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“Memoria y rescate”

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La Asociación Italiana de Santo Tomé acaba de publicar Memoria y rescate -Primer certamen de narrativa-. En su décimo aniversario, la mencionada asociación tuvo la brillante decisión de celebrarlo aceptando la propuesta de los integrantes del Taller literario de la institución, que consistía en llamar a concurso de cuentos sobre inmigrantes. Fruto de esa convocatoria es la publicación que presenta los trabajos seleccionados en el certamen.

El jurado, conformado por Hipólito Bolcatto, Hilda Bisinella, Susana Persello y Oscar A. Agú decidió por unanimidad la selección de diez textos, de los siguientes autores: Alfredo Castelli, María Escobar, Yolanda Insúa, Liliana Fassi, Rosalía Bojanich, Enrique Fernández Anderson, Cecilia Zanelli, Amalia Daibes, Susana Castañares y Claudio Simiz.

En estos cuentos se recuerdan (o se inventan, ¿por qué no, dado que la fuerza de la literatura contempla la recreación de los sueños que flotan en el inconsciente colectivo?) historias de los ancestros inmigrantes, que con su carga de esperanza, desarraigo y furor llegaron para engrandecer nuestro país.

La respuesta a la convocatoria fue amplia y desde distintos lugares del país, “lo que enriquece la idea original, haciéndonos conocer historias, en ocasiones similares, pero absolutamente únicas y que hacen a nuestra memoria colectiva”, tal como explicita la presentación de la Comisión Directiva de la asociación.

Como se lee en el final de uno de los textos (“Una nueva historia”): “Un nuevo país, un futuro diferente para los jóvenes. Una nueva bandera: otros colores para amar.

“Anunciatta sentía angustia hacia lo que no conocía. ¡Tan lejos de su patria! Pero su nieto no tendría hambre ni sufriría las crueldades de la guerra.

“Muchos paisanos habían partido ya y en las cartas contaban que la tierra era tan grande que parecía no atener fin y que todo estaba por hacerse...

“A pesar de la congoja en su corazón, la anciana genovesa se sintió más tranquila.

“La Virgen los protegería. Ella también había partido hacia otra tierra, pobre y con un niño pequeño...

“Sí; pensó ella. Un nuevo horizonte, un cielo más puro, como un libro nuevo, se abría ahora para sus hijos”.