Ecos de la Asamblea Legislativa

Tribunal de Cuentas: cuando ganar un concurso no basta

La contadora Silvia Sahd ganó un concurso para competir por una de las dos vacantes del órgano de control, pero su pliego fue rechazado por los diputados y los senadores sin explicaciones públicas. Se siente agraviada.

 

Luis Rodrigo

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La contadora Silvia María Sahd, mágister en administración pública, reclama una explicación que seguramente no va a recibir: quiere saber por qué su pliego fue rechazado por la Asamblea Legislativa.

El Ejecutivo la había propuesto como vocal del Tribunal de Cuentas y el jueves pasado los diputados y senadores de la oposición votaron por su rechazo, mientras que los del oficialismo se abstuvieron.

Lo extraño es que ni unos ni otros hablaron sobre las condiciones o la idoneidad de la persona propuesta por el gobernador Hermes Binner.

Sólo el senador Juan Carlos Zabalza (PS-Rosario) dijo que para ese pliego “no hubo acuerdo político” con la mayoría justicialista, y defendió la transparencia y el avance en calidad institucional que implica la decisión del gobernador Hermes Binner de autolimitarse, mediante los concursos.

Discrecionalidad y autolimitación

Desde que asumió el gobierno el Frente Progresista, el Ejecutivo autolimitó su potestad constitucional de proponer jueces y vocales del Tribunal de Cuentas mediante concursos públicos y abiertos inéditos.

La Constitución santafesina permite al Ejecutivo proponer según su mejor criterio. El único límite que pone el texto constitucional a la discrecionalidad es la aprobación o el rechazo del Legislativo.

Los concursos actuales crearon un sistema de selección que -como se verá- están en el centro de la escena del jueves pasado.

Debe decirse que su Consejo de Selección fue integrado por las Facultades de Ciencias Económicas de la UNL y de la UNR, los Consejos Profesionales de Ciencias Económicas de la Provincia de Santa Fe, Cámara I y Cámara II, un profesional de reconocida trayectoria en la Administración y los órganos de control, y con funcionarios del Ejecutivo.

Desde que gobierna Binner hubo dos concursos para cubrir vacantes del órgano de control. Y en ambos participó la contadora Sahd: en el de 2008, abierto para cubrir una vacante, quedó segunda; en el último para cubrir dos, también. Todo indicaba que la actual contadora fiscal (cargo que desempeña desde 1994) iba a ser vocal del Tribunal. No fue así.

Dos hechos

Al concurso que ganó Sahd le siguieron dos hechos: primero el ex vocal Horacio Alesandria (que resultó 3ro) impugnó el concurso por escrito, y luego pudo exponer personalmente a los legisladores sus quejas.

Con la visita del ex concejal del PJ a la Legislatura se creó un antecedente. Es la primera vez desde 1983 que la Comisión Bicameral de Acuerdos -que revisa los pliegos y toma entrevistas a los postulados- recibe -en una entrevista especial- a quien ha presentado una impugnación. Alesandria, por escrito, había objetado los dos pliegos enviados para cubrir vacantes del Tribunal, siempre sobre la base de cuestionar la transparencia del concurso.

Para la contadora Sahd “ha resultado seriamente cuestionado” el procedimiento de los concursos “en virtud de las circunstancias en que se ha producido el rechazo de uno de los dos pliegos presentados”, es decir, el suyo.

Ante otra pregunta mencionó que llama la atención que alguien que fue vocal del Tribunal “durante dos períodos consecutivos, sin haberse sometido a ningún sistema de selección previo, como ocurriera antes de la gestión de la actual gobernación sea quien ahora cuestiona lo actuado por dicho Consejo de Selección”.

Derecho a la defensa

Los hechos “colocan al procedimiento de selección como un proceso totalmente discrecional que no deriva de criterios objetivos de evaluación técnica, dejando un profundo margen de dudas respecto de la actuación del Consejo de Selección de Vocales, responsable de las calificaciones otorgadas que han resultado cuestionadas, provocando el desprestigio del sistema de selección propiamente dicho, el descrédito de lo actuado por los miembros integrantes de dicho Consejo, el agravio a mi persona porque resulté calificada legítimamente para ocupar el cargo vacante en el Tribunal de Cuentas y, fundamentalmente, atentando contra uno de los pilares fundamentales de todo sistema de gobierno constitucional y democrático, la transparencia de la gestión pública”, dijo Sahd.

La contadora interpreta que “ha sido violado mi derecho de defensa y agraviado mi honor y buen nombre” que resultó “seriamente lesionado por las publicaciones e informes periodísticos orales y televisivos como así también mediante manifestaciones públicas de legisladores de la oposición, con relación a la falta de credibilidad en el proceso de selección”, lamentó.