Miércoles y jueves en Rosario

“Degustación de Titus Andronicus”,

de la mano de La Fura dels Baus

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En el montaje, dos cocineros que interactúan preparan un banquete, al que invitarán a 28 personas del grupo.

Foto: Gentileza producción

La prestigiosa compañía catalana ofrecerá dos únicas funciones en el Metropolitano, con lo que inicia una gira nacional.

 

De la redacción de El Litoral

El famoso grupo catalán La Fura dels Baus está en la Argentina y, tras cinco exitosas presentaciones en el Club Geba de la Capital Federal, ha emprendido una gira nacional que abarcará solamente Córdoba, Neuquén y Rosario. Allí presentará el miércoles 31 y el 1º de septiembre, en el salón Metropolitano del Alto Rosario Shopping, “La degustación de Titus Andronicus”. Las entradas anticipadas están a la venta en Sarmiento 780 de la ciudad del sur.

Esta es la nueva obra con la cual la prestigiosa compañía retoma el típico “lenguaje furero”: acción, imagen y música en espacio escénico compartido con el público. Según se anticipa, La Fura del Baus propone un espectáculo imperdible, único, con la adrenalina que sólo la Fura puede ofrecer.

En el montaje, se trabaja en un espacio único compartido con el público de pie, que puede transitar la sala junto a los artistas; se aborda un lenguaje que prioriza tanto el texto como las imágenes sobre una escenografía física que incluye plataformas móviles, pantallas gigantes que proyectan escenarios reales y simbólicos, con video, luces y sonido. La novedad: dos cocineros que interactúan con el drama mientras preparan el banquete final, al que convidarán a 28 personas del público.

La tragedia

La obra es una adaptación de la primera y más oscura tragedia de Shakespeare, en la que contiene elementos de las que escribirá más tarde: “Romeo y Julieta”, “Julio César”, “Macbeth”... “La degustación de Titus Andronicus” -basada en “Tito Andrónico” de William Shakespeare- es una pieza casi escrita en blanco y negro a juzgar por la rapidez que pasa de la venganza al perdón, del amor al odio y del bien al mal.

La historia se desarrolla durante los últimos días del Imperio Romano y cuenta la tragedia de Titus, un general del ejército que vuelve de la guerra contra los godos y se encuentra en medio de luchas de poder, amores, intrigas de palacio y asesinatos que lo involucran.

La Fura dels Baus escoge los versos que considera esenciales para contar esta historia dejando la poética a otras disciplinas. Así pues se suma al texto una puesta en escena rica en elementos propios de las artes visuales, la música, el cine, la danza, la luz y la tecnología.

El desarrollo de la obra ofrece un ágape antropófago en el que se desencadena el final trágico de casi todos los personajes. Sobre ese acontecimiento, la compañía que dirige Pep Gatell permite la entrada de la gastronomía en su lenguaje, una puerta de abordaje a los sentidos del gusto y los aromas para recrear, en paso de tragedia, un submundo de sensaciones.

De aromas y gustos

En esta ocasión, la dirección de la Fura está a cargo de Pep Gatell. Aquí cabe recordar que, al incorporar la cocina, la dimensión “aromática y gustativa” pasan a formar parte de la acción. “En el caso de los aromas -dice el director de la puesta-, actúan de una forma muy subliminal. Con la música te podés tapar los oídos si no te gusta, y con las imágenes podés taparte los ojos para no verlas, pero con los olores siempre se llega tarde”, reflexiona.

“Jugamos mucho con eso -agrega-, hay veces que los olores acompañan la acción y otras que van en contra. Por ejemplo, podés estar viendo algo terrorífico pero a la vez sientes que están cocinando algo dulce, y tu memoria se confunde”.

Pep remarca que si bien esta vez la Fura no construye “espacios caóticos”, “la experiencia es extremadamente sensorial y requiere de la máxima atención del espectador, al que lleva hasta el límite”. Otro de los elementos de ruptura es que en “Degustación de Titus Andronicus”, la Fura deja “el mundo de la sugerencia por el mundo del texto”.

“Todos tienen que entender de qué va la tragedia, saber cómo se va mascando, y a través de lo visual no quedaba muy claro”, sostiene el director. “Era muy complicado hacer que el texto se adaptara al lenguaje furero, porque las velocidades de uno y otro lenguaje son distintas”, revela.


/// análisis

Toda la furia creativa

Roberto Schneider

Mediados de la década del ‘80. En Córdoba, el Festival de Teatro Latinoamericano era un vértice indiscutido a la hora de hablar de calidad en el panorama de las artes escénicas de la Argentina y del mundo. En la Docta irrumpió con su calidad y toda su fuerza creativa La Fura, que con el correr del tiempo crearía su propio lenguaje “furero”. El grupo llegaba desde Barcelona para irrumpir como una agrupación de teatro urbano que buscaba -y continúa buscando- un espacio escénico distinto del tradicional.

Por aquel entonces, la fuerza estética e ideológica de La Fura conmocionó a los cordobeses y a quienes tuvimos la enorme dicha de verlos. La base de su creación estaba en un enorme abanico de recursos escénicos que incluían música, movimiento, uso de materiales naturales e industriales, aplicación de nuevas tecnologías y la permanente incorporación del espectador directamente en el espectáculo. Todo perfectamente armado para que el actor y el autor tengan la misma entidad.

En los ‘90 la compañía extendió sus proyectos artísticos al teatro de texto, el teatro digital, la ópera o la realización de grandes eventos como la maravillosa apertura realizada en ocasión de la inauguración de los Juegos Olímpicos de 1992, cuando el mundo se emocionó hasta las lágrimas cuando se apreció tanto arte junto, entregado a los millones de televidentes del planeta.

Y La Fura del Baus siguió creciendo. Tanto, que muchos después replicaron su particular estética. Como en la Argentina, con La Organización Negra, De la Guarda y Fuerza Bruta, continuadores de toda la furia creativa. Verlos ahora en Rosario es un privilegio.