Reunión del Grupo Montevideo en la ciudad

Los rankings académicos, en el centro de las críticas

Consenso entre las universidades de la región para establecer indicadores que permitan medir la información universitaria en forma más “unificada y pertinente”, en oposición a las mediciones “marketineras y parciales” de los rankings globales.

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Representantes de 12 universidades del Grupo Montevideo se reunieron días atrás en la UNL.

Foto: Gentileza Prensa UNL

Luciano Andreychuk

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“Es necesario que se dejen de medir peces con gatos”. La expresión, casi catártica, se escuchó en un rincón de los pasillos de Rectorado durante un breve momento de informalidad escapado del protocolo. Era una metáfora: aludía a los rankings universitarios, muy en boga en los últimos años y muy criticados desde algunos sectores de universidades públicas por considerar que miden y comparan variables académicas muy distintas, que otorgan una lectura sesgada de la realidad universitaria y que responden a la lógica del mercado.

Representantes de 12 casas de estudio -de Brasil, Uruguay, Paraguay y de nuestro país- integrantes de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM) se reunieron días atrás en la UNL (ver El Dato) para actualizar el debate sobre sobre varios temas de la agenda institucional. El planeamiento, las evaluaciones y acreditaciones, los planes de desarrollo institucional, fueron los tópicos abordados. Pero la discusión más intensa fue sobre el sistema vigente de información universitaria y la necesidad de construcción de indicadores, para una sistematización y comparabilidad más pertinente de todo ese saber cuantitativo de las academias públicas de la región. Ocurre que toda la información estadística de las casas de estudio permite conocer y proyectar niveles de calidad académica, a través de la cantidad anual de egresados, la producción científica a través de citas en revistas especializadas, etc., entre muchos otros indicadores. Es generada sobre datos que permiten establecer relaciones y producir una información comparable que aliente la sana competitividad entre universidades. El “problema” aparece cuando esa información disponible es extraída y utilizada por consultoras privadas para confeccionar rankings universitarios.

“La AUGM está a favor de la información comparable, creemos que es saludable para las universidades. Pero hasta ahí: no estamos de acuerdo con que esa información universitaria cuantitativa sea convertida en rankings, es decir, que sea jerarquizarla de determinada manera y utilizada para simplificar las disímiles realidades de las universidades, con propósito de impacto mediático en los públicos”, fijó posición Adolfo Stubrin, secretario de Planeamiento de la UNL. “Los rankings llevan a un empobrecimiento del análisis de la realidad universitaria”, opinó el funcionario académico consultado por El Litoral.

En el caso de la AUGM, “entre universidades públicas con idearios similares de vocación social y para el desarrollo regional, la comparatividad sería un ejercicio sano que nos daría información útil e interesante. Pero siempre soslayando la posibilidad de que esa información luego contribuya a la construcción de rankings de bajo nivel de representatividad o de bajo nivel de responsabilidad sobre el contenido de las afirmaciones. Esos rankings se basan en unas pocas cifras para hacer creer que representan o explican una realidad tan compleja como la de una universidad pública”, cerró Stubrin.

Reunión

La reunión fue del Núcleo Disciplinario de Evaluación Institucional, Planeamiento Estratégico y Gestión Universitaria de la AUGM, que agrupa a una treintena de universidades públicas de esta zona continental, de las más importantes. Se congregó días atrás en la UNL y participaron representantes de 12 casas, de Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina.


/// OPINIÓN

Lógica del mercado

Adriana Barreiro Díaz (*)

Un ranking puede ser muy útil para quien quiera utilizar su buena posición para luego ir a ofrecer, demandar, negociar. Pero eso no colinda con las actividades académicas y con la misión de las universidades públicas de la región, sino con la lógica del mercado, es decir, con la lógica empresarial.

Un ranking fija quién va primero, segundo, tercero... Eso no sirve de nada. Pues una universidad puede ser excelente en un área disciplinar determinada y regular en otra. Siempre los rankings serán parciales. ¿Acaso tenemos que ir todas las universidades corriendo detrás de la misma zanahoria, que vendría a ser el primer lugar del ranking? Como universidades latinoamericanas tenemos que abocarnos a mejorar en todas las áreas, a fortalecer las potencialidades y suplir las debilidades.

(*) Académica de la Universidad Nacional de la República (Uruguay)