Resabios de la Expo Rural Rafaela

Preparados... listos... ¡ordeñen!

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Ganadores. José Luis Bravo, encargado en la Cabaña La Luisa, junto a la vaca Campeona 3º Categoría y Gran Campeona del certamen Ariense Cafeína Ellipsis, propiedad de La Madrugada, de Ricardo Pesce.

Fotos: Juan Manuel Fernández

El 91º Concurso de Vacas Lecheras volvió a demostrar por qué la lechería santafesina está entre las más importantes del mundo. Entre las dos vacas que subieron a lo más alto del podio produjeron, en dos días, más de 300 kilos de leche. Pero no son las únicas protagonistas.

 

Juan Manuel Fernández

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Si algo le da identidad a la Exposición Rural de Rafaela es el Concurso de Vacas Lecheras. No ver animales en ordeñe, más allá de los desfiles de la alta genética por la pista central, sería imperdonable en el corazón de la cuenca tambera más importante del continente. Así lo entendieron los gringos desde un principio y por eso el certamen cumplió en esta edición apenas 91 años.

La competencia no tiene misterios. Cada cabaña lleva sus ejemplares “de razas lecheras definidas” —dice el reglamento— para ser ordeñados, a las 6 de la mañana y a las 6 de la tarde, durante dos días. La leche obtenida cada vez se pesa y se analiza el porcentaje de grasa y proteína. Cada una de estas variables otorga puntos que se suman entre sí, más el handicap que otorga la categoría en caso que sea necesario (ver aparte). Quien logra el puntaje más abultado es el campeón.

En la última edición compitieron 7 ejemplares: 3 de Cabaña Brío, de Oscar Fontana e Hijos (Providencia); 2 de La Magdalena, de Juan, Ana y María Felissia (Rafaela); 1 de La Luisa, de Guillermo Miretti e Hijos (Ataliva); y 1 de La Madrugada, de Ricardo Pesce (Saladillo, Bs.As.), pero al cuidado de los Miretti.

Detrás de cada vaca...

Tanto peso simbólico no se condice con las dimensiones físicas del evento. Apenas una carpa modesta, en el fondo del predio, entre los corrales y el galpón de las aves, alberga cada año un puñado de vacas que yacen la mayor parte del tiempo echadas, rumiando como aburridas.

A los cuidadores puede vérselos tomando unos mates, pero siempre prestos a saltar como un resorte cada vez que los animales anuncian sus necesidades.

Competencia al margen, lo que prima es la camaradería y no sólo se comparten almuerzos y tiempos muertos, sino también la atención de las vacas: si uno está ocupado —supongamos, con un sánguche en la mano o “atendiendo a la prensa”— y su protegida levanta la cola como diciendo “atención que ahí va...”, no falta el voluntarioso que se ocupa de la responsabilidad ajena.

En cada uno de estos hombres —que siempre concurren junto a su familia— hay una historia, anécdotas o saberes empíricos dignos de ser destacados. Al fin y al cabo las vacas tendrán muy buena genética, pero sin el cuidado apropiado no podrían demostrarlo.

Cabeza a cabeza

“Hace 40 años que vengo a la muestra; creo que la primera vez fue en el 68” contó Jorge Balbi, cuidador de las vacas de La Magdalena. “Tochi”, como le dicen los conocidos, se lamentó que Olimpia haya entrado en celo justo al momento del primer ordeñe. “No bajó bien la leche y no dio el porcentaje de grasa que venía dando”. Después, en los ordeñes siguientes, la grasa se estabilizó, pero los puntos que perdió en el arranque fueron decisivos en el conteo final, dejándola relegada al segundo puesto y con la ganas de llevarse la Copa Challenger que se otorga a los ganadores de 3 concursos seguidos o 5 alternados. Olimpia había ganado en 2009 y 2010.

“Es muy poco habitual, porque la vaca al dar tanta cantidad de producción en un día y estar a tan poco tiempo de parida por lo general no entran en celo; y esta entró y nos jodió el concurso”, se rió de todos modos Tochi, aunque prometió venganza: “el año que viene tendremos el desquite”.

Finalmente la ganadora fue la vaca de Pesce, cuyo nombre “Cafeína” hubiese merecido un antidoping si tal posibilidad existiera. Al cuidado de José Luis Bravo, encargado de La Luisa, esta vaca vitalicia de 9 años y 5 partos produjo 155,315 kilos de leche, menos que los 155,560 de Olimpia. La diferencia, como adelantó Tochi, estuvo en la grasa: 5,786 kilos para la primera contra 4,888 de la segunda.

