La voz de los adolescentes

Hace 25 años se estrenó en el país “Experto en diversión”, la película más lograda de John Hughes. Un director que en los ‘80 rodó algunas películas que reflejaron las frustraciones, aspiraciones y sentimientos de la juventud.

TEXTOS. JUAN IGNACIO NOVAK ([email protected]).

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“El club de los cinco”

“La vida se mueve muy deprisa. Y si no te detienes y miras de vez en cuando, te la puedes perder”. Bajo esa simple pero prometedora premisa, Ferris Bueller (Mathew Broderick) decide montar un complicado ardid que le permita faltar a la escuela sin que se enteren sus padres y dedicar el día entero a realizar una larga lista de cosas que tienen la diversión “pura y dura” como común denominador. Para eso recluta a su novia (Mia Sara) y a su mejor amigo (un ya treintañero Alan Ruck que encarna sin esfuerzo a un adolescente).

Este es el argumento central de “Experto en diversión” (Ferris Bueller’s Day Off), que se estrenó en Argentina el 23 de octubre de 1986. Un filme que (junto con “El club de los cinco”, “Se busca novio” y “La mujer explosiva”) marcó la consagración definitiva de un hábil director y guionista que, entre principios de los ‘80 y principios de los ‘90 se convirtió en una especie de “abanderado” de los adolescentes desde la pantalla grande, el que captó con mayor precisión y agudeza sus preocupaciones, miedos, aspiraciones y frustraciones: John Hughes.

Nacido en Lansing el 18 de febrero de 1950, antes de debutar como director concretó una prolífica producción de guiones para la televisión. Que pudo alternar también con algunos éxitos cinematográficos como “National Lampoon’s Vacation” con Chevy Chase y Beverly D’Angelo, que cuenta las accidentadas vacaciones de una familia tipo americana, o “Mr. Mom” con Michael Keaton y Teri Garr, centrada en las peripecias de un hombre que se queda sin trabajo y debe afrontar las tareas domésticas, con resultados tan desastrosos como risibles.

Pero en 1984 rodó su primera película, sobre un guión de su propia autoría: “Se busca novio” (Sixteen candles) protagonizada por su musa Molly Ringwald y Anthony Michael Hall, quienes lo acompañarían posteriormente en buena parte de sus producciones. Convertida con el paso del tiempo en una película modélica dentro el subgénero de la comedia juvenil, esta incipiente incursión de Hughes en la dirección cinematográfica se adentra en los sentimientos de Samantha Baker, una joven de 15 años que aspira infructuosamente a ganarse el corazón del chico más popular de su instituto y cuya familia olvida su decimosexto cumpleaños ante el inminente casamiento de su hermana mayor.

Si desde lo estrictamente cinematográfico no ofrece demasiadas variantes, la auténtica innovación que supo imponer Hughes fue dar a los adolescentes y sus intereses el principal foco de atención. Y marcar, con un sentido del humor no exento de crítica, la abismal brecha con los adultos. Dos aspectos que, despuntados en “Se busca novio”, se profundizarán y aparecerán sin ambages en el siguiente filme que dirigió: “El club de los cinco”.

JÓVENES “ENCASILLADOS”

Los ‘80 fueron años prolíficos en la creación de “íconos” cinematográficos. En el caso del subgénero de películas juveniles es muy probable que el personaje de Marty McFly (el inolvidable héroe petiso que protagonizó los tres capítulos de “Volver al futuro”) interpretado por un veinteañero Michael J. Fox encabece el podio. Pero también es altamente posible que el filme que mejor haya “calado” en las problemáticas de los adolescentes de esa época haya sido, precisamente, “El club de los cinco” (The Breakfast Club, 1984).

El film se desarrolla durante todo un sábado cuando cinco alumnos de un instituto educativo norteamericano son castigados por el tiránico director y obligados a pasar el día confinados en un aula donde deben escribir un ensayo sobre cómo se percibe cada uno a sí mismo. Con singular ingenio, Hughes logra resumir en cada uno de los personajes los estereotipos más comunes entre los asistentes a cualquier escuela secundaria norteamericana o, con matices, de cualquier otro país del mundo.

Los personajes que confluyen son el “atleta” (Emilio Estévez) obsesionado, por presión paterna, con obtener todos los logros deportivos; el “delincuente” (Judd Nelson) que traduce las frustraciones de un hogar donde es maltratado en una actitud recelosa y belicosa hacia sus pares y profesores; el “nerd” (Anthony Michael Hall) que pone demasiado énfasis en su rendimiento curricular en desmedro de su relaciones interpersonales; la “princesa” (Molly Ringwald) en apariencia superficial y preocupada tan solo por su belleza física; y la “inadaptada” (Ally Sheddy) que en todo momento trata de poner distancia con los demás a través de vestimentas y actitudes que apuntan a marcar la diferencia.

Al principio las diferencias entre ellos parecen ser tan arraigadas, tan fuertes y sobre todo tan difíciles de sortear que las tensiones y enfrentamientos no tardan en salir a la superficie. Pero en el curso de las horas -y de ahí el avance del guión- y a partir del forzado intercambio que les impone la convivencia entre cuatro paredes, se va forjando entre ellos una especie de relación, en la medida en que descubren que los aspectos en común son muchos más de los que pensaban e intuían.

Tal como ocurrió con “Los marginados” (The outsiders, 1983) de Francis Ford Coppola, el film se convirtió en un inmejorable vehículo de lucimiento para todos los actores protagonistas, que pudieron forjar carreras que, a pesar de estar llenas de altibajos, los sostienen hasta hoy dentro del mundo del espectáculo.

