Salud

Tos convulsa: buscan estimular el diagnóstico

El último registro de un pico epidémico data de 2007, con 13 bebés fallecidos. La detección de la enfermedad es clave para realizar acciones de bloqueo y neutralizar la diseminación.

De la Redacción de El Litoral

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Tras el alerta epidemiológico que declaró la Dirección Provincial de Promoción y Prevención de la Salud, las incertidumbres sobre las derivaciones de la tos convulsa generaron inquietud. Inclusive, el número de muertes -van siete en 10 meses- preocupa más allá de que los casos estén dentro de lo esperable debido al pico epidémico de 2007, año que se cobró 13 bebés fallecidos.

Andrea Uboldi, titular del organismo, puso énfasis en la posibilidad de detectar la enfermedad para que la intervención sea eficaz. “En el último mes, luego de que bajó el período invernal, hubo un incremento en el número de casos. Nuestros equipos continúan trabajando fuerte para estimular el diagnóstico así pueden tratarse adecuadamente los chicos; hay un tratamiento antibiótico que permite una evolución”, señaló.

Además, Uboldi dejó en claro que desde esa área del Ministerio de Salud “se desarrollan acciones de bloqueo al momento de detectarse un caso: visitar la casa del chiquito afectado, investigar si hay otro caso dentro de la familia, darle la medicación a los contactos estrechos, vacunar a quienes tengan el calendario incompleto y limitar la diseminación de la enfermedad”.

Respecto de las muertes, aclaró que la historia de vigilancia arranca en 2006 en adelante. “En 2007, se registraron muchos casos de muertes; esta enfermedad evoluciona por picos epidémicos en el mundo cada 3 a 5 años. Particularmente, en 2011 notamos ese incremento en el número de casos respecto de años recientes. La suba se debe, esencialmente, a que ahora muchas más localidades pudieron enviar muestras ya que antes sólo se podían estudiar los chicos de Santa Fe y Rosario, pero en este momento se están revisando casos de los cuatro puntos de la provincia”, precisó.

La enfermedad

La tos convulsa (o coqueluche) es una enfermedad infecto-contagiosa que produce la bacteria bordetella pertussis. Afecta a personas de todas las edades pero las complicaciones tienden a ser más severas en los primeros meses de vida. “En general en menores de 6 meses”, explicó el Dr. Fernando Meneghetti, secretario del comité de Neumonología Pediátrica de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

Arranca con catarro y tos progresiva y luego de unos 10 días aparecen accesos de tos llamados quintas, o sea cinco golpes de intensidad creciente que finalizan con una inhalación desesperada y ruidosa de aire. Al final de éstos, a veces el paciente puede presentar vómitos. Los menores de 3 meses, en lugar de accesos de tos pueden presentar episodios de ahogo con apneas o interrupción de la respiración.

La enfermedad tiene altas probabilidades de contagio, en especial cuando aparecen los primeros síntomas y se transmite de persona a persona. Pero el tratamiento con antibióticos acorta su contagiosidad a 5 días.

La vía más frecuente es a partir de un contacto identificado, sobre todo un familiar. De hecho, “hasta en el 70% de los casos, cuando hay algún familiar enfermo, el resto se va a terminar enfermando también”, señaló Meneghetti.

Otro espacio donde se puede dar el contagio es el ámbito educativo (guarderías y escuelas). Al respecto, el profesional señaló que la acción que se debe tomar es excluir al niño hasta que reciba al menos 5 días de tratamiento con antibióticos. Pero indicó que el resto de los compañeros pueden seguir asistiendo al establecimiento una vez tomada esa medida.

La estrategia preventiva de mayor eficacia es la vacunación (ver aparte) y -en el caso de los padres- mantener alejados a los bebés de personas con tos o síntomas respiratorios. Sin embargo, ante la aparición de síntomas compatibles, lo primero que hay que hacer es consultar al médico pediatra si el afectado es un niño o al clínico si es un adulto.

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Muestras. Hoy se estudian bebés de los cuatro puntos de la provincia, lo cual incide en el número de casos. Foto: Amancio Alem

Varicela

Un niño de 7 años murió en Rosario como consecuencia de un cuadro de varicela, informó hoy Julio Befani, director de Epidemiología de Santa Fe. Por su parte, la titular de la Dirección Provincial de Protección y Prevención de la Salud, Andrea Uboldi, dijo que es importante que los padres sepan que no todas las varicelas van a evolucionar de esta forma, porque en esta oportunidad se dio “un evento desgraciado de complicación neurológica”. Y destacó que el 90 % de los casos evoluciona normalmente.

/// EL DATO

Vacunación

En bebés y niños, la primera vacuna que reciben para la tos convulsa se llama pentavalente, que protege de la difteria, el tétanos, haemophilus b, hepatitis B y la tos ferina.

Para la máxima protección, los niños deben recibir 5 dosis totales: las 3 primeras a los 2, 4 y 6 meses de edad como pentavalente; la cuarta a los 18 meses como cuádruple y la quinta, cuando el niño entra al colegio, entre los 4 y 6 años (triple bacteriana).

La protección que ofrece disminuye con el tiempo. Por eso, adolescentes y adultos necesitan ser revacunados aunque hayan recibido toda la serie en la infancia. Los preadolescentes, en tanto, desde 2009 deben recibir una dosis de refuerzo de la vacuna Triple Bacteriana acelular, entre los 11 ó 13 años.

Más allá de la importancia, hay que destacar que las vacunas contra la tos ferina son muy eficaces, pero no lo son en un ciento por ciento.