La OTAN reconoció su colaboración con la búsqeuda del tirano prófugo.
Rebeldes libios atacan nuevas ciudades mientras continúan la búsqueda de Gadafi
Controlan la capital del país Trípoli, incluído el búnker del líder. Ofrecen una recompensa de dos millones de dólares para quien lo encuentre.
Soldados rebeldes posan en una base de Trípoli. Foto:EFE
De la Redacción de El Litoral
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Telam
Insurgentes libraron hoy intensos combates con fuerzas del gobierno del fugitivo Muamar Gadafi en el este de Libia y enfrentaban una tenaz resistencia en Trípoli, mientras los líderes políticos de los sublevados buscan hacerse con el control total del país y sus riquezas petroleras.
Los insurrectos ingresaron en Trípoli días atrás y controlan la mayor parte de la capital, incluido el ex búnker de Gadafi, quien huyó y ayer llamó desde la clandestinidad a resistir hasta la “victoria o el martirio”.
Los insubordinados ofrecieron casi 2 millones de dólares por la captura de Gadafi, y el ministro de Defensa británico, Liam Fox, dijo hoy que la OTAN está ayudando a los rebeldes a buscar al líder libio.
Fox dijo a la radio de la BBC que la alianza atlántica está “suministrando información de inteligencia y recursos de reconocimiento para colaborar con la búsqueda” y que continuó con sus ataques nocturnos contra fuerzas del gobierno de Gadafi.
Sin embargo, Fox no quiso comentar informes de prensa de que fuerzas especiales británicas están en Libia para ayudar a buscar al líder libio.
Los insurgentes dijeron que uno de sus objetivos clave es ahora la ciudad natal de Gadafi, Sirte, unos 400 kilómetros al este de Trípoli, pero admitieron que su captura será muy difícil porque se espera una dura resistencia de la tribu a la que pertenece el líder libio, que controla la ciudad y la región circundante.
Miembros del liderazgo político de los opositores, que tiene su sede en Bengazi, en el este de Libia, dijeron ayer que intentan negociar una rendición pacífica de Sirte para evitar el derramamiento de sangre.
El viceministro de Defensa del insurgente Consejo Nacional de Transición, Fawzi Abu Ketf, dijo que otro desafío de cara a una ofensiva en Sirte será reforzar los recursos de sus combatientes.
“Las líneas de abastecimiento serán demasiado largas y estamos escasos de fondos y provisiones”, dijo Ketf, citado por la cadena de noticias CNN.
Anoche, fuerzas del gobierno de Gadafi emboscaron a insurgentes que avanzaban hacia la ciudad de Bin Jawad, 560 kilómetros al sudeste de Trípoli, y mataron al menos a 20 de ellos, dijo un comandante rebelde.
El ataque fue cometido por soldados que se habían retirado de la ciudad petrolera de Ras Lanuf luego de que los insurgentes la tomaran, a principio de esta semana, dijo el comandante Ahmed Zeleity.
Los insurrectos también capturaron varias partes de Sebha, otro de los bastiones de Gadafi, incluyendo la zona céntrica, dijo el funcionario del CNT Adel al-Zintani, quien está en contacto telefónico con los comandantes rebeldes en esa ciudad rodeada de desierto y ubicada 650 kilómetros al sudeste de Trípoli.
Por su parte, la cadena de noticias árabe Al Arabiya afirmó que los insubordinados arrebataron al Ejército el control de una importante base militar situada en la ciudad de Zuara, cerca de la frontera con Túnez.
Preparativos
En Trípoli, en tanto, los rebeldes dijeron hoy que preparaban el asalto final contra los últimos focos de resistencia de partidarios de Kaddafi, concentrados en el este de la capital y en el sureño barrio de Abu Salim, próximo al complejo residencial Bab al Aziziya, el ex búnker del líder libio.
Nouri Echtiwi, un vocero insurgente en Trípoli, informó que los sublevados liberaron a varios cientos de detenidos de la prisión de Abu Slim, si bien esta cifra no puede ser verificada.
Entre los liberados figuró un periodista estadounidense freelance, Matthew VanDyke, quien había desaparecido en marzo en la ciudad petrolera de Brega, informó el diario The Washington Post, que citó a la madre del reportero, de 32 años.
También hoy, cuatro periodistas italianos secuestrados ayer cerca de Trípoli fueron liberados en un operativo en la casa donde estaban cautivos, informó la Cancillería italiana, sin dar más detalles.
El CNT dice necesitar 5.000 millones de dólares congelados al estado libio al inicio de la revuelta, en febrero, para pagar salarios, mantener los servicios y reconstruir la dañada y vital infraestrutura petrolera del país.
En busca de los fondos, el número dos del CNT, Mahmoud Yibirl, se reunió hoy en Roma con el primer ministro Silvio Berlusconi, en el marco de una gira europea para lograr el desbloqueo del dinero.
El Consejo de Seguridad de la ONU, en tanto, tiene previsto votar esta semana, probablemente mañana, una resolución apra liberar 1.500 millones de dólares congelados a Libia en bancos de Estados Unidos. Analistas estiman en hasta 110.000 millones los fondos bloqueados a Libia en bancos de todo el mundo.
