A los 47 años

De la redacción de El Litoral

El actor y profesor de teatro Osvaldo Guidi, de gran popularidad televisiva en la década del ‘90, decidió poner fin a su vida colgándose de una soga en su propia escuela del barrio de Congreso, informó la Asociación Argentina de Actores.

Nacido como Osvaldo Oreste Guidi, en Máximo Paz, provincia de Santa Fe, el 10 de marzo de 1964, se ufanaba de haber sido el primer actor argentino en interpretar a un enfermo terminal de VIH en la tira “Celeste”, junto a Andrea del Boca, papel que le valió un Martín Fierro de Aptra en 1992.

Ese argumento era el mismo que expresaba en la pieza “Escoria”, en la que José María Muscari reunió a varias figuras de TV sumidas en el ocaso luego de haber disfrutado las mieles de la fama mediática.

Guidi, quien tenía su escuela de teatro en Riobamba al 300, había sido discípulo a su vez de Alberto Ure, Beatriz Matar, Lito Cruz, Raúl Serrano, Carlos Gandolfo, Agustín Alezzo, Augusto Fernandes, Luis Romero, Nestor Raimondi y Joy Morris.

Sin embargo, fue la TV la que le dio mayor notoriedad, siempre en roles de personas conflictuadas, a veces en lucha contra su propia identidad; así se lo vio en “Chiquilina mía”, “Antonella”, “Milagros”, “Con alma de tango”, “Muñeca brava” y “Se dice amor”, su última aparición en la pantalla chica, en 2005.

En teatro había trabajado con directores como Osvaldo Bonet (“Cyrano de Bergerac”, en el San Martín), Jorge Petraglia (“Volpone o el zorro”, en el Alvear), Federico Wolff (“Marat-Sade”), Villanueva Cosse (“Scapino”), Víctor Mayol (“Vincent y los cuervos”) y Carlos Mathus (“La lección de anatomía”).

Siempre a la espera de un reconocimiento masivo, se quejaba de que el cine no le daba las oportunidades que merecía: apareció en títulos como “Sin reserva”, “Peligrosa obsesión”, “Contragolpe” y “Apariencias”.