“Prefiero llegar al arco rival con 3 pases y no dar 15 sin avanzar”

En una charla a fondo habló de la Virgen, de si pensó en renunciar después de Estudiantes, de lo que aún hoy le genera el clásico perdido y del respaldo total del plantel y los dirigentes.

“Prefiero llegar al arco rival con 3 pases y no dar 15 sin avanzar”

Mario Sciacqua contesta lo que se le critica: la falta de “volumen de juego” de su equipo...

Enrique Cruz (h)

Le decía a Mario Sciacqua en la charla que el 9 de julio de 2004, cuando se presentó a Alfio Basile como nuevo entrenador de Colón, el Coco dijo: “Vuelvo a dirigir en la Argentina porque extraño el quilombo”. Lo dijo desde el aplomo que, por aquél entonces, le daban los años de vida y de entrenador. No es comparable aquello de Basile con esto de Sciacqua en ese aspecto, pero sí en lo medular: los entrenadores de fútbol saben que en la Argentina se sientan en la silla eléctrica y que, por las dudas, hay otra de repuesto al lado por si falla (es obvio que dicho sólo para graficar). Y Mario Sciacqua está haciendo un curso acelerado de “cómo ser entrenador en medio de un gran conflicto”. Lo asume, aunque en el fondo se lamenta por muchas situaciones indeseadas que le ocurren a diario. Sobre todo, en los días posteriores a la derrota con Unión.

—Antes de meternos en algunos temas puntuales, Mario. ¿Qué pensás cuando se dice que el equipo juega mal?, ¿alguien juega bien en la Argentina?

—Mirá, estos días sin fútbol me permitieron repasar los partidos que jugamos hasta ahora. Se habla de que no tenemos volumen de juego, ¿verdad?. Bueno, yo estuve viendo y llegué a la conclusión de que posiblemente no demos 10 pases seguidos, pero en dos o tres estamos en el área de enfrente e intentamos ser prácticos. Pocos dicen que la característica de Colón es la de un equipo vertical y que trata de ser agresivo.

—Por eso no tiene tanto tiempo la pelota o por lo menos en menor medida que el rival...

—A mí no me gusta que el equipo sea ni permisivo, ni lento ni pasivo. Dentro de esa temática, prefiero con tres pases estar cerca del arco de enfrente que dando 15 pases seguidos para no avanzar nada. Además, observá la clase de jugadores que tengo...

—¿Lo decís por la falta de enganche o de jugadores aptos para la tenencia de la pelota?

—Yo no me fijo en el enganche, porque Tomás Costa, por ejemplo, es un jugador que puede suplir la función del enganche. Quizás no juegue en la posición, delante de los tres del medio y a espaldas de los mediocampistas rivales, pero desde la posición junto a Prediger o por los costados, Costa es un jugador para tener la pelota y para administrarla bien. Pero después, Luque no es un jugador para tener volumen de juego y Moreno tampoco, porque son verticales y agresivos.

—¿Llegaste a alguna conclusión para después trabajar en las prácticas para mejorarle el juego al equipo?

—Sí, la conclusión a la que llegué es que debo trabajar más sobre la pausa, pero siempre y cuando no nos impida ser prácticos ni transformarnos en lentos o pasivos. Te repito, prefiero dar tres pases y llegar al arco de enfrente, que dar 15 y no llegar o regalar la pelota.

—Volvamos a la pregunta inicial: ¿alguien juega bien?, ¿coincidís con Kudelka en que no se vé buen fútbol?

—Yo digo que el fútbol está equilibrado. Nosotros sacamos puntos que no merecíamos pero también pudimos tener más fortuna en otros partidos, como por ejemplo ante All Boys.

—¿Pensaste en irte de Colón?

—¿Cuándo?

—Después de Estudiantes...

—No, no. Jamás...

—Pero la dejaste “picando” en las declaraciones...

—Mirá, yo soy muy respetuoso de ustedes, del periodismo, y no iba a salir a relajarlos ni a decirles mentiras porque no condice con mi forma de ser. Mis viejos me enseñaron que hay que ir siempre con la verdad. Otros técnicos han disfrazado situaciones y ustedes lo saben muy bien. Yo no soy así. Si esas declaraciones las hubiese hecho a las 12 de la noche, cuando estaba más sereno en mi casa y reflexivo, decía otra cosa. Yo no voy a renunciar a mis convicciones por tres partidos.

—¿Qué hablaste con los dirigentes esa noche?

—Los dirigentes están siempre. Pero siempre, siempre. De locales o de visitantes, apenas termina el partido entran al vestuario. Germán y el “Monca” (por Rubén Moncagatta, el vicepresidente) estuvieron el día del clásico, desde que llegamos al vestuario hasta que se fue el último de los jugadores. Y eso también pasó la noche contra Estudiantes, que fueron los dos peores momentos. Y otros dirigentes también entran, preguntan sobre qué pasó y piden explicaciones sobre tal o cual jugador. Y yo entiendo que debo dárselas a esas explicaciones. Son reuniones normales y sobre caliente, que después continuamos en otros momentos de la semana.