El líder libio Muamar al Gadafi podría haber utilizado un ramificado sistema de túneles para su huida, con salidas que llegan hasta unos 30 kilómetros fuera de Trípoli, informó hoy un corresponsal de la televisión árabe Al Yazira.
El reportero acompañó a los insurgentes a un búnker de Gadafi en el complejo militar de Bab Al Aziziya y tomó fotos. El reportero relató que se trata de un laberinto con curvas y ramificaciones que no está iluminado.
En esta red hay también habitaciones climatizadas. En otro lugar hay máscaras de gas o provisiones de comida. Los conductos están habilitados de forma que los vehículos pueden circular por dentro.
Para los insurgentes no resulta fácil inspeccionar el sistema de túneles o controlarlo, dijo el periodista. Los insurgentes temen que soldados leales a Gadafi les puedan tender allí una trampa. Un insurgente dijo a Al Yazira que los leales a Gadafi están utilizando el túnel para escapar y luego aparecen en diferentes partes de la capital. En tanto, los rebeldes señalan que han conquistado el 80 por ciento del complejo militar en Bab Al Aziziya.
Al menos 14 civiles murieron en ataques de las fuerzas de seguridad y el ejército sirio en las últimas horas, en tanto fuentes oficiales denunciaron que también fueron muertos ocho soldados.
Los comités que coordinan las protestas contra el presidente Bashar al Assad, informaron que ocho personas fueron muertas por las fuerzas de seguridad en la zona de Homs.
Asimismo, afirmaron que los otros civiles murieron en Hama, Khan Sheikhun, al noroeste de Idlib, y Midan, barrio sunnita de la capital Damasco, según informó la agencia ANSA.
Por su parte, la agencia oficial siria SANA advirtió que ocho soldados sirios, entre ellos un oficial, fueron muertos por “bandas armadas terroristas” en Rastan y Talbissa, al norte de Homs.
En tanto, el presiente Assad sigue desafiante frente a las exigencias internacionales que piden su renuncia.
En una ceremonia con clérigos en Damasco realizada anoche, expresó que debían “estar alertas frente a la conspiración internacional promovida contra Siria, que sobre todo apunta al papel del ejército a la hora de proteger a los ciudadanos así como a las propiedades públicas y privadas”.
Señaló además que su gobierno continúa con los reformas “con paso firme” y en este marco, instó a permanecer vigilantes ante la “conspiración foránea”. Se estima que al menos 2.200 personas murieron en Siria desde marzo, cuando arrancaron las protestas, por lo que la ONU denunció la violación sistemática y extendida‘ de los derechos humanos en el país árabe.
Juntos en el mismo hospital
Anne-Beatrice Clasmann - DPA
La sirena de la ambulancia aúlla de forma penetrante. El vehículo que viene del frente en Trípoli entra poco después llevando a un rebelde herido, que es sacado del coche inconsciente sobre un colchón empapado de sangre.
El médico libio Nureddin Abu Chdeir recibe desde el sábado a decenas de heridos y muertos en su clínica. La mayoría de ellos provienen de las filas rebeldes, pero muchos de los heridos más graves son también miembros de las tropas leales al líder libio Muamar al Gadafi.
Uno de ellos está esposado a la cama de metal. “Intentó huir pese a sus heridas”, explica el médico. Para muchos rebeldes es difícil de asumir que sus enemigos estén ahora tendidos a su costado. Sobre todo un hombre pequeño, portador del VIH según el director de la clínica, provoca rencor entre los rebeldes.
Los insurgentes sostienen que el herido, cubierto sólo por una sábana blanca, es un mercenario de Mauritania o Sudán que se unió a las fuerzas de Gadafi por codicia. El paciente lo niega: “No soy soldado y soy un libio de la ciudad de Sebha”, asegura.
El rebelde Tawfik Bashir resultó herido cuando los insurgentes asaltaron la residencia de Gadafi y los bloques del complejo militar de Al Aziziya en Trípoli. Recibió dos balazos, uno en el cuello y otro en la pierna. “Había francotiradores por todas partes”, recuerda el joven con un hilo de voz y los rizos pegados a su cara pálida. “Pero lo volvería a hacer porque no hay nada más importante que la libertad”, agrega.
“Eres un gran hombre”, responde un habitante de Al Zawiya que ha llegado a ver a los heridos. “También lucho, pero sin armas”, aclara el hombre vestido con una camisa de lino blanco.
En los últimos cinco meses, cuando los hombres de Gadafi controlaban su ciudad, dejó su coche estacionado y salía sólo en bicicleta para evitar a las tropas del régimen. “Tuvimos que tener mucha paciencia, no hay ninguna familia en Al Zawiya que no tenga un mártir, un familiar desaparecido o en cautiverio”, cuenta.En Trípoli, en tanto, el ánimo es festivo. Los rebeldes cuentan que entraron a una granja propiedad de una empresa estatal y que encontraron ahí, entre otras cosas, un avión no tripulado. Orgullosos, se llevaron la aeronave a su base.