A diferencia de la vaca de Felissia, cuya dieta incluía “entre 18 y 20 kilos de concentrado al día, que es una barbaridad”, según confesó su cuidador, la de Pesce sólo cambió la fórmula para el concurso y mantuvo los 8 kilos habituales. Llegó con 70 días de parida y “con una preparación suave, porque es una vaca de pista, y no la exigimos al máximo para no estropear su ubre”, contó José Luis. Además, el animal venía de consagrarse como 3º Mejor Hembra en Palermo. Por ser vitalicia “es muy difícil encontrar vacas de exposición, porque están quedando pocas en pista”, reflexionó el cuidador.

Tambero y jefe

El único “dueño” en la carpa era Oscar Fontana, titular de Cabaña Brío, cuya historia merece una página aparte. Resumiendo: su padre tuvo tambo y “lo perdió en la época de Martínez de Hoz”; desde entonces él se aferró a sus vacas, que llevó consigo a cada establecimiento donde se empleó como tambero a porcentaje. Como un nómade, cambiaba de geografía y de patrón pero no se despegaba de sus animales; mientras tanto los iba mejorando con inseminación artificial (lleva 37 años con esa práctica).

Hace 6 años que trabaja por su cuenta en un campo alquilado en Providencia y es la segunda vez que participa del concurso lechero. “Nosotros a esto lo tomamos como un hobbie; no descartamos vender bien a futuro, pero nuestro fuerte es la producción; estas son vacas del tambo, no se crían especialmente para traerlas; son parte de las 100 vacas en ordeñe que tenemos”, detalló.

Oscar llevó 3 animales, entre los que se destacó el único que compitió y ganó en 2º Categoría: Brío Mocha Morocha Eddie, “una vaquillona de primer parto que está en 53/54 litros, un nivel destacado para un animal de su tipo”. Con los puntos logrados, más el handicap que le otorga la categoría, además peleó el tercer puesto en la competencia general contra vacas de 4 o 5 partos.

A los cuidadores puede vérselos tomando unos mates, pero siempre prestos a saltar como un resorte cada vez que los animales anuncian sus necesidades.


Categorías, handicap y puntajes

Las categorías de los animales que participan del Concurso Lechero se dividen en: 1º categoría: hasta 33 meses y/o hasta 4 dientes; 2º categoría: de 33 meses y un día hasta 42 meses y/o hasta 6 dientes; y 3º categoría: de 42 meses y un día en adelante ó más de 6 dientes.

Sólo tienen handicap, un puntaje que se suma al total del puntos acumulados en los dos días de certamen, las categorías 1º y 2º, con 123 y 85 puntos respectivamente.

Los puntos se consiguen de la siguiente manera: por cada kilo de leche: 2 puntos; por cada kilo de proteína: 53.32 puntos; y por cada kilo de grasa: 26.66 puntos.

Para el concurso, la Sociedad Rural designa un comisario y los ayudantes necesarios a fin de fiscalizar las pesadas de leche y determinación de porcentajes de proteína y grasa, que realiza personal especializado del INTI-LACTEOS. Los análisis se realizan, dos veces para cada muestra, con un MILKO SCAN.

 
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Segundos pegaditos. Jorge Balbi, alias Tochi, cabañero de La Magdalena junto a Olimpia, la vaca ganadora de 2009 y 2010, que esta vez obtuvo el 2º lugar en la competencia.

/// TABLA DE POSICIONES FINAL (4 ordeñes)

 

Total Producción 48hs

 

Posición

Nombre Vaca

Propietario

Categoría

Kg Leche

Kg Grasa

Kg Proteína

Puntaje Final (c/hand)

Campeón 3º Cat. y Gran Campeón

Ariense Cafeina Ellipsis Ellipsis

Pesce, Ricardo

3

155,315

5,786 (3.73%)

4,143 (2.67%)

685,817

Rdo. Gran Campeón

Olimpia

Felissia, A. J. y M.

3

155,560

4,888 (3.14%)

4,278 (2.75%)

669,539

3º Mejor Puntaje

Ninin Saltarina Blizzard Leduc -T/E-

Felissia, A. J. y M.

3

133,325

3,560 (2.67%)

3,617 (2.71%)

554,404

Campeón 2º Categoría Brio Mocha

Morocha Eddie

Fontana, Oscar e Hijos

2

107,710

2,576 (2.39%)

3,269 (3.04%)

543,415

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Ubre ganadora. Una estampa más “aguerrida” que la de su escolta, pero también más productiva.

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Un peluche. La ubre de Olimpia, simétrica en su redondez, de impecable presentación.

Sobre el movimiento de las vacas

Dice el reglamento: “Los animales deberán permanecer en el galpón desde una hora antes del inicio del ordeño y hasta la finalización del mismo. Los expositores que quieran sacar sus animales del galpón, podrán hacerlo a los lugares determinados por el comisario de ganadería, para realizar este movimiento deberán esperar que finalice el ordeño de todos los animales participantes en el concurso”.

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De abajo. Oscar Fontana, titular de la Cabaña Brío de Providencia, junto a Brío Mocha Morocha Eddie, Campeona de la 2º Categoría.