—¿Qué te dijo Lerche después de Estudiantes?

—Que no me preocupara, que estaba todo bien y que al día siguiente nos íbamos a juntar para seguir charlando. Yo me sentía mal porque la gente lo había insultado a él y a los jugadores, no por el resultado ni por la actuación del equipo.

—¿A vos también te insultaron esa noche?

—Mirá, hay algo que la gente tiene que entender: antes de ser jugador o técnico, yo fui hincha de este club. Entonces, lo que pasa adentro de la cancha me afecta tremendamente en mi doble rol de entrenador e hincha. Hubo partidos en los que me daba vuelta hacia la platea oeste y veía gente conocida que me gritaba... ¡Sí, escuchaste bien, gente conocida por mí, que sabe quién soy y que me gritaba!

—Te lo querías “comer crudo”...

—Entiendo las generales de la ley, entiendo al hincha y sé que hay cosas que no se banca. Pero esos que me putean tienen que saber que yo laburo como loco, que ni duermo pensando en Colón y en el equipo, que soy el primer interesado en que todo salga bien y estoy seguro de que saldrá bien... Y no es para reprochárselo al hincha, pero debo ser el técnico más barato de Primera y no me avergüenzo ni le reclamo nada a nadie, acepté las condiciones y mi interés no es llenarme de plata con Colón sino triunfar. Lo otro ya vendrá.

—Pero pasan cosas raras, ¿no?

—Lo percibí mucho en el partido con Estudiantes, me llamó la atención, no te lo puedo negar... Cuando me iba de la cancha, Miguel Russo se acercó y me lo dijo con mucha sorpresa.

—¿A qué se debe?

—... Mirá, yo tengo que tratar de focalizarme en lo deportivo, pero no te niego que a veces cuesta... Cuesta, cuando antes y después del entrenamiento hay reuniones entre los jugadores, de ellos conmigo, con los dirigentes... ¿Sabés qué es lo mejor de todo?, que el grupo está muy unido, pero muy unido de verdad.

—¿Lo decís por el tema de la Virgen?

—Lo de la Virgen es un tema inevitable... No es excusa, pero afecta al grupo en general... Te cuento algo: hay un jugador titular para el partido del domingo, que está pasando por una situación compleja con un familiar enfermo. Pero esto es algo individual, lo otro es grupal. No puedo ser hipócrita de decir que el tema no afectó.

—Pero no resquebrajó el grupo...

—¡Para nada!... Al contrario, lo unió aún más.

—¿Sabés que muchos se preguntan por qué no juegan más chicos de inferiores teniendo arriba al técnico que más los conoce?

—El mío es un plantel de 35 jugadores, de los cuales hay entre 15 y 18 que son de inferiores. A esos chicos, hoy, los analizo como profesionales y mi deber es equipararlos con el resto. Tengo un gran afecto por ellos, porque los formé y los ví crecer en lo físico y en lo futbolístico, pero hoy estoy en otra posición, de adentro la cosa es diferente que mirándola desde afuera, como era antes, y tengo la obligación de que jueguen los que, entiendo, son los mejores. Cuando yo estaba en Newell’s y se fue Yudica, Bielsa asumió la conducción del equipo y no puso a todos los chicos de un solo saque. La asunción fue progresiva. Hay muchos chicos a los cuales veo bien.

—¿Por ejemplo?

—No quiero hacer muchos nombres, pero Lucas Mugni estuvo muy cerca de jugar este partido. Todavía no definí el equipo y lo haré hoy, pero pensé en Mugni, lo puse en una práctica y anduvo bien. De todos modos, casi con seguridad que jugará Lima de marcador y Urribarri de volante por izquierda.

—¿A qué aspirás?

—Las últimas imágenes son las que quedan en la retina de la gente. Si contra Estudiantes hubiésemos jugado como lo hicimos contra San Lorenzo, no se habría hablado negativamente. Quedan nueve partidos y por algo tenemos 17 puntos. Aspiro a que terminemos muy bien este campeonato. Y estoy seguro y confiado de que lo vamos a conseguir.

no se lo vio lo suficientemente entero a mario sciacqua después del partido con estudiantes, pero acá quedó bien claro que fue sólo el momento. está firme y confiado. y afirmó rotundamente que nunca se le pasó por la cabeza el hecho de renunciar.

Dixit

“Nunca me quise ir. La noche de Estudiantes declaré algo en caliente, pero cuando me tranquilicé estuve muy seguro de seguir. No voy a renunciar a mis convicciones por tres partidos”.

“Lo que pasó con la Virgen es un tema inevitable dentro del plantel. Hay algunas cosas que afectan individualmente, pero en este caso fue grupal. Lejos de resquebrajarlo, unió al plantel”.

“Un día, un hincha de la platea oeste me estaba puteando. Me dí vuelta y lo conocía. ¡Sabe perfectamente que soy tan hincha como él y si hay algo que jamás haría es perjudicar a Colón!”.

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“La sana competencia potencia los rendimientos. Es, ni más ni menos, lo que pasa con Diego, con Marcos Díaz y con Bailo”.