“Le pertenece a Gadafi”, dice uno, un combatiente mayor que muchos de los demás rebeldes y con experiencia más experiencia en el frente de guerra que la mayoría.
Los líderes de la insurgencia no ven sin embargo sólo aspectos positivos, sino también problemas. “Muchos barrios de la capital no son lamentablemente tan seguros como quisiéramos”, dice Mohammad al Ghannai. La situación es mala sobre todo en el área alrededor de la célebre cárcel de Abu Salim, explica.
Cuando anochece en Trípoli y alrededores, el muecín llama a los fieles al rezo y a comer tras el ayuno. La calma reina durante una media hora. La gente ora y se sirve agua, dátiles, couscous y fideos, alimentos donados para los combatientes por comités vecinales. Pero cuando oscurece un poco más se vuelven a oír disparos. El enemigo emplea armamento pesado y la victoria final de los rebeldes no parece tan cercana en esos momentos como días atrás.
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A 48 años del “Yo tengo un sueño”
Marco Mierke - DPA
El National Mall está plagado de ostentosos monumentos dedicados a los presidentes blancos de Estados Unidos. Pero por primera vez, el corazón de Washington alberga también un monumento dedicado a un ciudadano negro. El presidente estadounidense, Barack Obama, inaugurará personalmente el monumento a Martin Luther King el próximo domingo.
Fue un momento clave de la historia estadounidense: el activista por los derechos civiles Martin Luther King apareció el 28 de agosto de 1963 en las escaleras del monumento a Abraham Lincoln, que un siglo antes había abolido la esclavitud, ante casi 250.000 personas que le seguían en su lucha contra la separación radical y que aplaudieron sus mágicas palabras: “I have a dream”, tengo un sueño, gritó a la multitud, un sueño de igualdad para todas las personas.
Casi cinco décadas después de ese discurso que cambió el mundo, el defensor de los derechos civiles asesinado en 1968 por un francotirador blanco, volverá para siempre al lugar de la aparición por la que será siempre recordado. Y es que los estadounidenses dedicaron a su más importante luchador contra el racismo un monumento de diez metros sin parangón, junto al monumento de mármol de Lincoln.
Presidiendo la escena, la imagen de King se levanta majestuosa en una montaña de granito de color arena, con los brazos cruzados ante el pecho. Mira serio, pero bonachón a la estatua vecina de Thomas Jefferson, uno de los padres fundadores del país, que declaró la igualdad como uno de los pilares básicos de la nación.
En una superficie del tamaño de varios campos de fútbol con 185 cerezos se sitúa también un muro donde están grabadas 14 citas del hombre de imponente palabra. 120 millones de dólares (83,2 millones de euros) costó el conjunto de la obra, financiado a través de donaciones.
27 años después de la primera idea, 15 años después de que el Congreso estadounidense diera su aprobación y casi cinco desde el inicio de la construcción, el monumento será inaugurado oficialmente este domingo. Y será Obama, el primer presidente negro de Estados Unidos, el encargado de ofrecer el dicurso de apertura.
Muchas barreras raciales siguen siendo dolorosas en el país pero todos coinciden en que ahora, con el monumento en honor de Luther King en el National Mall, en el corazón de la ciudad, algunas se han superado gracias al primer monumento de este tipo dedicado a un negro. Al menos 300.000 personas se esperan en la ceremonia de apertura, calcula Washington, más de las que acudieron al discurso de King en 1963. Desde que se desvelara el monumento el lunes, los curiosos acuden en masa a ver la obra.
Pero no todos se muestran impresionados por lo que ven. Algunos creen que la enorme estatua tiene un aspecto amenazante, casi totalitario. Otros creen que pese al amor por los detalles, a la estatua le falta parecerse de verdad al rostro de King. También ha provocado rechazo que la imagen de un hombre negro haya sido tallada en piedra casi blanca, algo que el arquitecto que dirigió las obras, Ed Jackson explicó alegando que si no, no se vería bien.
Sin embargo, lo que más críticas desató es que el artista no fuera estadounidense. La obra fue diseñada y esculpida por el escultor chino Lei Yixin, que ganó la selección entre 900 instituciones. Jacson estaba totalmente impresionado por la capacidad de Lei de trabajar grandes bloques de granito.
“En Estados Unidos no hacemos cosas así”, dijo. Y con su equipo de diez personas esculpió en su taller de China la obra durante años y la envió por partes a Washington en un viaje por mar que duró 47 días.
“Sería fantástico si hubiera sido elegido un escultor afroamericano”, comentaba el columnista de “The Washington Post” Courtland Milloy, decepcionado por la elección. Lei está al parecer influido por su entorno comunista, señalaba. Y parte del monumento recuerda a las imágenes de Stalin, como el traje que lleva King o su mirada de acero. Y Milloy no es el único que tiene esa opinión.
Lei no pudo soportar esas críticas, vertidas durante años, y respondió con dureza, posiblemente como lo haría King: “¿Al fin y al cabo él no soñó siempre que las personas no serían juzgadas por su color de piel?”
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