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“Por qué ganaron los Aliados”

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Mujeres francesas dan la bienvenida a soldados Aliados, tras el Día D.

Richard Overy (Cambridge, 1947), autor de El Tercer Reich en el banquillo y Al borde del abismo. Diez días de 1939 que condujeron a la guerra mundial, presenta en Por qué ganaron los Aliados el panorama de la victoria de los Aliados en la contienda militar en 1945. Varias precisiones se hacen necesarias en principio: llamamos “Aliados” a los participantes de coaliciones que cambiaron con el tiempo (Gran Bretaña, Francia y Polonia, de 1939 a 1940; Gran Bretaña y la Unión Soviética, en 1941, y Gran Bretaña, la Unión Soviética, los Estados Unidos y un gran número de estados menores a partir de 1942; desde 1944 en adelante, tras la caída del régimen de Vichy, Francia volvió a ser una de las principales potencias aliadas). Por otro lado, la relatividad del término “ganar” aplicado a los Aliados: “El paso del tiempo ha permitido argüir que ninguno de los tres Aliados principales -Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética- ganó gran cosa. Gran Bretaña perdió su imperio y su papel de líder mundial; Estados Unidos se encontró con que había cambiado un enemigo europeo por otro, un ‘imperio del mal’ más peligroso e impenetrable que el de Hitler; en cuanto a la Unión Soviética, el coste de mantener su condición de superpotencia, adquirida en 1945, acabó por provocar una crisis en su propia sociedad, que la condujo al derrumbamiento en 1991”. Mientras tanto, también es importante señalar que los tres países del Eje -Alemania, Italia y Japón- “no han vuelto a hacer ningún intento de convertirse en grandes potencias militares, pero los tres han conocido la prosperidad económica”.

Más que una historia estricta de la contienda militar, Overy se detiene a estudiar los resultados. Discute las tesis comúnmente aceptadas de que la victoria de los Aliados se debió a la fuerza militar y a la ambición desmedida de los países del Eje. Overy sostiene que la explicación no es “simplemente material, sino que hubo también importantes causas morales y políticas”, aparte del evidente progreso de la eficacia militar de las fuerzas aliadas. 0Los Aliados ganaron la segunda guerra mundial porque convirtieron su fuerza económica en capacidad combativa eficaz y las energía morales de su pueblo, en una eficaz voluntad de ganar. La movilización de los recursos nacionales, en este sentido amplio, nunca funcionó de forma perfecta, pero sí lo bastante bien como para ganar la guerra. Materialmente rica, pero dividida, desmoralizada y mal mandada, la coalición aliada hubiese perdido la guerra, por más que las ambiciones del Eje fueran exageradas, por más que su perspectiva moral estuviera llena de defectos. La guerra sometió a los pueblos Aliados a pruebas excepcionales. Medio siglo después, el nivel de crueldad, destrucción y sacrificio que engendró es difícil de comprender, y no hablemos de revivir. Cincuenta años de seguridad y prosperidad han abierto un abismo entre nuestra propia época y la ‘‘época de crisis y violencia que llevó al mundo a la guerra. Aunque vista con la perspectiva de hoy, la victoria aliada pudiera parecer inevitable, el resultado del conflicto pendió de un hilo hacia su mitad. Sin duda, este periodo debe considerarse el más importante de los momentos críticos de la historia de la era moderna”. Publicó Tusquets.