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El choque de dos potencias

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Sebastián Fest - DPA

Un alcalde hiperactivo en Twitter, estanterías vaciadas, carros de bomberos surcando Manhattan, el transporte público paralizado y surfers que desafían la lógica: cuando un huracán como Irene y una ciudad como Nueva York se cruzan, el resultado puede recordar a Hollywood.

“La gente suele alejarse de los huracanes, pero los surfers corremos hacia ellos”, dijo Seth Birch, de 28 años, citado por el New York Daily News. Conforme pasaban las horas, las olas iban creciendo de altura en la playa de Rockaway Beach, en un extremo de Queen’s, uno de los cinco condados que conforman esa megalópolis que es Nueva York.

Pero Birch y sus amigos ya no podrán correr hacia Irene, porque el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ordenó evacuar a 370.000 ciudadanos, en especial a los de zonas bajas o cercanas al agua, y eso incluye el área de Rockaway, así como la modesta Coney Island o la opulenta Battery Park, en pleno Manhattan.

Es un fin de semana para no olvidar, porque llega un potente huracán a Nueva York, algo completamente inusual para los 15 millones de habitantes de la ciudad de los rascacielos. Los expertos estiman que hasta 700.000 personas podrían quedar sin electricidad durante días o incluso semanas. También podrían caer las conexiones de Internet y de teléfonos móviles.

Por eso, es que Bloomberg, criticado por su lenta reacción durante la gran nevada de diciembre de 2010, parece haberse prometido esta vez no volver a fallar. Fundador, al fin y al cabo, de una agencia de noticias, el alcalde apeló a una política de “hipercomunicación” y colgó 41 tweets el viernes dándole todos los detalles posibles a sus ciudadanos.

“Están exagerando, esto yo ya lo he vivido en mi tierra, donde los huracanes son en serio”, opinaba en la tarde del viernes Rosa, una recepcionista de hotel puertorriqueña que se sentía abrumada por la sucesión de advertencias lanzadas a lo largo del día.

Exagerado o no, lo cierto es que difícilmente algún neoyorquino pueda quejarse de que su gobierno no lo informó en tiempo y forma.

“Todos nos preparamos para lo peor, mientras esperamos lo mejor. Es la única manera de prepararse para estas situaciones extrañas”, escribió Bloomberg en uno de sus “posts”. En otro, adjuntando un link con planes de evacuación y mapas, fue más directo: “Conoce tu zona, ten un plan”.

A las advertencias de Bloomberg, se sumaron las del presidente Barack Obama, que adelantó su regreso de las vacaciones, mientras The New York Times convertía en gratuita su edición online para cumplir con un “servicio público”.

“Si se da la orden de evacuación, por favor, cúmplanla”, pidió el presidente, que no quiere ver en su mandato el escándalo de una tragedia como la del huracán Katrina, que arrasó Nueva Orleans durante la presidencia de George W. Bush.

Y Bloomberg y Obama cuentan con replicantes en la radio y la televisión, que, de tanto insistir, generaron cierta psicosis en un sector de la población. Sólo en un sector, porque decenas de miles de neoyorquinos optaran el viernes por la noche por salir a las calles y disfrutar de bares y restaurantes. Más allá de la profusión de carros de bomberos y del paso de muchos viandantes cargados de agua y provisiones, en la zona céntrica de Manhattan no se respiraba ambiente de tragedia inminente.

Para eso, hay que ir a las zonas costeras. O mirar la televisión. “Cómo sobrevivir al huracán Irene”. La frase, destacada durante todo el día en las emisiones de CNN, incluía la recomendación de “acumular comida, agua y kits de emergencia”, algo recomendable sobre todo para aquellos que residen en zonas más vulnerables.

Una situación más que inesperada en el habitualmente dulce final del verano neoyorquino. Hace diez años, en los días previos al 11 de septiembre, la calma era tal que la última edición de la revista Time antes de los atentados estaba dedicada al “verano del tiburón” tras una serie de ataques en playas estadounidenses. Esta semana sucedió algo parecido, porque antes de que Irene tomara la dimensión que ahora tiene, uno de los temas en Manhattan era el de las ratas gigantes halladas en una zona de la ciudad.

Pese a la impresionante foto de una de las ratas en cuestión, el monotema es Irene. Con la ciudad paralizada y todos resguardados en sus casas o en centros de evacuación, sólo queda ver quién se impone entre los dos colosos, cuán fuerte es Irene, cuán fuerte es Nueva York.