lo menos de un destacamento policial, dijo el empresario.

Boscarino hizo notar que sus trabajadores sufren a diario este desborde delictivo al punto que en lo que va de la semana los parabrisas de tres camiones fueron destrozados por la piedras “que llegan desde el puente” -del ferrocarril Mitre- y un cuarto estalló por un disparo de arma de fuego.

Aparte de estos daños materiales -gracias a Dios,

dice, nadie salió lastimado-, un agente de vigilancia privada de los muchos contratados por la empresa fue apuntado con arma de fuego por un delincuente que además tiró del gatillo repetidas veces sin que las balas llegaran a salir. Ahora Boscarino también contrató un servicio de vigilancia adicional.

Antes de ayer volcó el acoplado de una camioneta y enseguida una pedrada derribó a un motociclista que rodó y quedó tendido -seriamente lesionado-, contra el guardarraíl, acto seguido un tronco colocado en medio del camino provocó el reventón de un neumático del auto del propio Ministro de Gobierno.

Tal es el estado de inseguridad en ese sector de la zona oeste que -como se recordará-, un hombre que presuntamente abusó de su hijastra adolescente la abandonó a su suerte en ese mismo lugar porque quizás imaginó que otros se ocuparían de hacerla desaparecer.

Boscarino lleva la cuenta de los sucesos que los sobresaltan y a ojo de buen cubero arriesgó que no pasa un día sin que sean dañadas tres unidades de transporte -con gran riesgo para los pasajeros- y los camiones que circulan con cargas varias. Para estos vehículos de gran porte parecen ser las armas arrojadizas, como improvisadas boleadoras, además de revólveres y pistolas, las que utiliza la delincuencia para romper los parabrisas.

Pero para camionetas, automóviles y motocicletas se usan otras trampas, no menos peligrosas. Con intención de hacer detener la marcha para ir al asalto de las unidades se tienden al paso, troncos y hasta señuelos, como ropas de vestir, muñecos o maniquíes. Precisamente fue por temor a esas maniobras que nadie, sino la policía, se atrevió a auxiliar a la niña abusada cuando días atrás se ponía al paso de los vehículos, apuntó este diario en su momento.

“Lo que cuento ocurre a la luz del día, porque nosotros trabajamos hasta las cinco de la tarde”, hizo notar el empresario que no se quejó de la atención policial pero sí reclamó la instalación de un puesto permanente y una intensificación del servicio de vigilancia y patrulla, “en forma permanente, para que no ocurra una catástrofe”.


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