Los 7.000 millones

El dato aportado por la FAO fue un disparador que atravesó el congreso de AAPRESID y el aniversario de la Bolsa de Rosario. El mundo crece y tiene hambre. ¿Qué haremos al respecto?

 

Federico Aguer

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Jueves con frío en Rosario. En el salón Metropolitano y en la Bolsa, sin embargo, hubo mucha energía que calentó de sobra el ambiente, las ideas y las pasiones.

En el primero, una nueva edición del Congreso que organiza cada año la Asociación de Productores en Siembra Directa, que bajo el lema de la “inteligencia colaborativa”, instaló los debates necesarios para proyectar el trabajo del campo en el largo plazo.

“Acá participan los socios, las empresas, los disertantes, los políticos, los funcionarios y los productores, y como entidad ceñida a la biología medimos los resultados en años; nuestros logros se obtienen de a poco pero consolidados”, dijo a Campolitoral Gastón Fernández Palma, presidente de la entidad. “Nuestro crecimiento es sostenido como la materia orgánica”, agregó.

Este año, los talleres de trabajo son una revolución en el Congreso, una interacción directa entre el asistente y el disertante. Pero la sustentabilidad no está regida por el sistema político, “nosotros hacemos política desde lo técnico, las proyecciones a futuro implican conseguir proteínas, fibras y energías renovables para esos 7.000 millones de habitantes, profundizando una mayor producción con sustentabilidad en la misma superficie. La política tiene un límite que es lo que la gente demanda: mejor calidad de vida, mejor cantidad y calidad de alimentos, mejor distribución. Y que no exista pobreza, marginación ni hambre”.

En AAPRESID, los responsables de las empresas se expresaron en la misma sintonía. Cada año confluyen allí los referentes de las semilleras, fertilizantes y maquinaria. Todos avizoran un período de estabilidad, mayor inversión y crecimiento. Se sabe que los productores agropecuarios no están de acuerdo. Incluso temen que el gobierno “vaya por más” aprovechando el impulso electoral.

En su discurso, el ministro Julián Domínguez reconoció el esfuerzo y el avance del campo. “Sin los productores hoy no seríamos nada”, declaró. Y agregó que los jóvenes ligados al sector representan una avanzada única en el mundo. Reconoció al diálogo como único ambiente para debatir ideas constructivas que permitan aprovechar esa demanda mundial de alimentos. Admitió que se deben discutir las políticas en ambientes superadores para poder lograrlo.

Finalmente, Binner, “jugando” más de local que nunca, arriesgó una postura de estadista, apelando al futuro, al agregado de valor y a las políticas de Estado para estar a la altura de las circunstancias.