TODO EN UN DÍA

A pesar de que “El club de los cinco” sea tal vez el trabajo que mejor resume las características del cine de Hughes (o al menos el que explora con más precisión en el pensamiento de los adolescentes de los años ‘80, que nada tienen que ver con los de las décadas anteriores) su obra maestra llegó con la comedia “Experto en diversión”. Las alocadas peripecias de un adolescente que decide un día faltar a la escuela y divertirse un poco junto a su novia y su mejor amigo constituyen el punto de partida para una de las grandes comedias de su época. A lo largo de las dos horas de metraje, el joven Ferris Bueller hace un poco de todo: maneja una Ferrari, canta un tema de los Beatles (Twist & Shout) ante un multitud, almuerza sin pagar en uno de los restaurantes más finos de la ciudad, mira un partido de béisbol desde un lugar privilegiado y visita un museo con divertidos resultados.

Como afirma con acierto el crítico Miguel Ángel Palomo, en la película “una cámara enloquecida y colorista recupera el espíritu de los viejos slapsticks”, es decir aquellas comedias norteamericanas que proliferaron a lo largo de los años ‘30 y que tienen como principal estandarte a “La adorable revoltosa” (Bringing Up Baby, Howard Hawks, 1938) protagonizada por Cary Grant y Katharine Hepburn.

Mas allá de la sucesión de gags de lo más hilarantes, el hilo conductor que propone Hughes para el guión, con notable destreza, es la perplejidad de los adultos que no logran entender a los jóvenes. Ésto (ya esbozado en el personaje de Paul Gleason en “El club de los cinco”) está representado en el director de escuela que interpreta Jeffrey Jones, que se propone como objetivo, casi desde una perspectiva patológica, atrapar a Ferris y a sus amigos en una de sus travesuras para poder castigarlos.

Enorme guionista, capaz de insuflar a sus personajes de gran carga emotiva a través de diálogos frescos y sinceros, John Hughes mostró en los ‘80 un cine diferente donde los adolescentes tenían no solo voz, sino también voto. Luego de “Experto en diversión” se volcó más a comedias como “Mejor solo que mal acompañado” ó “Solos con nuestro tío” ó “Papá a la fuerza”, que a pesar de su relativo éxito no alcanzaron la notable profundidad de sus obras anteriores. Falleció inesperadamente en agosto de 2009 a los 59 años. Pero dejó un gran legado de películas que, todavía hoy, forman parte frecuente de la programación de los canales de cable dedicados al cine.


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“Se busca novio”

MI POBRE ANGELITO, UN ÉXITO ARROLLADOR

Si bien esta vez no se puso tras las cámaras (ese lugar lo ocupó un experto en películas familiares protagonizadas por niños como Chris Columbus) se puede atribuir a John Hughes el éxito que tuvo el film “Mi pobre angelito” de 1990. Es que el excelente guión de la recordada historia que llevó a la fama a Macaulay Culkin es justamente de su autoría.

Parece innecesario recordar la trama de esta película que en los últimos veinte años pasó cientos de veces por la televisión. Kevin McAllister, un niño de ocho años que integra una numerosa familia, se queda accidentalmente solo en su casa cuando todos sus seres queridos se van a Francia a pasar Navidad. En ese lapso, mientras su madre enloquece por volver a buscarlo, realiza todas las travesuras posibles y hasta se enfrenta con dos ladrones que quieren robar su casa.

Con un reparto que incluye al ya entonces ganador del Oscar Joe Pesci, Daniel Stern, John Heard, Roberts Blossoms, Catherine O’Hara y John Candy, esta película se convirtió en un enorme éxito de taquilla, originó dos secuelas y hasta se llevó una nominación al Oscar por la inolvidable banda sonora original escrita por John Williams.

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“Experto en diversión”

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Si desde lo estrictamente cinematográfico no ofrece demasiadas variantes, la auténtica innovación que supo imponer Hughes fue dar a los adolescentes y sus intereses el principal foco de atención.

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CIENCIA LOCA

Dos adolescentes impopulares se cansan de fallar con las chicas y utilizan sus conocimientos en informática para crear a la mujer perfecta. Así arranca “La mujer explosiva” (Weird Science, 1985, John Hughes), que tiene como protagonista a una sexy Kelly LeBrock, una de las bellezas surgidas en los años ‘80. Además, por ahí pululan actores que luego tendrían mucho más cartel como Bill Paxton y Robert Downey Jr.

REMAKE

En 1997 John Hughes fue uno de los guionistas de “Flubber, el invento del siglo” (Flubber, Les Mayfield) protagonizada por Robin Williams y Marcia Gay Harden. Pese a los pobres resultados, lo curioso es que se trata de una remake de un divertidísimo clásico de Disney: “El profesor distraído” (The AbsentMinded Professor, 1961, Robert Stevenson) protagonizada por Fred MacMurray.

BEETHOVEN

Bajo el seudónimo Edmond Dantés (que es el nombre del personaje de Alejandro Dumas que planea una venganza en “El conde de Montecristo”) Hughes escribió guiones. Uno de ellos fue el de la popular película Beethoven (1992, Brian Levant), protagonizada por un perro San Bernardo que huye de los ladrones que robaron la tienda de animales donde estaba y se integra a una familia. Un interesante filme que tuvo cuatro secuelas, de mucha menor calidad.